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La firma calificadora Moody´s Investors Service alertó que las sequías que han aquejado a México en este año, una de más graves de las que se tenga registro en décadas, aunado a los estimados de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) que apuntan que el estrés hídrico aumentará en los siguientes años, “ejercerá una mayor presión crediticia sobre los emisores de diferentes sectores”, colocando a las industrias de la Minería y las Bebidas entre las más afectadas.
El creciente riesgo físico del cambio climático, sin embargo, ejercerá una mayor presión en la economía de México en su conjunto, señaló la agencia.
“La escasez de agua limitará la capacidad de generación de energía hidroeléctrica, lo que complicará los esfuerzos de México por alcanzar su objetivo de generar el 35% de la electricidad a partir de fuentes de energía limpia para 2024”, de acuerdo con Roxana Muñoz, assistant vice president de Moody’s y coautora del informe.
Si bien las industrias de minería y de bebidas tienen planes de gestión del agua bien desarrollados, deberán aumentar el gasto de capital (Capex) si desean “mantener” un acceso adecuado del líquido.
El estrés hídrico que experimenta México desde este año y los complejos desafíos del Gobierno ejercerán, además, presiones crediticias sobre gobiernos locales y regionales.
“Los municipios se verán particularmente afectados, ya que tienen la responsabilidad constitucional de proporcionar servicios de agua potable, alcantarillado y tratamiento de agua, los cuales requieren un importante gasto en infraestructura, mientras que dependen en gran medida de los fondos del gobierno federal y estatal”, apunta la agencia de riesgos crediticios.
Según la Conagua, el estrés hídrico aumentará en 30 de los 31 estados de la República mexicana y en la capital del País durante los próximos 10 años.
Puntaje negativo
El estudio “Sequías y el estrés hídrico presentan cada vez más riesgos del clima físico” relativo a México de Moody´s indica que si bien las condiciones de sequía han sido generalizadas, generalmente son más extremas en los estados del Norte, principalmente en Sonora, Sinaloa y Durango, marcados en rojo en el estudio.
Chihuahua, Nuevo León, Zacatecas, Guanajuato, Michoacán y Colima, es el otro grupo de entidades federativas con riesgo, pero menos intenso. Cubriendo la totalidad de la República mexicana, en el polo opuesto colocan Tabasco y Campeche, en color azul claro, donde el riesgo está controlado.
Citando proyecciones de la Conagua Moody´s señala en su estudio que el crecimiento de la población y, en algunos casos, la disminución de los niveles de agua renovable disponible empeorará el estrés hídrico en casi todos los estados mexicanos para el 2030.
La agencia crediticia precisa que el panorama planteado arroja que el marco de referencia es que México “enfrenta moderadamente
riesgos ambientales negativos” tomando en cuenta los principios que ponen de relieve el medio ambiente, la parte social y de gobernanza (ESG, por sus siglas en inglés).
“Asignamos un puntaje de impacto crediticio ESG moderadamente negativo (CIS-3) a México, y en términos de factores dentro de ese puntaje ESG, asignamos un puntaje de perfil de emisor ambiental moderadamente negativo (E-IPS 3), que es impulsado en parte por desafíos de la gestión del agua.
“Si bien el puntaje general y la clasificación muestran los riesgos para el Soberano tomados en su conjunto, ocultan importantes
heterogeneidades por (la) región geográfica”, advierte Moody´s Investors Service sobre las implicaciones posteriores que podrían surgir.
La región Norte del Paísregistra lluvias materialmente más bajas frente alSur, y depende en mayor medida de una infraestructura llamada funcional, con presas y pozos que utilizan recursos hídricos con mayor intensidad.
Moody´s reitera que estas condiciones provocandebilidad a las calificaciones de las entidades federativas, “sobre todo a los gobiernos de la región Norte”.
Mal enfocados
La agencia recuerda que México ha establecido el objetivo de aumentar la energía limpia dentro de su matriz energética al 35% para el 2024 desde el nivel de 25.5% que reportó entre enero y octubre de 2020.
Los planes del gobierno incluyen un crecimiento en la generación de energía hidroeléctrica lidereada por laComisiónFederal de Electricidad (CFE) aunque elPlan de Negocios de la empresa estatal y los recientes anuncios de inversión van dirigidos a aumentar el estrés hídrico.
La transición a energías limpias de la CFE incluye la modernización de ocho plantas de generación hidroeléctrica para agregar capacidad de 530 megavatios (MW) hacia el 2025 y reducir las emisiones de CO2 en un 42% (de 530 gr / KW h a 308 gr / KW h en 2024).
Las alternativas disponibles paralas caídas en la cobertura delaGeneración Hidroeléctrica, que ya están ocurriendo, requieren fuentes de combustible más caras, como diésel o “fuel oil”, que en última instancia también podrían resultar enmayores costos para CFE.
“Este plan corre el riesgo de sufrir sequías más frecuentes”, indica en su investigación la agencia calificadora de riesgos crediticios.
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