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El crédito de la banca comercial al Sector Privado ha venido perdiendo fuerza desde mayo pasado hasta marcar en julio ya una desaceleración: en mayo, el saldo marcó 4,624,995.3 millones de pesos (mdp), en junio 4,578,578.2 mdp, mientras que el saldo del mes pasado se ubicó en 4,497,957.7 millones de pesos, se desprende de información estadística del Banco de México (Banxico).
Respecto al clasificado Hogares -representando por los créditos a la vivienda y los créditos al consumo- los hogares mexicanos comenzaron a reflejar los impactos de la mayor crisis sanitaria y económica en al menos ocho décadas: entre junio y julio el saldo en este renglón pasó de 1,731,107.4 mdp a 1,714,327.0. De esta forma, el crédito al consumo, el que marcó una mayor caída en julio, ubicó un saldo por 801,824.7 mdp contra el junio por 828,536.0 mdp.
El crédito a la vivienda es de los pocos renglones que se han sostenido pese a la tempestad: en mayo ubicó un saldo de 896,456.6 mdp, en junio, de 902,571.4 mdp en tanto que en julio reportó un saldo por 912,502.3 mdp.
Es decir, en el séptimo mes de este año, los incrementos en los empréstitos hacia el Sector Privado correspondieron a los créditos a la vivienda, con 5.2% real anual y para las empresas y personas físicas con actividad empresarial, con un avance de 4%, de acuerdo con cifras de Citibanamex difundidas hoy
“Sin embargo, el crédito al consumo se contrajo en 8.9% anual, su peor desempeño desde 2009, acumulando cuatro meses de contracción anual”, destacó el banco global.
Por componente, los créditos personales mantuvieron el desempeño más débil por tipo de empréstitos que la banca comercial otorgó a los mexicanos en julio, con un declive de -17.4% contra julio de 2019. El financiamiento vía tarjetas de crédito, por su parte, exhibió una caída de -10.9% en el séptimo mes del año, contra el mismo periodo de 2019.
Le siguieron los créditos de nómina, con una reducción de -3.9% anual y los de consumo duradero, con una baja de -0.2%, a tasa anual.=
La pérdida de dinamismo fue generalizada entro los distintos segmentos de créditos a individuos, registrando las caídas más severas en los saldos de tarjetas de crédito y de créditos personales.
El crédito a las empresas exhibió debilidad desde el mes pasado, cuando todavía las organizaciones dispusieron usar líneas de crédito para incrementar su disponibilidad de recursos líquidos para cualquier eventualidad. Hoy, indicadores como la inversión fija bruta o el índice de confianza siguen mostrando un serio deterioro respecto al momento adecuado para invertir.
El efecto negativo en la pérdida de empleos formales y la disminución del ingreso de las familias es un hecho en México.