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Fitch Ratings ratificó hoy la calificación crediticia soberana de México en un nivel de BBB-, por lo que la mantiene dentro del rango conocido como Grado de Inversión (Investment Grade) bajo la metodología empleada por la calificadora.
Los grados de México están respaldados por una política macroeconómica consistente, finanzas externas relativamente estables y robustas, mientras que la agencia proyecta que la deuda pública con relación al PIB “se estabilice en niveles en línea con la mediana de ‘BBB’”
Sin embargo, dijo, la calificación también se “ve limitada por una gobernanza relativamente débil y un crecimiento moderado a largo plazo”. La perspectiva es Estable.
Fitch estima que la economía mexicana muestre un declive de 8.9% en este año, lo que se verá compensando por ingresos fiscales “que han superado las expectativas”, mientras que las autoridades han tratado de minimizar el endeudamiento en 2020.
México registrará uno de los déficits fiscales más bajos de 2020 en la categoría ‘BBB’, explicó la firma.
Fitch espera que los índices de deuda pública sigan siendo más altos que antes de la crisis en el futuro previsible, pero que la administración mantendrá una postura fiscal estricta “y probablemente implementará una reforma tributaria en 2022”, lo que limitará los riesgos del perfil crediticio a causa de un deterioro de las finanzas públicas.
La economía ha comenzado a recuperarse de la contracción interanual del desplome del –18% del segundo trimestre, creciendo un en el tercer trimestre 12%, con cifras preliminares.
En contraste, Fitch menciona que la producción industrial de México se ubicó un 9% por debajo de su nivel de finales de 2019.