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En el cierre de la FIL Guadalajara, el fotógrafo mexicano recibió el Homenaje de Periodismo Cultural Fernando Benítez por su trayectoria en el fotoperiodismo
Raúl Curiel
Desde acontecimientos como la primera visita al Papa o una protesta de mujeres indígenas en Chiapas, con sus imágenes Pedro Valtierra ha consolidado una trayectoria que le ha valido reconocimientos como el Premio Rey de España para Fotografía y al que este domingo se sumó el Homenaje Nacional de Periodismo Cultural Fernando Benítez, ceremonia que representa la clausura simbólica de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara.
Humberto Musacchio, amigo y compañero de trabajo del festejado, mencionó durante el homenaje que la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, al ser uno de los eventos culturales más grandes de México, es, asimismo, un gran lugar para la libertad de expresión. Dijo que, frente a gobiernos que no comprenden su alcance, contar con un foro donde se promueven el saber y el diálogo de manera libre es algo que pocos países poseen.
Por otra parte, Susana Rodríguez, investigadora y también amiga de Valtierra, hizo un repaso para mencionar los logros que Valtierra ha alcanzado a lo largo de su vida. Con imágenes mostró otra cara del periodista. Compartió que desde su infancia se vio esa sensibilidad artística que lo caracteriza hoy día. Reconoció el gran trabajo que ha sido publicado en los periódicos donde Pedro Valtierra ha mostrado su trabajo. En las imágenes proyectadas se pudo ver la toma de protesta de Miguel de la Madrid, durante la cual el homenajeado capturó con su cámara una paloma muerta en el Zócalo de Ciudad de México. Estas imágenes, difíciles de capturar, son inherentes del trabajo del fotoperiodista, dijo.
Entre alabanzas del público, Valtierra recibió el Premio de manos de Ricardo Villanueva Lomelí, rector de la Universidad de Guadalajara, para después expresar unas palabras de agradecimiento, en las cuales se mostró emocionado, al recordar diversas experiencias de su vida. Para empezar, dijo recibir el Premio con mucha emoción y cariño, que los fotógrafos de vez en cuando deberían recibir premios y reconocimientos para promover la creatividad y el arduo oficio que realizan.
Asimismo, dedicó el homenaje a todos los periodistas muertos. “Lo que no se retrata no existe”, mencionó y explicó que este mantra lo ha acompañado a lo largo de su trayectoria, y que es un testimonio viviente de que la literatura, como el periodismo, la fotografía y el arte en general, deben reflexionar sobre lo que sucede en el entorno, y que el panorama es tan importante como lo que se ve en el centro de una fotografía.
Para finalizar, mencionó que los fotógrafos le deben la vida a los retratados, ya que gracias a ellos, y el pedazo de alma que regalan al permitir que sean capturados en imagen, es posible que ellos desarrollen su oficio. Al borde de las lágrimas agradeció a su difunto amigo, Javier Molina; al hombre que lo publicó por primera vez, en su primer día de trabajo, Benjamín Wong; y concluyó diciendo: “Pocas, pero buenas fotos”.
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