Divide a FED posturas sobre ritmo de alza tasas de interés en EU 

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Las autoridades de la Reserva Federal de Estados Unidos (EU) continuaron discutiendo sobre la agresividad con la que deben comenzar los próximos aumentos de las tasas de interés en su reunión de marzo, con una lectura final de la inflación justo antes de realizarse dicha sesión de dos días, consigna en un servicio informativo la agencia Reuters.

El presidente de la FED de St. Louis, James Bullard, reiteró el lunes las peticiones a favor de un ritmo más rápido de alza en los tipos de interés en la primera economía mundial, con la afirmación de que cuatro reportes seguidos de inflación fuerte justifican una acción mucho más agresiva, donde el Banco Central necesita “ratificar” las expectativas del mercado sobre sus próximos movimientos.

Bullard, que contribuyó a dar forma a esas expectativas al pedir la semana pasada un aumento de 50 puntos básicos en la reunión de política monetaria de la FED en marzo, dijo a la cadena CNBC que la “credibilidad de la Reserva Federal está en juego” en su intento por reducir la inflación desde el actual máximo en 40 años, con una tasa anual que sobrepasa el 7%.

“Fueron realmente los meses de octubre, noviembre, diciembre y enero los que pusieron en duda cualquier idea de que esta inflación iba a moderarse de forma natural en un plazo razonable, sin que la Fed tomara medidas”, afirmó Bullard.

El funcionario volvió a solicitar un alza de un punto porcentual para la reunión del 1 de julio, lo que implica al menos un alza de medio punto porcentual en una de las tres reuniones que habrá hasta entonces, en lugar de las subidas de un cuarto de punto que la Fed ha utilizado en los últimos años.

Reuters indica que mientras Bullard daba su posicionamiento, el retorno de los bonos volvieron a subir, además que se acrecentó la volatilidad del mercado; la deuda del Tesoro a 10 años volvió a superar el 2%, mientras que el Promedio Industrial Dow Jones cayó más de 200 puntos por la mañana.

Otros funcionarios de la FED se han mostrado menos dispuestos a comprometerse con una subida de medio punto, o incluso se han mostrado preocupados porque pueda causar problemas, señala el informe de la agencia noticiosa.

En una entrevista en la radio SiriusXM, el presidente de la FED de Richmond, Thomas Barkin, dijo que era “oportuno” empezar a subir tasas, pero afirmó que los detalles dependerán de cómo se mueva la inflación en los próximos informes.

La presidenta de la FED de Kansas City, Esther George, por su parte, dijo en una entrevista para el Wall Street Journal que quería un plan “sistemático” para endurecer la política monetaria estadounidense, pero que no estaba convencida de que tuviera que empezar con un aumento de 50 puntos básicos.

“Siempre es preferible ir de forma gradual”, aseguró George. “Dada la situación en la que nos encontramos, las incertidumbres en torno a los efectos de la pandemia y otras cosas, me costaría decir que tenemos que llegar a la neutralidad muy rápidamente”, sostuvo.

El domingo, la jefa de la FED de San Francisco, Mary Daly, aseguró que si el Banco Central es demasiado “brusco y agresivo” podría “tener un efecto desestabilizador sobre el propio crecimiento y la estabilidad de los precios que estamos tratando de lograr”.

Daly declaró a “Face the Nation” de la cadena CBS que tras subir las tasas en marzo, la FED podría incluso plantearse una pausa en su próxima reunión para evaluar la economía, lo que contrasta con las alzas constantes que Bullard considera adecuadas en las reuniones de marzo, mayo y junio.

Con la Reserva Federal prometiendo lo que denomina un enfoque “ágil” de la política monetaria después de tantas sorpresas durante la pandemia, la decisión final puede depender de los detalles del informe final sobre la inflación al consumidor, previsto para el 10 de marzo, que el banco central recibirá antes de su reunión de los días 15 y 16 de ese mes.

Ese informe mostrará si, como algunas autoridades del banco central dicen que esperan, la variación mensual de los precios está disminuyendo, algo que varios han dicho que les permitiría endurecer la política monetaria a un ritmo más lento.