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Las posturas monetarias restrictivas de combate a la inflación de los bancos centrales a nivel mundial también tienen impactos directos en el Sistema Financiero nacional e internacional, lo que genera especulación en el comercio de activos financieros.
*Por Eduardo López Chávez
“De lo único que se puede estar seguro en momentos de incertidumbre es que, no se sabe que pasará…”- Macraf
Uno de los grandes problemas económicos a los cuales se enfrenta el mundo en la actualidad, es el alto nivel de precios, o lo que es lo mismo, los altos niveles de inflación. Sin embargo, el control de este problema, que implica, entre otras cosas, establecer una política monetaria restrictiva, con incrementos en las tasas de referencia, ha puesto a la luz un posible problema a futuro.
Para entender dicho problema, hay que tener presente que en el momento en que la autoridad monetaria decide incrementar las tasas de referencia, envía un mensaje muy específico al mercado: incrementar el costo del dinero y por lo tanto, el de las deudas. Esto es, si usted tiene algún crédito hipotecario, bancario, o de cualquier tipo, la tasa de interés que está pagando se modificará en el sentido que el mercado indique.
Asimismo, en el caso de los países, el costo de su deuda, y por lo tanto, el gasto en ese rubro, también aumentará.
En el caso de Estados Unidos, la Federal Reserve (FED) decidió realizar el último incremento de este año por un total de 50 puntos base, para colocar la tasa de referencia en un nivel de 4.5%, el punto más alto desde 2007. En el caso de México, el Banco Central mexicano decidió incrementar la tasa de referencia en la misma magnitud, esto es, en 50 puntos base, para llegar a un nivel del 10.5%, el más alto en los últimos 20 años.
Con estas posturas monetarias, ambas instituciones buscan combatir los altos niveles de precios, pero estas decisiones afectan de forma directa al Sistema Financiero nacional e internacional, pues crean cierto nivel de especulación.
Dicha especulación es resultado de la actividad propia de los participantes del mercado, al realizar transacciones de compra-venta de activos financieros en momentos en que la coyuntura económica genera altos niveles de riesgo, ante los impactos de la Pandemia que aún persisten, los efectos del conflicto bélico de Europa del Este en el precio de los commodities y el factor China, entre los más representativo.
Estas situaciones provocan salida de capitales de ciertos instrumentos financieros, para evitar mayores pérdidas.
Dimensiones
Uno de los ejemplos más notables se dio recientemente en el Reino Unido, donde se vivieron momentos preocupantes relacionados con los fondos de pensiones, que, aunado a malas decisiones de política económica, provocaron la renuncia de la entonces premier británica Liz Truss, colocando la economía de ese país en una situación compleja.
La situación rebasó fronteras y provocó que el Consejo de Estabilidad Financiera Internacional hiciera una solicitud de poner especial énfasis en el cuidado de las instituciones no bancarias, dado que carecen de regulación.
Para tratar de medir la problemática, basta saber que en el caso del Reino Unido poco más de 200 mil millones de dólares salieron de los balances de los fondos de pensiones, lo que, por supuesto, puso en riesgo la estabilidad de los ciudadanos próximos al retiro, así como las Finanzas Públicas del país.
A nivel internacional se estima que las instituciones no bancarias -entre las cuales se cuentan a fondos de inversión, aseguradoras, fondos de pensiones y otros intermediarios financieros- manejan instrumentos por poco más de 227 billones de dólares, esto es, casi 10 veces el PIB norteamericano, por lo que, cualquier desbalance podría meter en serios problemas al sistema financiero internacional.
Todo lo anterior, deja en claro dos cosas: primero, la estabilidad de un país se puede ver comprometida en estos momentos por su nivel de deuda y el posible déficit fiscal que se tenga, afectando su calificación crediticia y, por tanto, la posibilidad de acceder a recursos que pueden ser vitales en caso de una crisis de mayor magnitud.
En segundo lugar, pero no menos importante: el 2023 pinta para ser un año complicado, por lo que es altamente probable que también lo sea en el ámbito financiero, al menos que en el transcurso de los siguientes meses, se observe una tendencia clara a la baja de los niveles de inflación.
El decrecimiento de la inflación para que sea efectiva, a su vez, debe estar acompañada por un ajuste en las tasas de interés de referencia,
* El autor es académico de la Escuela de Gobierno y Economía de la Universidad Panamericana, conferencista y consultor experto en temas económicos, financieros y de gobierno. También es conductor titular del programa Voces Universitarias.
Contacto: https://flow.page/eduardolopezchavez
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