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Según escribió en 2004 en su obra Proyecto Alternativo de Nación: hacia un cambio verdadero, editado por Grijalbo, la inversión se está convirtiendo para el Presidente López Obrador en su gran pendiente y un pasivo de no consolidarse, a pesar de los anuncios en los que se promete la participación del sector privado en proyectos de infraestructura hasta por el 4% del Producto Interno Bruto (PIB), de acuerdo con analistas consultados por Revista Fortuna para realizar un balance de la gestión de la economía durante la pandemia
En cambio, el Presidente López Obrador se reafirma como un Jefe del Ejecutivo dispuesto a la ejecución drástica de cambios en la economía, siempre y cuando no se pongan en riesgo a las finanzas públicas. Los cambios serán cada vez más drásticos si están involucrados ciertos grupos empresariales ligados a intereses políticos, dicen los analistas entrevistados.
“A López Obrador lo siguen acusando de populista cuando de populista no tiene gran cosa”, dice el catedrático en Ciencia Política en la Universidad Iberoamericana , Steven Johansson.
“Quizás en su discurso, en parte sí, pero si analizamos la plataforma electoral veremos la evolución y su cercanía con algunos empresarios. En 2015 sí aparece y mucho la palabra pueblo, pero entre 2018 y 2024, en la plataforma, ya no aparece la palabra pueblo. La última plataforma es el primer capítulo de su primer proyecto de nación y allí es muy notable que ya no aparece. Lo que sí cambió ya siendo presidente y en sus conferencias es la busqueda dela cercanía con su base electoral al estilo del ex presidente uruguayo José Mujica”. En cambio, su cercanía con algunos empresarios, se confirmó así como el manejo ortodoxo de la economía en las consultas realizadas previas a las elecciones de 2017 con ciertos personajes clave entre el sector empresarial.
López Obrador, según Johansson, proponía en ese plan alternativo de nación un “modelo de desarrollo propio” pero dentro de los márgenes que permite la lógica de la economía global respetando los equilibrios macroeconómicos.
En su primer discurso de campaña, luego del juicio de desafuero, López Obrador –recuerda Johansson – dijo a sus seguidores: “Que se oiga bien y lejos habrá economía de mercado, orden macroeconómico, disciplina, en el manejo de la inflación, del déficit público, y estabilidad entre otras variables”. Lo cumplió, dice el Doctor en Ciencia Política por la UNAM. Pero la falta la inversión.
En entrevista, Johansson aseguró que se confirma, de manera notable, la decisión de Andrés Manuel López Obrador de alejarse del estigma del político populista y enarbolar varios de los credos de los economistas neoliberales al asegurar que respetaría la estabilidad de las finanzas públicas así como el acercamiento que ha tenido con algunos empresarios desde ese 2004. No obstante, señala que la única oposición que tiene el Jefe del Ejecutivo – ante la debilidad de las opciones que ofrecen los partidos políticos – proviene paradójicamente de grupos empresariles ligados con intereses corporativos, con sectores regulados quienes ven amenazados los márgenes en sus negocios. Un ejemplo es el sector farmacéutico con grandes contratos por la venta de medicamentos.
En el otro extremo, están – dice Johansson – los empresarios que reconocen la importancia de la estabilidad de las finanzas públicas, la decisión de no incrementar la deuda pública y, a pesar de todo, la congruencia con la que se ha manejado la economía durante estos dos años.
El gran riesgo es , sin embargo, la caída en la inversión, la pauperización del empleo y el incremento en los niveles de pobreza ante la negativa de transferir recursos para el apoyo a las Micro, Pequeñas y Medianas Empresas, aseguró.