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El pasado 31 de enero de 2020 el Presidente Donald Trump declaró un estado de emergencia sanitaria en Estados Unidos por el creciente número de casos confirmados de Covid-19 en el país; esto dio lugar a una serie de medidas para mitigar la propagación del virus dando inicio al cierre de la economía más grande del mundo.
Sin embargo, de manera más reciente, los gobiernos estatales de la Unión Americana empezaron a levantar las restricciones de manera paulatina y desigual a finales de abril, lo que ha ayudado a impulsar algunos indicadores clave del sector de consumo discrecional, a pesar de mantenerse por debajo de lo observado en 2019 como consecuencia del virus.
El consumo discrecional – que incluye, entre otros, un extracto importante de las ventas al menudeo, hoteles, cadenas de restaurantes, la manufactura de automóviles y bienes duraderos – es aquel que no es esencial para los consumidores, aunque deseable cuando las condiciones económicas lo permiten.
Analistas consultados de Intercam Banco indicaron que, por su parte, las empresas del sector suelen comportarse de manera cíclica ya que tienden a desempeñarse mejor cuando los consumidores disponen de más dinero para gastar.
Condiciones económicas y restrictivas a raíz del coronavirus
El impacto del COVID-19, desde la segunda quincena de marzo, provocó que el PIB estadounidense del primer trimestre de este año disminuyera 5 por ciento.
En cuanto al levantamiento de restricciones, la reapertura se está llevando a cabo de manera distinta en cada estado. Algunos están reabriendo de manera más lenta, como California, que suma más de 159 mil 098 casos y 5 mil 202 muertes al 17 de junio, donde se iniciaron reaperturas por condados han permitido el reinicio de actividades de restaurantes y tiendas minoristas que cumplen con los estándares de pruebas y una tasa decreciente en cuanto al número de casos.
Por otro lado, la mayoría de los condados en Florida, con 82 mil 719 casos y 3 mil 018 muertes, han permitido la reanudación de actividades no esenciales como gimnasios, bares y cines, aunque con ciertas restricciones de distanciamiento social. De igual forma, se ha intentado mitigar el impacto económico con políticas fiscales y monetarias agresivas en Estados Unidos.
Sin embargo, destacan los analistas, la confianza del consumidor estadounidense cayó de 101 puntos en febrero a 72.3 en mayo. Por otro lado, dada la suspensión de actividades y afectaciones a los negocios, la tasa de desempleo alcanzó un nivel de 14.7 por ciento en el mes de abril, según datos publicados por el Departamento de Trabajo; se decidió no contabilizar el desempleo temporal por el cual muchos ciudadanos atravesaban al ser obligados a suspender labores sin goce de sueldo.
De haber contabilizado a estas personas, la tasa hubiese incrementado 5 por ciento. También cabe mencionar que los salarios aumentaron en el mismo período. Esto se dio por la desaparición de empleos de baja remuneración y no por un aumento generalizado en los salarios. Desempeño del sector A pesar de todo lo anterior, en Estados Unidos los subsectores del consumo discrecional han sido afectados de manera desigual por las condiciones restrictivas, y algunas empresas que operan a través de servicios de plataformas en línea han destacado como las mejores.
El precio de la acción de Amazon Inc, por ejemplo, ha avanzado aproximadamente 48 por ciento en los últimos 6 meses por su carácter defensivo en un entorno de baja movilidad. Similarmente, el precio de la acción de Netflix Inc. también se ha visto favorecida en un 67 por ciento.
Del lado contrario, los subsectores del consumo discrecional que más han sido perjudicados por los eventos recientes incluyen las empresas de foodservice (Sysco Corporation registró una baja en el precio de su acción de 35 por ciento en los últimos seis meses; US Foods Holding Corp bajó 51 por ciento), hoteles Marriot cayó 39 por ciento, mientras tanto Hilton se contrajo 30 por ciento, fabricantes de automóviles, General Motors se redujo 25 por ciento; Ford -32 por ciento y Fiat Chrysler 39 por ciento) y tiendas departamentales, Macy`s -55 por ciento y Nordstrom se contrajo 54 por ciento).
Por su parte, las restricciones que suprimieron el flujo de personas en sus tiendas, impulsaron a que JC Penney, J. Crew y Neiman Marcus se declararan en bancarrota en mayo. “Cabe recalcar que, previo al brote del coronavirus, muchas tiendas departamentales ya enfrentaban una serie de retos como altos niveles de endeudamiento y un cambio en la demanda hacia una tendencia de compras en línea”, indicaron.
