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El Programa de Apoyo al Empleo (PAE), programa principal con el que funciona el Servicio Nacional del Empleo (SNE) fue cancelado, entre otras razones, porque el gobierno federal reorientará dichos recursos a la activación de la economía en México tras la crisis que se vive debido al SARS- CoV-2 (COVID-19).
Así lo denunció el Centro de Estudios para la Promoción y Difusión del Empleo Formal (CEEF), quien señaló que es acto lamentable, pues se estima que el año, bajo este programa, se colocaron a 112 mil 254 mexicanos en un empleo formal.
En México, no sólo aumenta la cifra de contagiados por el virus, también los números de personas desempleadas, el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) ha reportado un incremento de 7.9 por ciento en la población de situación de pobreza salarial por ingresos en su última revisión.
En 2019, el programa colocó sólo en la Ciudad de México a 4 mil 542 personas en un empleo, a nivel nacional se atendieron a 140 mil 757 mexicanos y con ayuda de capacitadores se colocaron a 112 mil 254 trabajadores fijos.
Sobre el tema varios integrantes del CEEF destacaron que la cancelación del programa “es un golpe al mercado laboral, porque implica cortar con un programa de apoyo para los mexicanos. Meter tijera no es óptimo en lo general, mucho menos ante la contingencia actual”, comentó Armando Leñero.
Leñero mencionó que quedarse sin los apoyos del programa representa dos problemas, por un lado, dejar sin trabajo a los capacitadores y por otro, cortar las opciones de capacitación para buscadores de trabajo.
Por su parte, Javier Lozano Alarcón, también integrante del CEEF, se refirió como “incongruente” el hecho de cancelar un programa “sin notificación o fundamento”. Dentro del PAE se encontraban proyectos de talleres para buscadores de empleo fomento del autoempleo, bolsas de trabajo y atención en situaciones de contingencia laboral.
La reorientación de los recursos para salvar la economía de unos, sin duda está afectando a otro tanto de la población que, durante la contingencia, no solo temen por mantener distancia y usar tapabocas para no ser contagiados, también viven con la incertidumbre de no quedar desempleados o hacer durar su dinero hasta encontrar otro sustento.
*Por Abigail Clemente