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La inversión fija bruta de México avanzó durante julio a tasa mensual en +2.1% frente al mes previo, arriba del estimado del consenso de mercado, para colocar un repunte a tasa anual de 17%, lo que también significó revertir el resultado negativo del mes previo.
El mayor impulso provino de un progreso mensual de +4.5% en el componente “Maquinaria y Equipo total” mientras que el otro componente, el de “Construcción”, avanzó +2.1%, de acuerdo con información del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).
A tasa anual, los componentes “Maquinaria y Equipo total” escalaron +20.2% en tanto que “Construcción” lo hizo en +14.6%.
Con cifras originales, es decir, sin el efecto calendario, la inversión fija reportada en el País exhibió un aumento de +15.7%, a tasa anual en julio, mientras que entre enero y julio de 2021 creció en +11.7% contra el mismo periodo de 2020.
El consenso de especialistas esperaba un progreso de la Inversión Fija de +15.1%, a tasa anual para el séptimo mes del año.
El avance de 2.1% a tasa mensual compensó el retroceso de –1.8% que sufrió el indicador en el mes previo.
Expertos destacaron que el desempeño de la Inversión Fija en la Demanda Agregada fue sobresaliente en el séptimo mes del año, pues la economía mexicana, en su conjunto, avanzó apenas en +0.5% en el periodo, en tanto que el consumo, otro indicador de peso dentro del PIB, lo hizo en solo 0.1%, a tasa mensual. Las exportaciones, sin embargo, subieron +1.6%, a tasa mensual.
Desafíos a la vista
Si bien el dato se vio impulsado por desempeños sobresalientes de la inversión en la construcción no residencial y en la adquisición de maquinaria importada, hacia adelante, las tensiones reportadas en el mercado energético internacional, con precios al alza, y la disrupción que persiste en los componentes de oferta y demanda globales, complican el panorama.
“Aunque positivo, aún no señala una recuperación definitiva”, advirtió en un reporte el banco Banorte.
“Para la inversión, el panorama sigue retador”, agregó.
La Inversión Fija de México está ahora en un nivel 16% por debajo de su máximo histórico alcanzado en julio de 2018, y en -2% respecto a febrero de 2020, poco antes del arribo de la Pandemia al País.
El banco cita la incertidumbre en torno al progreso sobre el Covid-19, las restricciones en la oferta –lo que limita “posibles inversiones”– pero también toma en cuenta factores idiosincráticos.
De esta forma, las manufacturas permanecen bajo presión por la falta de materias primas, lo cual sigue mermando la inversión en algunas áreas (como el equipo de transporte) además de que se reportan costos más elevados ante los repuntes de los precios del acero y otros commmodities industriales, y el alza en tarifas de transporte.
“Esto viene además de otros factores idiosincráticos que podrían seguir pesando en los inversionistas, incluyendo disputas en el marco del T-MEC y bloqueos a vías férreas”, aseveró Banorte.