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Aunque desde hace más de una década se analiza si el Alzheimer y la salud bucal podrían estar vinculadas con una bacteria que afecta las encías y accede al cerebro, se tiene poca información al respecto.
Diferentes estudios confirman esta hipótesis que se había planteado años atrás. Las personas con esta patología tienen en común una enzima que provoca la periodontitis crónica. Si bien no se conocen con exactitud las causas del Alzheimer, la gingivitis favorece su desarrollo. Se ha establecido que las personas que tienen el gen AMY1, obtienen mayores calorías de la comida. Un estudio de la Universidad de Harvard estableció que las personas con menos de cuatro copias de AMY1, según los investigadores, tenían alrededor de un 8 por ciento más de riesgo de obesidad que las personas con más de nueve copias. AMY1 parecía ser protector. Esta premisa se sigue analizando, pero se avanzó en otra investigación, qué sucede con el gen AMY1 como codificador de una enzima que ayuda a los seres humanos a convertir el almidón en azúcar. Aunque otras enzimas también realizan esta función, AMY1 comienza este proceso en la saliva. Es lo que hace que las galletas tengan sabor dulce una vez que han estado en la boca el tiempo suficiente. Esta enzima favorecería la concentración de estas bacterias.
Esta situación representa, sin embargo, un cierto riesgo de salud, según investigadores de la Universidad de Cornell en Estados Unidos.
Una hipótesis que se comenzó a discutir en el 2010 está de nuevo en la actualidad con las últimas publicaciones sobre esta enfermedad. Sucede que se ha encontrado el patógeno que provoca la gingivitis en pacientes con Alzhéimer. El 96% de ellos tenía en su cerebro ‘Porphyromonas gingivalis’.
La bacteria se traslada al cerebro y excreta una enzima dañina que genera destrucción de neuronas. De allí, la pérdida de memoria y la degeneración característica del Alzhéimer. La gingipaina es la responsable del daño cerebral y sus posteriores secuelas. No es la causa única ni concluyente, pero los expertos están seguros que es un camino muy importante de investigación. Se han realizado también experimentos con ratas de laboratorio. Se les introdujo el patógeno de la periodontitis crónica y los resultados fueron positivos. La infección oral alcanza al cerebro y produce beta amiloide, una bacteria que se relaciona de manera directa con Alzhéimer.
En un principio, los oponentes a estas teorías sostenían que la infección oral se originaba después de contraer la enfermedad de la memoria. Las personas con demencia no tienen la capacidad de mantener una buena higiene bucal. Por tal motivo, la aparición de gingivitis podía ser posterior al Alzhéimer.
Las pruebas de ADN que se han realizado últimamente comprueban lo contrario, con las comprobaciones realizadas en pacientes fallecidos. Solo un alto porcentaje posee el daño en las células nerviosas del cerebro. Esto permite concluir que la infección oral se da primero y es un factor influyente en el avance hacia el cerebro. La consecuencia posterior es la aparición de enfermedades mentales.
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