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Mientras que en muchos países del mundo las personas llevan ya varios días confinados en sus hogares para evitar la propagación y contagio del COVID-19, doliendo a familiares y amigos fallecidos en forma trágica por esta enfermedad, en México apenas hace un par de días que se decretó como emergencia sanitaria. Con ello, se solicitó a la población que reduzcan la movilidad, respeten el distanciamiento social y eviten salir de sus casas. A su vez, las diferentes autoridades anunciaron medidas reglamentarias respecto a los negocios y empresas que pueden continuar laborando, las consideradas “esenciales”; el resto, deben cerrar sus puertas hasta nuevo aviso.
crisis2Esto obliga a los empresarios, a preocuparnos por mantener a flote las empresas, con una reducción considerable e incluso total de las ventas, el flujo de efectivo será un problema en un principio, debiendo cubrir los costos fijos como renta, salarios, pago de créditos e impuestos, entre muchos otros. Por su lado, a todos los empleados les surge la incertidumbre de si podrán mantener su empleo durante el tiempo que esta crisis dure, si la empresa será capaz mantener la fuente de trabajo y si con ello podrá sostener a su familia. No se debe olvidar el inmenso grupo que vive del comercio informal, cuyos trabajadores carecen de seguridad en términos de salud, derechos laborales y un largo etcétera.
De acuerdo con información emitida por especialistas del tema e incluso las mismas instituciones gubernamentales, la duración de la crisis sanitaria por el COVID-19 puede extenderse por varios meses sobre México, provocando con ello un año extremadamente duro en términos económicos y sociales. Se espera, según ha indicado la Secretaria de Salud de la Ciudad de México, Oliva López Arellano, que el pico de la curva de contagios se alcance en el mes de mayo, y comience el decline en junio. Lo que significaría que la situación se “normalizaría” alrededor de finales de agosto.
De este modo, se podría deducir que, en el mejor escenario en México, podríamos comenzar a retomar un ritmo “normal” a partir de septiembre, es decir, el último cuatrimestre del año prácticamente. Sin considerar los rezagos de la inactividad económica regular tras más de 4 meses, la escasa liquidez que se avecina en consecuencia, la tragedia familiar por los decesos derivados a la epidemia, las consecuencias de la crisis económica tras la caída de los precios del petróleo a nivel mundial, entre muchos otros factores que se suman a la emergencia sanitaria por el COVID-19.
planearBajo este escenario, es importante plantearse algunas preguntas como: ¿Cuál será la estrategia de mi empresa para retomar la productividad una vez que volvamos a las labores regulares, dadas las nuevas circunstancias económicas, sociales y políticas del país? ¿Qué puedo hacer yo para pasar esta crisis sin perder mi negocio o sin afectar a mi personal de manera terminal? ¿Cuáles son los esquemas de compensación ideales para superar este periodo? ¿Qué tipos de negociación transicional debo considerar para hacer frente a la situación actual de manera eficiente?
Claro, las decisiones de nuestro gobierno juegan en esta ecuación, pero no debemos dejarlo todo en sus manos, para luego reprochar lo que hicieron o dejaron de hacer. Es nuestra responsabilidad hacer un plan adecuado a nuestras necesidades y poner manos a la obra, debemos tener claro cómo vamos a sacar a México adelante.
openPor ello, desde Avelar & Castillo Consultores Asociados, deseamos ofrecer las respuestas que encontremos a estas preguntas, compartirlas y tratar de que todos tengamos un plan de recuperación a la vista, no sólo empresarios y empleados, sino compartirles a todos los mexicanos que les interese, alternativas que nos permitan visualizar qué debemos hacer para subsistir después de esta terrible crisis humana.
No crean que es muy pronto para ello, si estamos por enfrentar lo peor, éste es el momento.
Tener un plan para salir de esta crisis es nuestra obligación. Debemos entender dónde estamos, en dónde vamos a quedar y qué deberemos hacer. Definir cuáles son las precauciones a tomar, nuestras prioridades, y los primeros pasos para, después de la tragedia, poder salir adelante del coronavirus y la crisis que lo acompaña.
Para más información Avelar & Castillo Consultores Asociados S.C