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Las empresas con operaciones en México metieron freno total en sus requerimientos de crédito ante la banca comercial en la última parte de 2020, provocando un declive sin precedentes.
Cifras de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) arrojan que la cartera de crédito vigente a las empresas de mayor tamaño reportó un ligero avance de 0.3% en noviembre de 2020, el menor de las series históricas, aunque el financiamiento a la pequeña y mediana empresa, Pyme, mostró un hundimiento de casi –15% (14.8%), la más severa del historial.
Las empresas grandes participaron con el 75.6% del crédito total otorgado por la banca, mientras que la Pyme y el renglón “fideicomisos” tuvieron un peso de 14% y 10.4% del total, respectivamente.
El mayor deterioro en la cartera de créditos a empresas y a personas físicas con actividad empresarial, de acuerdo con las cifras disponibles, se dio a partir de octubre, cuando el saldo pasó de 2.74 billones de pesos en septiembre, a 2.68 billones en el mes siguiente. Para noviembre, este segmento, que representa más del 50% de la cartera de crédito total de la banca comercial, ubicó un saldo de 2.62 billones de pesos.
“Si bien estas (las empresas) podrían requerir financiamiento para sufragar los gastos asociados al capital de trabajo, la falta de certidumbre respecto a la continuidad de su flujo de ingresos en el corto y mediano plazo podría estar incentivando mayor cautela, tanto para tomar mayor financiamiento, como para otorgarlo”, dijo el banco global BBVA en un reporte emitido esta semana.
La encuesta sobre el impacto económico generado por Covid-19 realizada por el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI) indicó que en México un millón de empresas cerraron actividades a consecuencia de la propagación del virus SARS-CoV-2 y la inmovilidad social, lo que, junto con la caída en el consumo, producción e inversión provocaron la mayor contracción económica en 8 décadas.
En términos netos se perdieron 400 mil empresas, un retroceso de 4 años en la apertura de empresas, siendo la pyme la que recibió el mayor impacto.
“Otro de los factores asociados a la baja demanda por financiamiento de las empresas es el deterioro de los indicadores de inversión”, dijo BBVA.
El indicador de la inversión fija bruta tuvo una caída a tasa anual de -13.7% en octubre, hilando nueve meses con una caída de doble dígito, y 21 meses consecutivos de contracción.
“Las condiciones para favorecer mayor inversión en el corto plazo parecen aún no concretarse, pues los indicadores de confianza empresarial (respecto al momento adecuado para invertir) en los sectores construcción, manufacturas, comercio y servicios continúan mostrando un fuerte deterioro”, agregó BBVA.
Durante noviembre de 2020, el indicador de confianza empresarial en el Sector Construcción cayó -21.7%, el de Manufacturas, -32.5%; el de Comercio 40.2% y el del Sector Servicios en -43.5%.
El Instituto para el Desarrollo Industrial y Crecimiento Económico (Idic) estimó con base en un índice adelantado del Indicador Global de la Actividad Económica (IGAE), el Indicador Oportuno de la Actividad Económica (IOAE), que durante 2020 la economía mexicana tuvo una contracción de -8.3%, “la mayor contracción anual desde 1932”.