En 2023, desaceleración económica en México, incluso una leve recesión

Tiempo de lectura aprox: 4 minutos, 8 segundos

Aunque es altamente probable que el próximo año varios bancos centrales, entre ellos el Banco de México, den por terminado su ciclo de alza en tasas de interés, el efecto de la restricción monetaria será evidente. La economía global se desacelerará e incluso, muchos países podrían caer en recesión.

*Por Víctor Ceja Cruz, economista en jefe de VALMEX

El difícil entorno global que se vivió en 2022 no impidió que la economía mexicana registrara un crecimiento sorpresivamente elevado, pues en los primeros nueve meses promedió 2.9%, anticipando una variación similar para todo el año. 

Recordemos que muchos países registraron una “recesión técnica” en la primera mitad de 2022, incluyendo Estados Unidos, debido a varias causas. Entre los más sobresalientes: el retiro de estímulos monetarios, el alza generalizada en las tasas de interés para contener la inflación, el impacto de la pandemia y el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania.

Es muy probable que en 2023 varios bancos centrales, entre ellos el Banco de México, den por terminados sus ciclos de alza en las tasas de interés, y establezcan una pausa de varios meses a la espera de conocer el impacto total sobre la actividad económica y el control de la inflación.

Sin embargo, el efecto de la restricción monetaria ya será evidente: Es decir, la economía global se desacelerará, dado el rezago con que opera la política monetaria. Incluso, muchos países podrían caer en recesión.

Para controlar y disminuir la inflación, uno de los objetivos económicos prioritarios ahora es que la actividad económica se debilite, lo que se prevé que ocurra a nivel global en 2023 por el impacto de las elevadas tasas de interés. México no será la excepción.  

Crecer menos (o hasta una corta recesión)

En el caso de México, es de esperar que la economía disminuya su ritmo de crecimiento a una tasa cercana promedio de 1% en 2023, frente a cerca de 3% en 2022. 

Además, es probable que se presente una pequeña y muy corta recesión en la segunda mitad del próximo año, bajo el supuesto de que la economía estadounidense sólo se desacelera, sin caer en recesión.

Habrá probablemente una menor inflación, pero en un nivel superior a la meta oficial. Dado que la economía global se está debilitando, y con ello los precios de las materias primas y los costos de transporte van a la baja, además de que las cadenas de producción y distribución cada vez están menos distorsionadas, se espera que la trayectoria de la inflación a nivel global sea a la baja.

La inflación general en México alcanzó su “pico” en agosto pasado y mantiene una trayectoria descendente -con algunos altibajos- gracias, sobre todo, a la disminución de los precios de los energéticos y de algunos productos agropecuarios, cuya explicación se encuentra justo en la reducción global en los precios de las materias primas.

Sin embargo, la inflación subyacente, que excluye estos precios, y las tarifas públicas, se mantiene elevada, cerrando 2022 en un nivel superior al 8 por ciento. 

Lo preocupante es que el componente subyacente participa con cerca del 75% del Índice Nacional de Precios al Consumidor, de tal manera que mientras no disminuya, es imposible que se alcance la meta oficial de inflación.

Hacia el cierre de 2023 es probable que la inflación rondará el 5%, cerca de un punto porcentual arriba del pronóstico del Banco de México. 

Menor déficit externo, sin problemas de financiamiento

Ante la desaceleración global de la actividad económica, es posible ver un menor dinamismo en los flujos comerciales y un estrechamiento de los déficits comercial y de cuenta corriente.  

México importa para exportar: El déficit corriente (balanza comercial, más balanza en servicios, más transferencias) muy probablemente no rebase el 1% del PIB en 2023.

Este déficit será financiado en su totalidad por inversión extranjera directa, sobre todo si se considera el fenómeno de la relocalización de empresas (nearshoring) que está beneficiando a nuestro país. 

Deterioro en finanzas públicas (pero) sin ajustes en calificaciones

Varios eventos incidirán negativamente en las finanzas públicas, entre ellos, una menor recaudación tributaria derivada de un crecimiento económico gris, mayores tasas de interés, la ayuda presupuestal a Pemex y la fortaleza relativa del peso. 

Aun así, el riesgo de una rebaja crediticia para México es muy baja, dado que se estima un déficit primario (ingresos menos gastos, sin servicio de deuda) pequeño, inferior a medio punto porcentual del PIB. 

Esta situación, además, compara favorablemente con el resto de los países emergentes, los cuales, en su gran mayoría, realizaron un esfuerzo fiscal significativo para paliar los efectos de la pandemia en sus economías, registrando déficits elevados.

Peso relativamente fuerte

El peso mexicano seguirá beneficiándose de una serie de factores, por lo que en 2023 mantendrá la fortaleza mostrada a lo largo de este año que concluye.

Con sólidos fundamentales que se traducen en un déficit de la cuenta corriente pequeño y financiado en su totalidad por la inversión extranjera directa; tasas de interés atractivas para el capital extranjero, así como finanzas públicas en buena situación, además de un excedente de divisas proveniente sobre todo de niveles históricamente altos en remesas y turismo, nuestra moneda mantendrá su fortaleza relativa durante 2023.

Al cierre del próximo año, probablemente nuestra moneda se ubique en un nivel inferior a 21 pesos por dólar. 

En resumen, en comparación con 2022, el panorama macroeconómico de 2023 estará caracterizado por una desaceleración económica, la cual coadyuvará a reducir la inflación, aunque a un nivel más elevado que los pronósticos del Banco de México. 

La tasa de fondeo se mantendrá elevada durante todo el año y esto ayudará, junto con un déficit externo pequeño y buenos números en finanzas públicas, a mantener un tipo de cambio relativamente fuerte.

 

*Víctor cuenta con más de 35 años de experiencia en el sector económico y bursátil, análisis y planeación financiera y económica, planeación estratégica, análisis financiero de empresas y estudios sectoriales. 

Desde hace 29 años forma parte del equipo de la casa de bolsa Valores Mexicanos (VALMEX), del Grupo BAL, en donde ha colaborado en la dirección de análisis. Actualmente se desempeña como Economista en jefe, en donde tiene bajo su responsabilidad el área de Análisis Económico.

Ha ocupado diversas posiciones, entre ellas, Jefe de la División de Estudios Económicos en el Instituto Mexicano del Petróleo, y Coordinador de Estudios Sectoriales y Financieros en Celanese Mexicana, S.A. También ha sido consultor independiente para la elaboración de proyectos de inversión en Fomento Industrial Somex; Etla, Gobierno del Estado de Oaxaca y Mobil Oil de México.

Víctor ha sido reconocido con varios premios y menciones honoríficas, entre las que sobresalen: Mejor Estudiante de México 1981; The Robert C Rogers Memorial Award 1982; Estímulos y Recompensas del Sector Público 1984 y el primer Reconocimiento a Analistas Económicos 2001, organizado por la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) y la Asociación Mexicana de Intermediarios Bursátiles (AMIB).

Es economista por la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) y cuenta con estudios de postgrado en Economía por la Universidad de Colorado en Boulder, Estados Unidos, y la Universidad de Cambridge, Inglaterra. 

 

También te puede interesar: Ahora sí: a finales del 2023, sistema de salud mejor que el de Dinamarca