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El vermut es una de las estrellas del lugar que se sirve con anchoas y aceitunas.
Vicente Gutiérrez
Es una cantina de barrio, uno de aquellos míticos lugares donde vas a pasarla bien y entre amigos con buenos tragos, sin presiones y con gran comida que te permite escaparte de todo el bullicio de la ciudad.
Así es Lo de Julio, un lugar que mezcla de dos culturas gastronómicas la argentina y la uruguaya con un gran rosticero al fondo del lugar y un chef (David Fajardo) que sorprende por su audacia a la hora de hacer su magia en la cocina.
Lo de Julio es un capricho, un gusto del dueño rebelde y esposo de Sonia, su vecina elegante, dos restaurantes deliciosos (y en la misma calle) pero con experiencias distintas.
En Lo de Julio me recibe Pedro Aparicio, gerente del lugar, para entregarme en mano un Vermut “Siempre”, mexicano rosso, de uvas tintas, con una banderita de chile largo, aceitunas y anchoas que se disfruta entre trago y mordida a lo salado de sus acompañantes que impacta directamente en el alma con su sabor y abre el apetito feroz.
El vermut, el hijo del vino, es un clásico de las cantinas españolas y en Argentina siempre está en la mesa, me cuenta Aparicio, que tiene en su menú una gran variedad.
“Cuando abrimos Lo de Julio, pensamos en el Vermut como bandera y es una bebida noble, muy rica que sirve para botanear o con un platillo fuerte y puedes pasar horas así”.
Siempre es un vermut mexicano con vino nacional fabricado en la CDMX que busca abrirse en camino con su propia receta, hierbas, cítricos y un poco más de alcohol y es una delicia que incluso supera a los famosos.
“A la gente le gusta el vermut, comienzan a consumirlo y los sorprende. De hecho, entre las 2 y 4 de la tarde es la hora del vermut en otros países y es un poco lo que queremos darle a la gente… que se desconecten de todo y se la pasen muy bien en Lo de Julio”, dice Pedro Aparicio.
Los platillos comienzan a invadir la mesa en un desfile de colores, sabores, y texturas como en una buena cantina.
Milanesa de res con jitomate al eje y guarnición a elección (puré de papas, puré de camote, papas cambray, papas fritas o ensalada mixta)
Los Sorrentinos de espinaca, pollo y tocino o de calabaza con salsa de crema de parmesano o con pomodoro. La clásica tortilla española y pruebo las aceitunas artesanales de un vitrolero gigante en la barra.
Pollito rostizado con sal de romero, puré de papas y ensalada de coles de Bruselas o brócoli rostizado que se preparan en su propio rosticero; viene la Porchetta rostizada con cítricos y puré de camote con un choripán acompañado de chimichurri, jitomates, ensalada de coles y chips de camote.
Todo delicioso, difícil elegir a qué hincarle el diente es un banquete para glotones pero alguien tiene qué hacerlo y arremeto contra todos los platillos en una odisea de sabores que enloquecen a cualquiera.
La panadería se hace en casa todos los días y créame, el pan vuela entre los vecinos y comensales del lugar.
Para terminar una tarde hermosa en las entrañas de la Ciudad de México, elijo de postre un bolillito con crema de mascarpone e higos rostizados con miel.
Pero también se antoja el Panna cotta de cardamomo con frutos rojos y ajonjolí o el panqueque caramelizado de dulce de leche uruguayo y duraznos quemados.
Para beber ofrecen cerveza artesanal: Monstruo de agua y Buscapleitos, así como varias etiquetas de vino que tendré que probar en la próxima visita.
Por lo pronto, Lo de Julio planea abrir su azotea, una terraza para que la fiesta se traslade a las alturas y disfrutar de buenos cocteles y sorpresas.
También tienen desayunos: chilaquiles verdes con aguacate, cebolla, crema y queso fresco o los famosos tecolotes (molletes gratinados con chilaquiles verdes), algunos sándwiches como el de porchetta rostizada o un club sandwich de pollo rostizado queso, lechuga, tomate, alioli y tocino crujiente).
Así como un menú de comida “corrida” que también se antoja probar y que sin duda es una buena elección para los cientos de oficinistas que trabajan en la zona.
Sin trucos de magia, sin humo, sin poses… Lo de Julio es comida honesta, de barrio y hecha con amor que les aseguró los va a sorprender y van a volver muchas veces, como yo lo he hecho. ¡Buen Provecho!
lodejulio.com.mx
Lunes a miércoles de 8 a 20, jueves a sábado de 8 a 23 y domingo de 8 a 19. Ubicación. Oxford 35, Col. Juárez, CDMX, México .