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A raíz de una serie de estímulos para las economías a consecuencia de la Pandemia, los mercados financieros alrededor del mundo están inundados de efectivo, lo que ha llevado a que los bonos con grado especulativo puedan tener un rendimiento inferior a 2%, ante la baja demanda. No es así en el caso de los bonos de Petróleos Mexicanos (Pemex).
En niveles de 5.4%, el rendimiento de los bonos de referencia de la compañía no solo está muy por encima del de deudas con calificaciones similares, sino que también es casi cuatro puntos porcentuales más alto que la tasa que los inversionistas exigen para comprar bonos del Gobierno mexicano.
Esta brecha, conocida como spread soberano, es la más alta de su tipo en el mundo, y el mensaje que transmite es claro: los problemas financieros de Pemex son tan graves que los inversionistas tienen serias dudas sobre si el Gobierno rescatará a la empresa cuando sea necesario, de acuerdo con un reporte de la agencia especializada Bloomberg emitido el fin de semana.
Sin embargo, los estímulos para Pemex siguen fluyendo: el viernes pasado, el Gobierno de México dio a conocer que inyectará recursos fiscales por el equivalente a 73 mil 280 millones de pesos en la empresa.
Bajo casi cualquier medida, Pemex está peor que en cualquier otro momento de sus 82 años de historia, sentencia la publicación de Bloomberg.
Su producción de petróleo ha caído bruscamente desde los primeros años de este siglo. Su deuda, de 110 mil 300 millones de dólares, la coloca como la empresa petrolera más endeudada del orbe, y sigue aumentando.
“También ha tenido el número de víctimas de Covid-19 más alto de cualquier compañía (petrolera) rastreada por Bloomberg el año pasado, y las cifras continúan subiendo a medida que lucha por mantener las operaciones persiste”.
Los inversionistas están basando sus decisiones de inversión en la empresa estatal en el apoyo “inquebrantable” del presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador y debido a que han obtenido altas ganancias de estos bonos en los meses recientes.
De hecho, los títulos con vencimiento en seis años tienen un rendimiento de hasta un 15% desde finales de octubre, lo que significa casi cuatro veces el promedio con el que cotizan instrumentos de este tipo en los mercados emergentes, de acuerdo con Bloomberg.
El spread de la compañía sobre el Soberano de México es de 382 puntos básicos. Si se compara con Petróleo Brasileiro SA, de Brasil, es 20 veces más frente a los que compara esa compañía respecto al Soberano de su país de origen. Lo mismo pasa con Ecopetrol SA, de Colombia, de 5 veces contra el Soberano de su país.
“Los spreads de Pemex cotizan en más de 100 puntos básicos frente a la sudafricana Eskom Holdings SOC Ltd., empresa estatal no rentable que depende de los rescates del Gobierno para pagar su deuda”, consigna la agencia especializada.
Activo en entredicho
En una entrevista concedida la semana pasada a Bloomberg News, el secretario de Hacienda, Arturo Herrera, reiteró enfáticamente el compromiso del Gobierno mexicano con Pemex, calificando a la empresa como uno de los activos más importantes del país.
En las últimas décadas, ha habido ejemplos de empresas estatales que caen en default en Dubái y Rusia, pero en esos casos los Gobiernos también estaban en dificultades. México, por el contrario, goza de calificaciones crediticias de grado de inversión, aunque las finanzas de Pemex sean cada vez más precarias, de acuerdo con Bloomberg.
La carga de la deuda de la petrolera está aumentando a medida que la producción se acerca al nivel más bajo en cuatro décadas.
Además, la excesiva volatilidad de los precios del petróleo a consecuencia del coronavirus ha agravado los problemas de la empresa, obligándola a reducir sus inversiones.
En toda la historia de Pemex, los sucesivos gobiernos no han desconectado su operatividad, lo que responde en parte a la influencia que Pemex y sus más de 125,000 empleados tienen sobre los mismos gobiernos y sobre el País, donde la soberanía sobre la industria petrolera se considera parte del patrimonio de la nación.
López Obrador, de 67 años, hizo campaña prometiendo revivir a Pemex, pero ha sido un gran desafío, con rebajas a grado especulativo de parte de Fitch Ratings y Moody’s Investors.
En la entrevista, Herrera dijo que no hay riesgo de que Pemex caiga en default.