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Otros 3.2 millones de personas solicitaron la prestación por desempleo en Estados Unidos la semana pasada. Con ellos, ya son suman 33 millones las que han pedido la ayuda durante las siete semanas de pandemia, o uno de cada cinco trabajadores que tenían un empleo en febrero, un indicador de la devastación económica producida por el coronavirus.
De acuerdo con una nota del periódico El País, el número semanal de solicitantes nuevos de la prestación es, no obstante, menos de la mitad del registrado la última semana de marzo (6.9 millones). La cifra de solicitudes crece solo en cuatro Estados respecto a la semana anterior, y baja en los 44 restantes. Este viernes el Gobierno dará a conocer la tasa de paro, que los expertos anticipan estará entre el 15 por ciento y el 20 por ciento, algo no visto desde la Gran Depresión. En febrero, la tasa de desempleo había alcanzado un récord mínimo del 3.5 por ciento.
Los primeros en perder sus empleos fueron los trabajadores de los sectores de la hostelería, el turismo y el comercio minorista, pero con el paso de las semanas se han sumado otros sectores. El 77 por ciento de los trabajadores despedidos esperan recuperar sus empleos una vez se levanten las medidas de confinamiento en las casas, según una encuesta publicada este jueves por The Washington Post y llevada a cabo entre el 27 de abril y el 4 de mayo. Pero algunos expertos señalan un exceso de optimismo: un estudio de la universidad de Chicago prevé que el 42 por ciento de los despidos recientes causados por la pandemia se convertirán en permanentes, debido al esperado cierre de empresas y a cambios de comportamiento de los consumidores.
Estados Unidos es hoy el epicentro de la pandemia del coronavirus. Hay más de 1.2 millones de casos confirmados de covid-19, y 73 mil 500 personas han fallecido por el patógeno. La cifra de muertos diarios no baja de mil desde el pasado 12 de abril. Mientras numerosos estados empiezan a levantar las restricciones a los movimientos impuestas para contener la propagación del virus, los grandes focos, como el Estado Nueva York, ofrecen signos de remisión mientras surgen focos por otras zonas del país, incluidas las regiones en las que hasta hace poco apenas se había detectado la presencia del virus.