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El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) ha apuntado que México se encuentra entre los primeros lugares en obesidad infantil en el mundo. Y esto sucede porque, según este organismo internacional, los principales factores que propician la obesidad y sobrepeso entre los infantes es la baja actividad física y el consumo excesivo de alimentos procesados con altos niveles de azúcares, grasas trans y sal.
Se estima que, en nuestro país, el 24 % de niñas y niños de 8 años presentan sobrepeso y el 26.1% de los de 9 años tienen obesidad. Según la información consultada por el Laboratorio de Datos contra la Obesidad (LabDO) afirman que la prevalencia de la obesidad entre niños de edad escolar es de 18.6%
En este sentido, el laboratorio destacó que la forma en la que se alimentan niñas, niños y adolescentes tiene repercusiones directas en su desarrollo. Una alimentación adecuada desde el nacimiento aumenta las probabilidades de mantener un peso saludable y reduce el riesgo de desarrollar enfermedades.
Partiendo de este punto, según la OMS, México puede ser considerado como un país, en su mayoría, malnutrido. Esto significa que una gran cantidad de personas tienen insuficiencia de nutrientes o que su dieta no les permite adquirir estos nutrientes, ya que consume un exceso de alimentos que no aportan nada a su organismo.
Según datos recabados por la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2020 (Ensanut), el 59% de niños no contaron con la diversidad mínima necesaria en su dieta y que el 18% no consumió frutas ni verduras.
También resalta que las botanas, los dulces y los postres fueron consumidos por el 56.6% de los escolares encuestados.
Por otro lado, la OMS advierte que más del 80% de los adolescentes en edad escolar de todo el mundo no llegan al nivel mínimo recomendado de una hora de actividad física al día. Dicho de esta manera, el sedentarismo también es un factor problemático que propicia el sobrepeso entre las infancias.
Para la OMS, la obesidad infantil se asocia a una mayor probabilidad de padecer obesidad y alguna discapacidad en etapas adultas, además de un mayor riesgo de muerte prematura. Además, los niños con sobrepeso y obesidad suelen sufrir mayor numero de dificultades respiratorias, mayor riesgo de fracturas e hipertensión. También presentan marcadores tempranos de enfermedades cardiovasculares, resistencia a la insulina y afectaciones psicológicas.
Uno de los principales consejos para que los padres, tutores y profesores puedan ayudar a las infancias a mantener un peso saludable es promover el desarrollo de hábitos alimenticios saludables y limitar las tentaciones con alto contenido de calorías. También promover que las niñas y niños se mantengan físicamente activos, reducir el tiempo frente a las pantallas y procurar que duerman lo suficiente.
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