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Truss notificó su dimisión al rey Carlos III, aunque permanecerá al frente del Gobierno hasta que se elija a su sustituto.
Agencias internacionales destacaron este jueves la dimisión de la primera ministra de Reino Unidos Liz Truss. Cuestionada dentro de su propio partido y con el rechazo de la opinión pública a cuestas, la dirigente conservadora, de 47 años, dimitió apenas seis semanas después de haber asumido el cargo.
La posición de Truss ya pendía de un hilo ayer luego de la renuncia de una destacada funcionaria de su gobierno que arrojó críticas contra su gestión, y de que una votación en la Cámara de los Comunes terminase en caos y reproches.
El fallido plan económico presentado por el gobierno de Truss el mes pasado desencadenó el caos financiero y una crisis política que derivó en la sustitución del secretario del Tesoro, múltiples cambios de rumbo en sus políticas y en una ruptura de la disciplina en el gobernante Partido Conservador.
Según el legislador conservador Simon Hoare, el gobierno está desorganizado.
“Nadie tiene un plan de ruta. Todo es una suerte de lucha cuerpo a cuerpo en el día a día”, dijo en declaraciones a la BBC este jueves, añadiendo que Truss tenía “unas 12 horas” para darle la vuelta a la situación.
En las primeras horas de la mañana de este jueves, un creciente número de parlamentarios conservadores instaron a Truss a renunciar y poner fin al caos. “Es hora de que la primera ministra se vaya”, apuntó la legisladora Miriam Cates.
Otro de los diputados, Steve Double, añadió que “Lamentablemente, no está a la altura del cargo”. Los periódicos que suelen ser afines a los conservadores se mostraron muy críticos.
La secretaria de Comercio Internacional, Anne-Marie Trevelyan, concedió una entrevista el jueves en la mañana para defender al ejecutivo e insistió en que ofrece “estabilidad”. Pero no pudo garantizar que Truss vaya a ser la candidata conservadora en las próximas elecciones. “Por el momento, creo que esta es la situación”, indicó.
Mientras las encuestas de opinión otorgan una amplia y creciente ventaja al Partido Laborista, muchos conservadores piensan ahora que su única esperanza para evitar una debacle electoral es sustituir a Truss, pero están divididos acerca de quién será el sucesor.
Las elecciones generales están previstas hasta 2024 y, de acuerdo con las normas del Partido Conservador, Truss estaría técnicamente a salvo de desafíos a su liderazgo durante un año. Pero esto podría cambiar si un número suficiente de legisladores así lo reclama, y hay una creciente especulación acerca de cuántos legisladores han enviado ya cartas solicitando una moción de censura.
Inestabilidad
En un importante revés a la mandataria, la secretaria de Interior, Suella Braverman, dimitió el miércoles tras incumplir las normas al enviar un documento oficial desde su cuenta personal de correo electrónico.
Aprovechó su carta de renuncia para arremeter contra Truss afirmando que tenía “preocupaciones sobre la dirección de este gobierno”.
“El funcionamiento del gobierno depende de que la gente acepte la responsabilidad por sus errores”, indicó en una indirecta poco velada hacia la líder.
Braverman fue sustituida como secretaria de Interior por el exministro del gobierno Grant Shapps, un destacado partidario de Rishi Sunak, el exsecretario del Tesoro que perdió ante Truss en la última ronda de la carrera por el liderazgo conservador.
Truss enfrentó más problemas la noche del miércoles con motivo de una votación parlamentaria sobre la fracturación hidráulica para la obtención de gas de lutita, una práctica que se quiere reanudar a pesar de la oposición de muchos conservadores.
Con una gran mayoría conservadora en el Parlamento, el pedido de la oposición para vetar el fracking fue fácilmente descartado, pero algunos legisladores estuvieron inconformes debido a que los responsables del Partido Conservador dijeron que el voto sería tratado como una moción de confianza, lo que supone que el gobierno caería si el proyecto no salía adelante.
Caos
La noche del miércoles surgieron fuerte rumores acerca de la renuncia de la jefa de disciplina del partido Conservador, Wendy Morton, pero horas más tarde, la oficina de Truss dijo que seguían en sus cargos.
Los dramáticos acontecimientos suceden apenas unos días después de que la primera ministra cesó a su secretario del Tesoro, Kwasi Kwarteng, el viernes, luego de que el plan económico que ambos presentaron el 23 de septiembre agitó los mercados financieros y desató una crisis económica y política.
En su primera intervención ante la Cámara de los Comunes desde el giro en su política económica anunciado el lunes por el reemplazo de Kwarteng por el experimentado Jeremy Hunt, Truss se disculpó el miércoles y admitió que durante sus seis semanas de mandato había cometido errores, aunque insistió en que, al cambiar de rumbo, había “asumido responsabilidades y tomado las decisiones correctas en interés de la estabilidad económica del país”.
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