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Por OCA Reputación
El gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador cuenta con un amplio portafolio de proyectos de infraestructura que anunció desde su época como candidato y que ha impulsado desde el inicio de su administración. Estos proyectos se caracterizan por estar bajo total control de López Obrador, ser financiados enteramente con recursos públicos y administrados por las Fuerzas Armadas. No obstante, el mandatario federal ha decidido respaldar otros proyectos, que de inicio no estaban previstos en su agenda prioritaria, y destacan por tener origen diferente. Sus particularidades presentan algunos puntos de coincidencia que pueden explicar porque han ganado el apoyo del presidente López Obrador.
Plan Sonora
El más reciente proyecto abrazado de forma positiva por el Presidente ha sido el Plan Sonora, una iniciativa para desarrollar un cluster energético en ese estado. El proyecto contempla plantas solares en Puerto Peñasco, terminales de gas licuado y la explotación del litio, con el objetivo de convertir al estado en un centro de producción de energía renovable a nivel mundial. Este proyecto presenta características importantes: 1) fue propuesto por un gobernador de Morena cercano al presidente, Alfonso Durazo, quién lo presentó como objetivo de campaña; 2) el interés que suscitó en el gobierno estadounidense que está impulsando una agenda activa en contra del cambio climático y de transición energética a nivel mundial; y 3) el impacto directo sobre áreas altamente estratégicas para el gobierno actual como lo es el litio, la electromovilidad y la relación comercial con los Estados Unidos.
El Cuchillo II
El proyecto del acueducto El cuchillo II se había mantenido en la agenda de diversas administraciones en Nuevo León, pero no fue sino hasta la reciente crisis que golpeó a Monterrey y a su área metropolitana con una severa escasez del agua, que el gobernador Samuel García logró concretar los fondos federales y estatales necesarios para su construcción. Bajo este esquema, el gobierno del presidente López Obrador apoyó con ahínco su construcción y su conclusión en no más de un año. Este proyecto presenta características muy particulares: 1) responde a una crisis que afectaba ampliamente a la población más necesitada de Nuevo León, grupo central en las prioridades del ejecutivo federal; 2) aunque el gobernador no tiene cercanía ni forma parte del movimiento que el Presidente encabeza, ha mantenido una postura de diálogo neutral y abierta; y 3) fue respaldado por la comunidad empresarial neoleonesa para mitigar la crisis y reducir el daño reputacional sobre ella.
Transición energética y litio
La reciente adopción del discurso de la transición energética y el avance en tecnologías relacionadas con la energía limpia, como el litio, responde a los recientes debates que se dieron sobre el sector eléctrico en el país. Si bien aquella discusión estuvo basada en el papel del sector público y privado en esta industria, un efecto inesperado y positivo ha sido la adopción del gobierno federal del discurso de la transición energética y ciertos proyectos de energía renovable. En este caso jugó un papel muy relevante: 1) la presión estadounidense a través de reuniones binacionales y las recientes presiones económicas respecto al sector eléctrico; y 2) los importantes réditos económicos y discursivos que generan que el litio, y otros minerales estratégicos, estén bajo la tutela del Estado y de sus empresas públicas.
Obras inconclusas anteriores (El Zapotillo y Tren México-Toluca)
Entre las obras inconclusas, adoptadas por el gobierno, destacan la presa El Zapotillo y el Tren Interurbano México-Toluca. El primero, presentaba problemas desde hacía más de 15 años por la resistencia de las comunidades, mientras que el segundo, era un proyecto heredado del gobierno de Enrique Peña Nieto y rodeado de irregularidades. En el caso de El Zapotillo, la importancia de construir la presa y dar agua a la población prevaleció sobre los efectos negativos que causan en las comunidades aledañas. A pesar de esto, el presidente, fiel a su discurso, buscó construir acuerdos sin afectar de forma negativa a campesinos. Aquí observamos dos características importantes: 1) la presencia de una población marginada que ha sufrido agravios; y 2) una obra ya cercana a su conclusión que hubiera resultado más costoso cancelar.
Aunque el Tren México-Toluca se había caracterizado por la opacidad en su proceso de construcción, la intervención del Gobernador del Estado de México -de un partido opositor- y de la Jefa de Gobierno de la Ciudad de México -del partido oficialista y figura muy cercana al primer mandatario- provocó que recibiera el respaldo federal. En este caso destacamos tres valores importantes: 1) la presencia de personajes muy cercanos al primer mandatario; 2) el manejo político del gobernador del Estado de México, abierto al diálogo con el Presidente; y 3) los efectos negativos y el coste económico de dejarla inconclusa.
A partir de los proyectos antes mencionados, es posible identificar una serie de características que parecen ser determinantes para que un proyecto de desarrollo de infraestructura obtenga la bendición y apoyo presidencial, como:
- ¿A quién va dirigido? La población objetivo del proyecto debe ser parte de los grupos de atención prioritaria por motivos de vulnerabilidad social, económica y/o de derechos..
- ¿Quién lo propone? Los proyectos aceptados han sido presentados por personas cercanas al presidente o que, a pesar de ser de la oposición, han moderado sus críticas al gobierno.
- El factor estadounidense. La relación comercial y dependencia de Estados Unidos resulta ser tan amplia que puede ofrecerse al presidente proyectos que la fomenten.
- Evitar perder más dinero. Los proyectos inconclusos son evaluados de forma pragmática para reducir impactos negativos a las finanzas públicas.
- Factor político-electoral. Prioridad a obras en estados donde hubo alternancia, donde se aproximan elecciones y/o en los que quiere ganar de aliado a un gobernador que no sea de su partido.
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