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La Habana, (Prensa Latina).- África es uno de los continentes con más baja incidencia de la Covid-19, pero podría sufrir los mayores embates de esa enfermedad debido a la existencia de una endeble estructura hospitalaria y sanitaria, además de la extrema pobreza.
Especialistas estiman que, la pandemia que hoy sacude al mundo, puede dejar un saldo en la región de unos 300 mil muertos, aunque la Comisión Económica para África (CEPA) afirmó en un informe que el virus mataría eventualmente por contagio hasta tres millones 300 mil africanos.
Ante el acelerado crecimiento de casos registrados durante la última semana también se prevé que unos 30 millones de personas terminarán en la pobreza.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS) esa estimación es ahora mucho más probable ya que el nuevo coronavirus SARS-Cov2, causante de la Covid-19, está migrando de las capitales hacia zonas rurales del continente.
No obstante, Michel Yao, jefe de operaciones de emergencia para la OMS en África, señaló que esas proyecciones podrían cambiar si se aplican todas las medidas sanitarias de emergencia, como ocurrió con las predicciones para el brote del ébola.
En cualquiera de esas previsiones, la pandemia saturaría la mayoría de los frágiles y mal financiados sistemas africanos de salud, de acuerdo con los expertos.
Datos aportados por la OMS avalan la posibilidad de colapso sanitario en 43 países de África Subsahariana, donde la cantidad de camas de cuidados intensivos es de cinco por cada millón de habitantes, mientras en Europa es de cuatro mil.
En Sudán del Sur, con una población de 11 millones hay apenas cuatro respiradores artificiales.
Pero más allá del alcance de la crisis sanitaria, las conclusiones del Banco Mundial sobre el impacto de la Covid-19 también prevén más hambre en África.
Los 54 países africanos han registrado hasta ahora menos de 20 mil casos confirmados de la enfermedad, una parte muy pequeña de los más de dos millones de casos registrados a escala global.
Sin embargo, los expertos señalaron que África va semanas por detrás de Europa en el desarrollo de la pandemia, pero la tasa de aumento de contagios y decesos es alarmantemente similar a la del Viejo Continente en estos momentos.
Realidades de las que no se hablan
“Los casos están aumentando muy, muy rápido”, advirtió recientemente la nigeriana Mary Stephen, representante de la OMS en África.
Como profesional de la salud, Stephen considera que uno de los grandes problemas más graves de África para enfrentar la pandemia es su precario sistema sanitario, con su falta de camas, de unidades de cuidados intensivos, de médicos especialistas y del equipamiento imprescindible para enfrentar al virus, como respiradores artificiales.
Por eso, en su opinión, es tan importante romper la cadena de transmisión antes de que sea demasiado tarde.
Al ejemplificar las difíciles condiciones sanitarias del continente, la especialista comentó que en Gambia no existen unidades de cuidados intensivos. “Ahora se están acomodando unas 100 camas en todo el país para combatir la pandemia, pero se considera que se necesitarán más de mil”.
“Estamos atrasados en todo”, aseguró Stephen, quien augura que la expansión de la pandemia pueda traer efectos devastadores en uno de los sistemas sanitarios más débiles del mundo, dejando además sin atención a millones de pacientes que padecen otras enfermedades como tuberculosis, VIH, malaria o malnutrición.
Pero el escenario es más lastimero en África si se considera que hay zonas donde no se puede acceder a algo tan básico como lavarse las manos.
Estadísticas del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) indican que en la región subsahariana el 63 por ciento de los que vive en áreas urbanas (258 millones de personas) no tiene acceso al lavado de manos.
Tan simple medida de protección no es posible porque en África occidental y central, más de un tercio de todas las personas no tienen acceso a agua limpia. Esto genera que las condiciones de higiene sean tremendamente frágiles.
Por supuesto, en esos lugares la higiene no es una prioridad porque no hay agua para continuamente lavarse las manos, “, significó Stephen.
A ello se suma la alta densidad poblacional de algunas zonas de este continente, lo que hace aún más difícil contener la pandemia.
Por ejemplo, en Nairobi, la capital de Kenia, hay barrios marginales donde vive más de medio millón de personas hacinadas, quienes habitan en casas de cartón o plástico, sin ventilación ni drenaje, ni tampoco recogida de desechos, lo cual es perfecto para la propagación de enfermedades.
También se unen a esas condiciones tradiciones culturales arraigadas en algunas sociedades africanas que tampoco ayudan a detener los contagios.
“Dicho conjunto de situaciones y factores hacen impensable que los programas de Europa de aislamiento de la gente vulnerable ni se puedan implementar, pues muchas familias viven juntas, en una misma casa y comen todos del mismo plato”, explicó la representante de la OMS.
En general, más de un tercio de la población en el continente africano no tiene acceso a servicios de agua potable, y el 60 por ciento de los habitantes en zonas urbanas vive en barrios saturados donde la Covid-19 puede transmitirse con mayor facilidad.
Frente a este tétrico panorama la Comisión Económica para África de las Naciones Unidas estima que se necesitan al menos 100 mil millones de dólares para dotar inmediatamente de recursos a una red de seguridad social y sanitaria, con el fin de proteger a la ya sufrida población de ese continente.
* Por Cira Rodríguez César, periodista de la redacción de Ciencia y Técnica de Prensa Latina