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En Alemania, el pasado 10 de enero, la sorpresiva confesión de un ex banquero de inversión de Warburg en Luxemburgo cambió la expectativa de que el mayor fraude al fisco de ese país no quede impune.
Casia una década después de investigaciones y juicios en los cuales los involucrados se defienden de ser inculpados porque aseguran que las leyes tributarias de Alemania les permitían obtener compensaciones fiscales. “Era quizás legal pero seguro que era inmoral”, dicen los analistas en Alemania sobre este caso.
Después de extraditarlo de Suiza, en un tribunal alemán se enjuicia al abogado Hanno Berger, quien habría sido artífice de cientos de operaciones en perjuicio del Estado y Erario de ese país.
Medios alemanes aseguran que los fiscales responsables del caso, el Ministerio Público de la ciudad de Colonia, buscan cuadrar las pruebas que permitan obtener reparaciones por los miles de millones de euros que se perdieron con la estafa fiscal más grande en la historia.
Desde los primeros días de enero, la prensa alemana cubre el denominado juicio Cum-Ex y las comparecencias de testigos en el Tribunal Regional de Bonn.
De acuerdo con la investigación colaborativa coordinada por el medio alemán Correctiv y dada a conocer en 2018, Hanno Berger era un funcionario del Ministerio de Hacienda alemán que cambió su modesta oficina de gobierno por lujosos despachos privados al transformarse en asesor de empresas. Berger alardeaba de reducir hasta en un 90% el pago de sus impuestos ante el gobierno alemán.
La investigación de Correctiv, en la que participaron una decena de medios de información en los principales países de la Unión Europea, asegura que Berger contaba con información privilegiada sobre los cambios tributarios que beneficiarían o perjudicarían a sus clientes.
Fue un abogado suizo que colaboraba en el despacho Shearman & Sterling, quien habría dado a las autoridades las primeras pistas para detener a Berger en Suiza y someterlo a juicio.
Las operaciones Cum-Ex permitían acreditar devoluciones de impuestos ante las autoridades alemanas por el pago de dividendos de empresas. Se otorgaban certificados que se usaron para generar un mercado secundario que los bancos aprovecharon. El problema fue que muchos certificados se cobraban al fisco y se usaban para operaciones bancarias a pesar de que no contaban con el respaldo de impuestos pagados previamente. Un fraude que se develó en 2012.
Fue durante toda la década iniciada en 2000 cuando las operaciones Cum-Ex beneficaron a abogaos como Berger, a empresas y a bancos de inversión que también aprovecharon la figura bursátiles de los American Depositary Receipts. (ADRs), que permitían realizar emisiones de capital sin exhibir acciones en el mercado de valores de Estados Unidos.
Los abogados y auditores avalaban estas transacciones dentro o fuera de la Unión Europea.
Según la investigación periodística de Correctiv, las operaciones Cum-Ex se operaron a través de una red de bancos, traders y abogados de alto nivel que generaron un mercado de intercambio de acciones y certificados, lo que ocasionó ante las autoridades fiscales de Alemania una simulación para el pago de dividendos y el reembolso de impuestos.
Los banqueros y los fondos de cobertura también crearon Vehículos Especiales para que se realizara el intercambio de acciones. Por ejemplo, los bancos autorizarían créditos incrementando el volumen de las transacciones. El banco emitía certificados para confirmar el pago de dividendos sin que esto se hubiera concretado, lo que no impedía que se solicitara la devolución de impuestos al gobierno alemán.
El fraude, según los cálculos de esta investigación, ascendería a 150,000 millones de euros. Parecía legal pero no lo era.
En 2012, después de la crisis de las hipotecas subprime, las autoridades alemanas del Ministerio de Hacienda e Impuestos publicaron una circular que cerraba todos los caminos para este tipo de transacciones.
Pero fue hace unos días, cuando un ex empleado de Warburg,confirmó que el fraude Cum-Ex sí se había llevado a cabo aprovechando las leyes tributarias de Alemania. “Eso estuvo mal. Sin embargo, todavía me resulta difícil encontrar las palabras correctas y abiertas”, dijo el ex colaborador de Warburg en Luxemburgo, amenazado por la firma bancaria alemana de una demanda por daños y perjuicios si declaraba en contra de sus ex jefes y empleadores.
Hasta diciembre de 2020, según las notas de varios diarios alemanes, el ex gerente de Warburg en Luxemburgo había asegurado que era inocente. Sin embargo, un año después, sus declaraciones dieron un giro al caso al reconocer que los tratos en el marco de las operaciones Cum-Ex eran “abusivos”. Además, reconoció que había firmado comprobantes falsos para tramitar devoluciones de impuestos con lo que contribuyó a ocultar estas operaciones. Ante el poder judicial de Alemania y el Juez Richter Zickler, dijo que lo había hecho por temor a dañar su “carrera” en Warburg.
“Lamento profundamente haber creado un requisito fiscal previo para la ejecución de las transacciones discutidas aquí y el inmenso daño fiscal causado por ello”, confesó ante el juez Zickler el ex directivo de Warburg.
Para los participantes en esta estafa, los ingresos sumarían, según la prensa alemana, más de 12,000 millones de euros en impuestos que nunca pagaron y que solicitaron devolución. ¿Cuántas guarderías se dejaron de construir por esta estafa?”, se preguntan los investigadores de Correctiv.
Elaborado por Revista Fortuna a partir de notas de la prensa alemana y el informe de Correctiv.
¿Quién es Hanno Berger?
Berger fue un asesor clave e iniciador de fondos de la casa de fondos en Luxemburgo Sheridan, que invirtió en transacciones de capital cum-ex con acciones de blue chips alemanes y fueron distribuidos por el banco suizo Sarasin. Los inversores en estos fondos incluyeron al fundador de AWD, Carsten Maschmeyer, y su esposa, la actriz Veronica Ferres,el entrenador de fútbol Mirko Slomka,el fabricante de carne Clemens Tönnies,el abogado de medios Matthias Prinz,el empresario deportivo Peter Schöffel y el empresario de farmacias Erwin Müller.
Berger asesoró a M.M.Warburg & CO (respectivamente los dos principales accionistas, el Presidente del Consejo de Supervisión Christian Olearius y su adjunto, Max Warburg) en transacciones cum-ex. Según un informe publicado por Der Spiegel en marzo de 2021, Warburg pagó 17,5 millones de euros a Hanno Berger y Benjamin Frey por consultas sobre transacciones cum-ex. El Warburg transfirió el dinero al Sarasin Bank,que lo remitió a una compañía offshore de Berger y Frey en las Islas Vírgenes Británicas.
El perjuicio fiscal, es decir, los impuestos reembolsados indebidamente al Warburg, asciende a 169 millones de euros o 280 millones de euros, según el informe y dependiendo del tamaño de las transacciones tenidas en cuenta. (Fuente de este perfil: Wikipedia)