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Se trata de la segunda edición del panorama empresarial en materia de riesgos, donde destaca también el factor de la inseguridad y falta del Estado de Derecho.
Las grandes empresas que operan en México, con ventas anuales que van de un rango de más de 30,000 millones de pesos (mdp) a 2,000 mdp, visualizan tres grandes riesgos a enfrentar durante 2023, encabezando la lista los ataques cibernéticos producto de la transformación digital surgida a raíz de la pandemia, con el 55% de las preferencias, seguido de la escasez de insumos clave (47%), en medio de los impactos que prevalecen en las cadenas de suministro locales y globales.
En tercer orden, pero no menos importante, destaca la inseguridad y falta de Estado de Derecho, con el 42% de las respuestas, por las ineficiencias en los flujos de trabajo y en las cadenas de valor, y ante un alza en costos por la necesidad de invertir en mayor seguridad.
La segunda edición del estudio Riesgos en México 2022 de la consultoría Kpmg presentada el miércoles indica que la encuesta respectiva refleja la opinión de más de 100 directivos de empresa, lo que incluye conocer sus perspectivas en materia de gestión de riesgos más apremiantes dentro de sus organizaciones, y donde tres de cada 10 empresas participantes, el 35% de ellas, factura montos superiores a los 30,000 mdp anuales; el 36%, entre 2,000 y 30,000 mdp, y el 29% reporta ingresos por 2,000 mdp.
“Acelerar la transformación digital, así como moverse a esquemas de trabajo a distancia o híbridos han sido temas clave durante la pandemia, y aunque para varias organizaciones esta aceleración tecnológica presenta oportunidades, 55% de los líderes en México cree que los ataques cibernéticos constituyen el riesgo con (la) mayor probabilidad de materializarse en 2023”, destaca.
Los ataques cibernéticos se han vuelto más complejos ahora, por lo que “las empresas deben seguir refinando sus estrategias de protección, manteniendo tácticas permanentes y en constante evolución”, agrega.
El estudio recuerda que en los periodos previos a la crisis sanitaria, el enfoque dominante en las cadenas de valor fue la eficiencia en costos y la velocidad logística, lo que generó una concentración geográfica de proveedores. Sin embargo, alerta el equipo experto de Kpmg, “ante los cambios geopolíticos y otros acontecimientos recientes, este enfoque ha quedado rebasado”.
“Hoy día los negocios deben tomar en cuenta factores que presentan una volatilidad no esperada, como las rupturas de las cadenas de valor, la inflación generalizada en todo el mundo, desastres naturales y crisis sociales de diferente escala”, señala.
Esto evidencia la relevancia que tiene el “gobierno de datos” y la gestión de riesgos en los sistemas de información, y que, evaluar la madurez y los controles básicos de seguridad informática es esencial para crear un modelo de ciberseguridad para después definir el nivel de inversiones necesario.
Las interrupciones en el suministro de insumos a causa de la pandemia, por su parte, “han sido una fuerte llamada de atención para varias compañías en nuestro país y en el mundo”.
Refiere que en el pasado, la apuesta por centralizar en pocas regiones la proveeduría ha creado agobios y problemas que se materializan en escasez de insumos clave, situación que ha estado impulsando un rediseño de las cadenas de valor hacia la búsqueda de cercanía (nearshoring) o localizaciones de proveedores clave en distintas geografías, a fin de reducir impactos y pérdidas por suspensión de operaciones en localidades afectadas.
La tendencia global de relocalización de proveedores ante la coyuntura actual, alerta Kpmg, hace obligatorio en México la atención de temas como el de la inseguridad y la falta de Estado de Derecho pues repercuten en el flujo de inversiones e incrementan los costos de financiamiento.
¿Qué sigue?
El atlas de riesgo presentado por Kpmg arroja que 9 de cada 10 empresas, o el 90% de ellas, considera que las amenazas a su estrategia se mantendrán o aumentarán en los siguientes tres años, y solo 10% opina que los riegos que amenazan los planes de su organización disminuirán en los siguientes tres años.
“Esto refleja un panorama poco optimista en el cual las amenazas podrían incluso complicarse todavía más debido a factores como la ciberseguridad, que se convertirán en cuestiones cada vez más sofisticadas, así como los temas geopolíticos, que afectan las cadenas de valor y que parecen no tener fin”.
Según Kpmg, las grandes empresas asentadas en México, en contraste, muestran un gran interés por mitigar las amenazas, por lo que 7 de cada 10, el 71% de ellas, ha desarrollado un proceso de identificación, evaluación, monitoreo y gestión riesgos estratégicos.
Apenas en 2021, únicamente el 28% contaba con un programa formal para gestionar y afrontar riesgos empresariales y emergentes. De ese 71% actual, solo un 14% considera que, a pesar de contar con un programa, “su organización aún no está lista para gestionar estos riesgos”.