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Según los cálculos de la Organización Internacional del Café (OIC) el mercado mundial de esta tradicional bebida tiene un valor anual de 200,000 millones de dólares.
No es para menos. El café es la segunda bebida más consumida en el mundo, solo detrás del agua. Es también el segundo producto más comercializado en todo el orbe solo detrás del petróleo.
Sin embargo, también de acuerdo a la OIC, de esa multimillonaria riqueza generada por el café, solamente el 16% se queda con los productores. Los verdaderos ganadores son los grandes mayoristas internacionales y, particularmente, las cafeterías.
Frente a esta situación, el senador Ricardo Monreal propone la creación de una cadena de cafeterías mexicana de alcance internacional, que sea propiedad de los propios productores. Es decir, transformar a los campesinos en empresarios.
Al participa en el Foro para el Análisis y Discusión para la expedición de la Ley de Fomento a la Cafeticultura, el presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado, consideró que esta propuesta permitiría a consumidores de México y de todo el mundo disfrutar del mejor café que se produce en el país.
Esto, a su vez, permitiría “elevar de forma significativa los ingresos de los productores de café y, por tanto, su nivel de vida”.
En el foro, el senador propuso que se impulse el modelo de producción agroecológicos y sostenibles desde el punto de vista social, económico y ambiental
Reiteró que la diferencia entre los productores que tienen capacidad de gestión y acceso a los apoyos es que “no es lo mismo que disponen las pequeñas propiedades o pequeños productores o medianos productores de café de la montaña de Guerrero o de la sierra de Oaxaca o en los Altos de Chiapas, y que viven mayoritariamente en condiciones de pobreza”.
Finalmente, Monreal Ávila recordó que el 95 % de los productores de café son minifundistas, con fincas de cinco hectáreas o menos; y prácticamente no tienen acceso a créditos ni, menos aun, a la seguridad social.
Por Raúl Castro-Lebrija