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La economía mexicana caería en recesión desde mediados de 2023, con una contracción del PIB de 1.7% para todo el año, y ante el deterioro de las expectativas por la recesión en EU.
Reflejo de la recesión que se avecina en Estados Unidos, el principal motor de las exportaciones de México y a donde el país coloca el 80% de sus ventas al exterior, así como de donde recibe cuantiosas remesas, la economía doméstica enfrenta la probabilidad de caer ella misma en recesión desde el próximo año, aseveró el lunes el director de Moody´s Analytics, Alfredo Coutiño.
“Dada la creciente probabilidad de una recesión global en los próximos 12 meses, México no podría evitar una contracción económica causada por una recesión en los Estados Unidos.
“En este escenario, México enfrentaría una prolongada inflación y una recesión con duración de 3 trimestres”, apuntó el ejecutivo en una nota que cita el análisis “La Próxima Recesión Global” y sus consecuencias.
La contracción económica del país comenzaría a partir del segundo trimestre de 2023 y se extendería hasta el cuarto trimestre de ese año, cuando tocaría fondo tras haber caído 3.4% en ese periodo, por lo que después de crecer 1.8% en 2022, el PIB sufriría una contracción de 1.7% al cierre de 2023.
La caída acumulada del PIB el próximo año en México sería más pronunciada que la contracción que sufriría EU, de 2.1% entre el segundo y cuarto trimestre, añade Coutiño.
“Esta caída de la economía mexicana es consistente con la elasticidad histórica reportada en las crisis recientes y con la interdependencia de los ciclos económicos de las dos naciones”, afirma.
Más desempleo
El escenario para la economía mexicana resulta de una combinación de eventos como la persistencia de los choques de oferta en la economía global; los altos precios de las materias primas, acelerados por el conflicto bélico en Europa del Este, y “el debilitamiento de la demanda interna ante la necesidad de una mayor restricción monetaria para abatir la alta inflación”.
Ante las nuevas condiciones, el ingreso familiar en México sufrirá un golpe doble, uno, por el lado de la reducción del poder adquisitivo ante el fenómeno inflacionario, y otro por la pérdida de empleos, a medida que la economía va perdiendo fuerza, entre abril y diciembre del próximo año.
Coutiño refiere que para detener el deterioro pronunciado de las expectativas inflacionarias el Banco de México (Banxico) se verá forzado a acelerar la magnitud de incrementos en las tasas de interés, alcanzando un máximo a mediados de 2023, y con las condiciones para que la economía entre en recesión. Al ambiente reinante se sumará debilidad en el peso mexicano en la medida que la aversión al riesgo “induce (una) salida de inversionistas buscando refugio en activos denominados en dólares”.
Para el experto, a partir de la segunda mitad del próximo año la tasa de interés iniciará un descenso en la medida que la demanda interna se haya deprimido, con un pronóstico en donde la economía mexicana sale de la recesión en los primeros tres meses de 2024, en “sincronía con la economía estadounidense”.
Para Moody´s Analytics si bien la recuperación económica del país sería más plena en 2025, y a medida que la mayor economía mundial, EU, se fortalece, la inflación en México no regresará a sus niveles objetivos de 3% hasta mediados de 2025.
Coutiño asevera que la economía mexicana reproduce las características “típicas” reportadas en episodios de crisis del pasado, con un choque en la economía real y otro financiero.
“En el primer caso, la economía real recibe dos impactos negativos: uno externo generado por la caída de la demanda global, en particular por la contracción del mercado estadounidense, y el otro interno producido por el debilitamiento de la demanda ante el ajuste necesario de la política monetaria”.
En el segundo caso, explica, la economía se ve afectada por la tradicional reacción de las variables financieras y precios, “como en las crisis del pasado”, con una sobrerreacción en el mercado de cambios y salidas de capital en la inversión de cartera.