Tiempo de lectura aprox: 1 minutos, 52 segundos
La correduría estadounidense Merrill Lynch aseguró que si bien “el barrido demócrata de Georgia” le dio al gobierno de Joe Biden mayor libertada legislativa para impulsar hasta políticas fiscales, el obstruccionismo o filibusterismo parlamentario seguirá presente.
Los estrategas de la correduría estadounidense observan, sin embargo, algunas áreas de oportunidad para la aprobación del paquete de estímulos contra la crisis provocada por el Covid.19 así como para legislaciones que pueden impulsar la economía.
De acuerdo con los analistas de Merrill Lynch, con la más estrecha de las mayorías en el Senado, es probable que las políticas más progresistas de los demócratas estén fuera de la mesa. Así, los senadores moderados y centristas pueden tener una influencia considerable en el nuevo Congreso.
“Parece probable que el obstruccionismo se mantenga en su lugar por ahora. En términos de política, no esperamos disparos a la luna; piense, más bien, en líneas más tradicionales: otro paquete de gastos de alivio del coronavirus, un proyecto de ley de infraestructura, más liberalización del comercio y la inmigración, y cierta corrección de las regulaciones”, explica los analistas en un reporte sobre los cambios que se esperan con el gobierno de Joe Biden.
Para el entorno económico, el nuevo gobierno con un nuevo ambiente legislativo significan más ventajas para el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) real, la inflación y las tasas de interés y un aumento en la exposición cíclica en todas las carteras,
¿Importan los déficits?
No, al menos no ahora, aseguran los analistas de Merrill Lynch y agrega: “Rara vez el gasto deficitario ha sido tan bien acogido por los mercados financieros como en los últimos 12 meses, dada la enorme necesidad de activismo gubernamental (también conocido como gasto) frente a la pandemia que inhibe el crecimiento y la creciente desigualdad de ingresos e inestabilidad social”.
Por ahora, explica Merrll Lynch, los “vigilantes de los bonos” están hibernando.
“Se pensaría que un déficit presupuestario federal proyectado de $ 3.3 trillones en el año fiscal 2020 resultaría en un “impacto” para los inversionistas, pero ese no es el caso actualmente. El gasto deficitario probablemente seguirá siendo la norma a mediano plazo, respaldado por una fuerte demanda de bonos del Tesoro de EE. UU., tasas de interés bajas, el dólar como moneda de reserva mundial y la capacidad del gobierno de Estados Unidos para fabricar tantos dólares como sea necesario.
En términos de asignación de activos y posicionamiento de la cartera, Merrill Lynch reconoce, sin embargo, los posibles efectos a largo plazo (mayores costos de intereses, efectos de desplazamiento, etc.) Pero dicho esto, los mercados parecen están muy cómodos (exigentes) con el gasto deficitario.
¿Está muerta la inflación?
No, y se espera que la inflación repunte este año a medida que la demanda de los consumidores reprimida se acelere. Como advirtió el Banco de la Reserva Federal de St Louis en diciembre, los estadounidenses deberían “prepararse para un repunte temporal de inflación”. Sin embargo, la palabra clave aquí es “temporal”. Se espera un aumento transitorio de los precios este año, pero un mercado laboral flojo, una productividad creciente y vientos en contra a nivel demográfico que deberían contener un aumento sostenido y considerable de la inflación. “Piense en menos “deflación” y más “reflación”, lo cual es optimista para las acciones, especialmente las cíclicas”, dice Merrill Lynch.