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Expertos indicaron que las circunstancias actuales obligarán a las compañías con títulos accionarios, o emisoras, que cotizan en la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) y en la Bolsa Institucional de Valores (BIVA), a ser más transparentes en la información que revelen en su Reporte Anual sobre los impactos que el Covid-19 ha tenido en sus operaciones y en sus finanzas.
Hasta hoy, la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) no ha establecido un requerimiento de revelación de las repercusiones de la nueva cepa del coronavirus, sostienen.
“Es altamente recomendable que las emisoras muestren en la sección de información financiera incluida en los reportes anuales los efectos que, hasta el momento, han tenido en su información financiera la suspensión parcial o total de actividades, en caso de existir”, dice un documento especial de la firma de asesoría fiscal, contable y legal PwC sobre consideraciones legales a tomar en cuenta en medio de la contingencia.
Agrega que este ejercicio de revelación cumple a cabalidad la premisa básica de declarar “cualquier situación que pueda influir en el precio de los valores que se comercializan en la Bolsa de Valores”.
La CNBV es un órgano desconcentrado de la Administración Pública Federal facultado para emitir, en su ámbito de competencia, disposiciones y reglas generales de carácter prudencial y administrativo a las que deben sujetarse tanto entidades financieras como personas morales y físicas sujetas a su supervisión y regulación. En este último caso se suman las emisoras que cotizan en las bolsas de valores.
Dentro del acuerdo del 26 de marzo publicado por la entidad a propósito de las medidas extraordinarias adoptadas por la contingencia por el Covid-19, la CNBV indica que podrá autorizar, en cada caso, a las instituciones financieras -que incluye la banca privada- y a las personas sujetas a su supervisión -emisoras- a que presenten reportes simplificados en este periodo. A finales de abril, la comisión publicó un nuevo acuerdo que indica la ampliación de estos criterios hasta el 30 de mayo, como resultado de la facultad otorgada por la Junta de Gobierno al presidente del organismo.
Los expertos afirman que las emisoras pueden tomar o no las facilidades administrativas otorgadas por la CNBV. Un caso representativo es la celebración de la Asamblea General Ordinaria de Accionistas la cual se realiza dentro de los primeros cuatro meses después del cierre del ejercicio fiscal, como máximo el 30 de abril de cada año, de acuerdo a la Circular Única de Emisoras, por lo que es necesario contar con la opinión de los asesores legales de la empresa para corroborar su validez, si es que se llevó a cabo.
En caso de que las emisoras tomen la extensión del plazo para publicar o celebrar eventos destacados, los expertos advierten que es necesario publicar los acuerdos a través de un evento relevante, e informar al público inversionista las circunstancias particulares que llevaron a incorporar la extensión.
Si una emisora está en proceso realizar en este periodo de contigencia una oferta pública de capital o de deuda, deberá incorporar la última información financiera anual disponible y, en sustitución de la información intermedia con revisión limitada, podrá divulgar sus estados financieros internos del último trimestre previo a la colocación.
¿Banca sana?
Deloitte considera que los bancos del país cuentan con un buen nivel de capitalización y liquidez que les permitirá afrontar la actual contingencia, sin caer en insolvencia.
Desde 2013, la banca que opera en México se apegó al marco regulatorio internacional Basilea III, que le ha permitido fortalecer su balance. Al cierre de enero, el índice de capitalización de la banca múltiple -que mide la fortaleza financiera de las instituciones de crédito para soportar pérdidas no esperadas- fue de 16.8% casi 6 puntos porcentuales arriba del nivel de 10.5% que solicita como mínimo el marco regulador internacional, de acuerdo con estadísticas de la CNBV.
Por otra parte, a septiembre de del año pasado, según el último reporte disponible todos los bancos superan el nivel mínimo de liquidez, que es la capacidad para cumplir sus obligaciones financieras que exige la ley.
El promedio del coeficiente de cobertura de liquidez de estas entidades, en su conjunto, fue de 194.16%, aún cuando el mínimo obligatorio es de 100%.
Sin tomar en cuenta la apreciación reciente del peso mexicano, que lleva a un registro de su mayor avance mensual desde abril de 1995, la reciente devaluación de la moneda afectará a aquellos bancos que tienen préstamos y otras operaciones en dólares.
“Desde luego, la tarea no va a ser fácil, ya que, pese a sus buenos niveles de capitalización y liquidez, las instituciones bancarias no están exentas de los impactos económicos”, dijo Deloitte.