Balenciaga desata polémica por glamurizar la violencia infantil 

Balenciaga

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La polémica inició el 16 de noviembre, cuando la marca de lujo publicó una campaña llamada Balenciaga Gift Shop, que mostraba imágenes de niñas con los bolsos de la marca que parecen peluches vestidos con prendas de bondage.

Dichas campañas han llevado el escrutinio público a un nuevo nivel ya que una de incluía fotos de niños con bolsos que parecían osos de peluche con accesorios de bondage (ataduras eróticas). Mientras que la otra presentaba fotos que incluían documentación sobre las leyes de pornografía infantil. Ambas encendieron una tormenta que viajó desde internet hasta Fox News, alimentada por las acusaciones de que Balenciaga aprobaba la explotación infantil.

Casi dos semanas después, la marca publicó un comunicado en el que admitía “una serie de errores graves de los que Balenciaga se hace responsable”. Además, comunicó que estaban en marcha “investigaciones internas y externas” y “nuevos controles”. 

De acuerdo con The New York Times, la campaña fue fotografiada el mes pasado por Gabriele Galimberti, un fotógrafo documentalista italiano, cuyo trabajo mostraban a seis niños sosteniendo bolsos de osos de peluche destruidos, que ya se habían presentado en el desfile de primavera 2023 de la marca en París. 

Los peluches tenían los ojos amoratados, tops de rejilla y arneses de cuero; a su alrededor se exhibían copas de vino y otros artículos de regalo.

De una forma similar, la segunda campaña denominada Garde-Robe 2023 mostraba como utilería papeles de una decisión de la Corte Suprema sobre leyes de pornografía infantil. De acuerdo con el medio, esta se rodó en julio, meses antes de la campaña de Gift Shop, y tuvo lugar en un entorno de oficina. 

En una de sus imágenes, un bolso Balenciaga x Adidas Hourglass de 3000 dólares aparecía sobre un escritorio junto a copias impresas del fallo de 2008 de la Corte Suprema en el caso Estados Unidos contra Williams. El caso examinó si las leyes que prohíben el “proxenetismo”—promoción— de la pornografía infantil restringen los derechos de libertad de expresión de la Primera Enmienda.

Las primeras respuestas de la marca a las reacciones negativas se produjeron el 24 de noviembre, cuando se disculpó por la campaña Gift Shop y prometió retirar los anuncios de sus canales de redes sociales. Horas más tarde, una segunda disculpa abordando la campaña de Garde-Robe se publicó en las Historias de Instagram de la marca.

En ella la marca aseguró que ya se estaban tomando medidas legales contra las partes responsables de crear el escenario e incluir artículos no aprobados para la sesión de fotos de la campaña de Primavera 23. 

Asi fue que el  25 de noviembre, Balenciaga presentó en un tribunal de Nueva York una demanda de 25 millones de dólares contra la productora North Six y Nicholas Des Jardins, quien diseñó el decorado de la campaña de Garde-Robe.

Un citatorio con notificación alegaba que la productora y el escenógrafo incurrieron en “actos y omisiones inexplicables” que fueron “malintencionados o, como mínimo, extraordinariamente imprudentes”.

Con esto  la marca dejaba en claro que los documentos se habían colocado en las fotografías de la campaña sin su conocimiento y habían dado lugar a falsas asociaciones entre Balenciaga y la pornografía infantil.

Sin embargo, un abogado de Des Jardins, el escenógrafo señaló en un comunicado  que los documentos procedían de “numerosas cajas” alquiladas a una casa de utilería y aseguró que no había ningún plan malévolo” por parte de su cliente. 

Los representantes de Balenciaga estaban en el plató durante la sesión fotográfica, “supervisándola y manejando papeles y otros accesorios, y Des Jardins, como escenógrafo, no era responsable de la selección de imágenes”, escribió.  Des Jardins por su parte, aclaró que no tuvo ninguna participación en la otra campaña de Gift Shop. 

El 28 de noviembre Balenciaga publicó otro comunicado en el que reconocía que sus bolsos de peluche y la colección Gift no deberían haber sido presentados con niños. 

“Fue una elección errónea por parte de Balenciaga, combinada con nuestro fracaso en la evaluación y validación de las imágenes. La responsabilidad de esto recae únicamente en Balenciaga”. 

Las repercusiones de las polémicas campañas comenzaron cuando  la publicación especializada Business of Fashion revocó el 28 de noviembre un premio que tenía previsto conceder al director creativo de Balenciaga, Denma,  diciendo que tenía “la seguridad de los niños en la más alta consideración”. 

 

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