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El entorno de un mayor riesgo a la hora de otorgar créditos a los usuarios de la banca a raíz de la Pandemia Covid-19 ha persistido desde 2020 a bien entrado el 2021, de acuerdo con cifras consolidadas hasta el primer trimestre.
Entre enero y marzo pasados, el crecimiento promedio del saldo de las estimaciones preventivas para riesgos crediticios fue de 13.1% en términos reales y a tasa anual, por arriba de lo registrado en igual periodo de 2020, cuando colocó en 7.1 por ciento. En consecuencia, el resultado del costo del riesgo pasó de 3.5% en marzo de 2020 a 4% en marzo de 2021.
La generación de provisiones adicionales a las marcadas por la ley por parte de los bancos ante el entorno de recesión económica también ha repercutido en la dinámica de otorgamiento de créditos a los distintos sectores de la economía.
El financiamiento total de la banca comercial en los primeros tres meses del 2021 creció a una tasa real anual de 1%, en promedio, colocando por abajo del 4.2% registrado en el primer trimestre de 2020.
La incipiente tasa de crecimiento se explica por el financiamiento que hizo la banca al Sector Público, con una influencia de 6.2 puntos porcentuales de ese crecimiento, lo que compensó la caída de 5.2 puntos porcentuales del financiamiento al Sector Privado.
En marzo de 2021 el crédito de la banca dirigido hacia las empresas y personas físicas con actividad empresarial, con un peso del 57% del saldo del crédito bancario total hacia el Sector Privado no financiero, mostró una contracción -12.6% en términos nominales y a tasa anual, contrario al avance que observó en marzo de 2020, cuando colocó un crecimiento nominal de +13.5 por ciento.
“Descontando los efectos de la inflación y de la valuación del tipo de cambio, la caída anual real (de créditos a las empresas) en marzo fue de -13.4%, hilando siete meses de disminución real de los saldos, y constituyendo la primera contracción de doble dígito en dicha cartera desde mayo de 2000”, resaltó el banco global BBVA en un reporte sobre la situación de la banca en el primer semestre.
La disminución de los saldos por tamaño de empresas fue generalizada: hacia las empresas grandes, el crédito bancario exhibió un hundimiento de -16.8% en términos reales en los primeros tres meses de este año, mientras que el de las pequeñas y medianas empresas (Pyme) corrió la misma suerte, con una contracción de –11.6 por ciento.
“Durante 2021, una mejoría en los indicadores sanitarios que reduzca la probabilidad de cierres parciales de actividades y las subsecuentes pérdidas de flujos de ingreso, así como un escenario de certidumbre para los inversionistas son necesarios para consolidar una mayor demanda de financiamiento por parte de las empresas”, mencionó BBVA en su análisis.
Otros datos
En los primeros tres meses de 2021, la cartera hipotecaria, la segunda en importancia por los montos de crédito otorgados, reportó un crecimiento promedio de 4.4%, por debajo del nivel promedio de 6.6% alcanzado en el mismo periodo de 2020.
“La pérdida de empleos – en especial, permanentes – que comenzó en abril de 2020 aún no se traduce en un menor financiamiento (hipotecario), debido al rezago con que el empleo formal impacta a esta cartera, aunque la desaceleración ya ha sido continua en lo que va del año”, advirtió BBVA.
De hecho, la dinámica de la cartera hipotecaria en México podría estar asociada a que los hogares con un mayor nivel de ingresos resultaron menos afectados por el fenómeno del desempleo.
Además, el hecho de que las tasas de interés se mantuvieran durante 2020 en niveles relativamente bajos y que los bienes raíces pudieron ser considerados una alternativa de inversión menos riesgosa que otros activos, pudieron haber favorecido esta cartera, la menos impactada por la mayor crisis sanitaria y económica en México desde 1932.
Con una inflación en abril superior al 6% y tasas de referencia en 4% las inversiones en materia inmobiliaria, sin embargo, podrían estar perdiendo atractivo, ensanchando así la tendencia de desaceleración que se ha venido observando desde de abril de 2020.
Siguen ajustes
Expertos estiman que entre marzo de 2020 y febrero de 2021 las instituciones bancarias reestructuraron alrededor de 1.4 millones de créditos por un valor de 383,000 millones de pesos (mmdp), a favor de 1.2 millones de acreditados.
En el primer trimestre de 2021, la cartera vencida producto del financiamiento bancario al Sector Privado no financiero creció a una tasa de 9.5% a tasa anual y en términos reales, ligeramente menor a las de 9.7% de igual periodo del año pasado.
El incremento avance en la cartera vencida de la banca se mantiene hasta ahora por debajo de los incrementos a consecuencia de la crisis de 2008–2009, cuando el repunte escaló a niveles superiores al 20 por ciento.
Mientras que la cartera vencida frente a la cartera total exhibió una relación de 64% en la crisis financiera global de hace más de una década, la relación asociada con las secuelas de la Pandemia es de 38 por ciento.
Otro evento relevante reportado en esta etapa es el monto acumulado de las quitas y castigos de la banca, que sumaron un total de 155 mil 400 millones de pesos (mdp) por debajo del máximo observado en noviembre de 2009, cuando alcanzó los 176 mil 700 mdp.