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En la presente emergencia sanitaria derivada de la propagación del Covit-19 y una vez activada la fase dos por parte de las autoridades de la Secretaría de Salud, el Servicio de Administración Tributaria informó que se han implementado las medidas preventivas para salvaguardar, en primer lugar, la salud de las y los trabajadores y sus familias.
En segundo término, la operación de sus áreas estratégicas se hará con el personal mínimo requerido garantizando las condiciones de servicio y atención frente a las y los contribuyentes. “Desde la creación del Servicio de Administración Tributaria en 1997, no habíamos enfrentado una situación como la que hoy nos afecta”, detalla en un comunicado de prensa.
Agrega que, de acuerdo con la directriz de mantener la operación de las instituciones esenciales del Estado mexicano, “hemos diseñado planes específicos para nuestras actividades sustantivas. Quiero ser enfática en el término esencial, ya que, con una recaudación óptima, lograremos contar con mayores recursos para comprar ventiladores, equipo médico, insumos, así como medicamentos que serán vitales para atender a la población durante la crisis sanitaria. Además, las contribuciones serán indispensables para mantener la operatividad de los programas sociales dirigidos a la población más vulnerable”, indica.
Como es de conocimiento público, durante el mes de marzo se lleva a cabo la campaña de declaración de personas morales y en abril la correspondiente a personas físicas. Para ello, agrega, el SAT se ha preparado con toda oportunidad, tanto en la actualización de los sistemas y plataformas tecnológicas como en la atención personalizada. “Para ejemplificar lo anterior, nuestros sistemas han permitido a los contribuyentes presentar declaraciones fiscales en línea, recibiendo en promedio más de 172,000 declaraciones al mes. Estamos cumpliendo con nuestra oferta de trámites y servicios en función de la contingencia. Exhortamos a personas morales y personas físicas a seguir contribuyendo y poniendo su granito de arena para solventar estos tiempos difíciles para nuestro país y el mundo.
En esta coyuntura quiero apelar a la dimensión social de grandes contribuyentes y a elevar el rango de valores como la solidaridad y la empatía. Cuando se habla de la economía moral, nos referimos al bienestar igualitario y fraterno para garantizar que los pobres, los débiles y los olvidados encuentren protección ante incertidumbres económicas”.