Por su parte, la industria automotriz vio una disminución anual en el número de autos vendidos en mayo 2020 de 29.6 por ciento, un retroceso considerable, pero menor que el observado en abril que fue de 45.5 por ciento. “Estos datos reflejan que las medidas restrictivas continúan afectando las operaciones de las empresas automotrices, aunque recientemente en menor grado, ya que las principales armadoras de Detroit decidieron retomar labores a partir del 18 de mayo.
¿Señales de una posible recuperación?
Mensualmente la Oficina Nacional de Censo (del Departamento de Comercio de Estados Unidos) publica su cálculo adelantado de las ventas al menudeo en el país. Y, de acuerdo a su reporte más reciente, el dato correspondiente al mes de mayo 2020 muestra que las ventas minoristas y el foodservice repuntaron 17.7 por ciento de manera secuencial respecto a abril 2020.
La cifra representa el mayor crecimiento mensual histórico y excedió el crecimiento estimado de 8 por ciento.
Observando las otras categorías del sector de consumo discrecional, se notan también signos de recuperación a pesar de que las cifras anuales permanecen en terreno negativo. Secuencialmente las ventas de muebles aumentaron 89.7 por ciento (pero disminuyeron 21.5 por ciento anualmente), de aparatos electrónicos y electrodomésticos crecieron 50.5 por ciento (29.9 por ciento anual) y las ventas en las tiendas departamentales avanzaron 36.9 por ciento (-25.8 por ciento anual).
El crecimiento en mayo refleja la relajación de medidas restrictivas, y los estímulos fiscales y monetarios en el país, a pesar de compararse negativamente contra mayo de 2019.
Los ciudadanos se apoyan de recursos que bajo circunstancias “normales” no tendrían, teniendo más facilidad para mantener sus hábitos de consumo. La gente empieza a salir de sus hogares y continúa recibiendo subsidios por desempleo y asistencia gubernamental denominado “helicopter money”. Así, los estímulos fiscales y monetarios que ha realizado el gobierno (y posiblemente se observen más en el corto plazo) han mitigado los impactos económicos del virus; y, junto con la reapertura gradual de la economía, la tasa de desempleo se moderó a 13.3 por ciento en mayo, y la Reserva Federal estima que tasa se reduzca a 9.3 por ciento para fin de año.
Riesgos de reapertura
Actualmente hay señales de un inicio de una recuperación económica en Estados Unidos. Los indicadores sugieren que las recientes reaperturas de los Estados y la reanudación de actividades han aminorado los efectos negativos causados por la pandemia: El desempleo ha disminuido con respecto a lo observado en abril, y los datos adelantados del Departamento de Comercio apuntan a que las actividades en el sector de consumo discrecional han podido restar moderadamente el impacto. A la vez, la Universidad de Michigan incrementa la confianza del consumidor a un nivel de 78.9 en junio.
En cuanto al valor del sector en el mercado, observamos que los fondos de inversión (o ETFs, por sus siglas en inglés) que invierten en valores del sector de consumo discrecional han tenido un rebote importante. Los ETFs más populares, tales como el Consumer Discretionary SPDR (XLY) y el Vanguard Consumer Discretionary (VCR), muestran un alza importante tras las recientes reaperturas y las inyecciones de recursos que le han dado un impulso al sector; de hecho, ya han alcanzado los niveles vistos previo a las afectaciones del virus en el sector.
Sin embargo, el principal riesgo para el PIB estadounidense y para el sector de consumo discrecional sería un rebrote del virus. De acuerdo con datos de la Universidad Johns Hopkins al 16 de junio, 21 estados registran una tendencia alcista en el número de casos y diez de ellos han registrado cifras record de casos de coronavirus: Alabama, Arizona, California, Florida, Nevada, Carolina del norte, Oklahoma, Oregón, Carolina del sur y Texas. Algunos políticos han atribuido el alza a las pruebas de coronavirus, pero las recientes protestas masivas y las tasas de crecimiento de casos confirmados sugieren que se debe a una propagación del virus. “Si bien el levantamiento de las restricciones ha mejorado las condiciones de la economía y el sector de consumo discrecional, Estados Unidos no puede descartar los riesgos que conllevaría una mayor propagación del virus. Si llega a confirmarse un rebrote del virus, una buena parte de los Estados podrían verse obligados a retroceder con sus planes de reapertura. Esto llevaría a la suspensión de actividades no esenciales y, por ende, un nuevo freno en este sector que tendría que tenerse en cuenta, concluyó.
Richard Horbach rhorbach@intercam.com.mx