Prevé experto desaceleración “fuerte” de economía mexicana en 2023

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Las políticas públicas aplicadas por el gobierno federal seguirán siendo obstáculo para el desarrollo, en momentos donde se deben crear condiciones para el nearshoring

Economista independiente egresado del ITAM y ex economista en jefe del área de análisis en uno los 10 grupos financieros de más peso en el país, Mario Correa anticipa que la economía mexicana registrará una “desaceleración fuerte” para 2023, donde algunas firmas del Sector Privado, inclusive, señalan que resultará en una tasa negativa de crecimiento.

En donde el grueso de los expertos coincide, refiere Correa, es que el avance de la economía mexicana se ve débil para el próximo año, con tasas de entre 0.8% a 1%, bastante menores que el 3% en que debería terminar este año.

“Es una desaceleración fuerte. Diría que en realidad se espera que haya debilidad económica, donde inclusive algunos analistas traen por una tasa negativa de crecimiento para el siguiente año”, resalta, en entrevista con Fortuna.

Si bien el principal lastre en el panorama será una desaceleración acentuada de Estados Unidos, el principal socio comercial de México y la mayor potencia económica global, también hay factores internos que impiden que la economía despunte.

“No veo que haya motores (de crecimiento) que estén encendidos; más bien están bastante apagados; sobre todo la inversión privada que no se ha recuperado”, apunta el experto.

La falta de inversión privada provocada por malas decisiones de política pública, además, no permitirá estimular ni la reactivación ni el consumo en momentos en que la economía enfrentará un mayor deterioro en 2023 respecto a este año.

Agencias de información internacionales consignaron el viernes que más de la mitad de los 50 estados de Estados Unidos muestran signos de ralentización de la actividad económica, superando un umbral clave que suele indicar que se avecina una recesión, según un nuevo informe del Banco de la Reserva Federal de San Luis presentado el miércoles pasado.

A este reporte siguió otro de la Reserva Federal de San Francisco que también señaló la creciente perspectiva de que la economía estadounidense pueda entrar en recesión en algún momento de los próximos meses.

Sin catalizadores

Correa afirma que a pesar de que las remesas, o el dinero que envían los connacionales que trabajan en el extranjero, principalmente de EUA, está apoyando el consumo, estos recursos -que este año ascenderán a cerca de 50,000 millones de dólares (mdd)- están dirigidos a familias de escasos recursos, y en ciertas zonas del país, por lo que su aportación a los balances es raquítico.

“El consumo fuerte proviene de la clase media, y la clase media es la que resulta la más afectada por la falta de estos motores. Es el grupo que no recibe ayudas sociales, pero que abre negocios y genera empleos, y su debilidad impide un crecimiento en un ritmo deseado”, sostiene.

Con cifras nominales, al cierre del segundo trimestre del año, el consumo privado de México sumó alrededor de 19.4 billones de pesos, donde las remesas apenas representaron un porcentaje mínimo sobre ese monto, señaló

Debajo de la meta

El experto menciona que si bien los indicadores adelantados de la economía mexicana muestran una zona de expansión, como es el caso del indicador IMEF manufacturero y no manufacturero, relativo a los servicios, estos finalmente son una interpretación que coloca en el umbral de los 50 puntos, con una puntuación máxima de 100.

Se trata de una mejoría en “la percepción en el margen” de los grupos económicos consultados sobre los indicadores oportunos, que si bien habla de una mejoría en la percepción, no significa una recuperación.

En lo que respecta al ejercicio del gasto público tampoco se están creando condiciones para que México sea “imán” para el nearshoring, o el fenómeno de relocalización de empresas por menores costos de operación, sino que los recursos están destinados a proyectos que no son viables ni rentables.

Hoy la apuesta tendría que favorecer el “momentum” producto del nearshoring, donde EUA tiene la necesidad de reconstruir sus cadenas de suministro apoyándose en sus socios y proveedores comerciales más cercanos, especialmente de México.

Las empresas estadounidenses están viendo amplias posibilidades en este momento de abrir bodegas y centros de distribución para participar en la cadena de proveeduría de la principal economía mundial, asevera el experto.

Hoy, por ejemplo, señala, el país tendría que estar invirtiendo en los sectores de mayor crecimiento futuro, como las energías renovables, donde el gobierno federal justo dirime actualmente una disputa en materia energética tanto con EUA, como con su otro socio comercial en Norteamérica, Canadá.

“Si no se dirime el conflicto y el agua está fría no le van a entrar (a invertir)”

“Nosotros no estamos aprovechando esa oportunidad; no estamos viendo, o teniendo la visión adecuada para dar a estas empresas energía suficiente, limpia y a precios competitivos para reanudar sus procesos. Es una oportunidad que estamos dejando ir”, advierte.

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