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Petróleos Mexicanos está a punto de liberar su reporte anual (bajo el formato 20-F) ante la Comisión de Valores de Valores de Estados Unidos, SEC.
El año pasado, el informe anual correspondiente a 2019 (20-F) se entregó con grandes retrasos por problemas logísticos para integrar la información en medio del grave momento que se vivía en el país por la crisis sanitaria.
La todavía Empresa Productiva del Estado tendrá que informar a sus inversionistas del mercado de bonos de Estados Unidos que enfrenta pérdidas millonarios, un difícil escenario y problemas para seguir operando, al menos, como la conocíamos en los años dorados.
Lo preocupante con el informe 20-F es que la entrega de información es tan detallada y pormenorizada que permite comparar – con base estándar de contabilidad –a Pemex con otras petroleras, explicó el analista Pablo Zárate.
Si las comparaciones son odiosas, en este caso son demoledoras. Pemex no sólo se convierte ya en una de las petroleras con más problemas de pasivos y márgenes sino en una de las compañías públicas más endeudas en cualquier sector. Para muchos mexicanos, Pemex es todavía un símbolo de toda la riqueza que tiene y ha tenido el país en medio de una transformación de las políticas energéticas en el mundo dirigidas a combustibles “verdes” en donde la electricidad será la reina.
En el 20-F de 2019 ya recibimos malas noticias. Pemex, por ejemplo, tuvo que cumplir con impuestos y derechos superiores a 2019 hasta que el gobierno del Presidente López Obrador decidió para 2020 reducir la carga tributaria. De hecho, Pemex fue la única empresa que obtuvo apoyo fiscal desde el gobierno federal durante la pandemia. La única.
El 20-F también nos confirmará que Pemex tiene mayores costos de producción por barril y que quizás las reservas probadas aumentaron como la ha decidido el Presidente López Obrador. Quizás por ese apoyo fiscal el 20-F del 2020 podría lucir menos dramático.
Para los inversionistas del mercado de valores, el 20-F representa la información más confiable y que, como dice Pablo Zárate – experto en el sector de la energía – presionará las narrativas que – con muy buena fe y nacionalismo – se esmeran en encontrar para nuestro querio Pemex una salida en medio de la oscuridad.
El 20-F también debería de ser, en cambio, la oportunidad de Pemex para mostrar que también tiene un plan con un enfoque decidido en los temas ambientales. Los grandes bancos, las empresas de tecnología y, por supuesto, los gigantes de la energía ya lo están haciendo. Los bancos como BBVA, por ejemplo, ya han fijado una fecha para dejar de financiar empresas que no tengan una operación que cuide el medio ambiente.
Las armadoras de autos ya están anunciando planes en el mismo sentido. Pemex, insisto, tiene esa gran oportunidad. ¿Qué vamos a anunciar los planes de la refinería de Dos Bocas para producir más petróleo? No sé, me pregunto qué puede decir Pemex en materia ambiental.
“Pemex ha sido advertido por Climate Action 100+ de la necesidad de un compromiso serio en la materia. Si al cerrar el ciclo de este reporte (20-F) se evidencia que Pemex desoyó las advertencias, su panorama se seguirá apretando, ahora desde un nuevo frente”, me aseguró Zárate.