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Los mercados financieros y de commodities alrededor del mundo volvieron a sucumbir a la percepción de que los impactos de un colapso en la economía global serán más profundos, sin saber en qué momento la crisis desatada por la pandemia del coronavirus puede llegar a tocar fondo. Pese a las medidas de emergencia que tomaron los bancos centrales de Estados Unidos, Canadá, la Unión Europea, Inglaterra, y Japón, las bolsas de valores replicaron el lunes negro este miércoles.
Las monedas de América Latina exhibieron pérdidas generalizadas, incluido el peso mexicano, que cotizó al cierre en 23.90 unidades por dólar, una caída de 4.3%. De acuerdo con la agencia Reuters, el peso cayó en operaciones internacionales la madrugada de este miércoles hasta 24.06 unidades por dólar.
El referencial de la Bolsa de Valores de Nueva York, el S&P500, cayó 5.18%, para colocarse en las 2,398.10 unidades, en tanto que el indicador más amplio de ese mercado, el índice Dow Jones perdió 1,338.46 puntos, tras retroceder 6.30% y cerrar en las 19,898.92 unidades. El principal indicador de la Bolsa Mexicana de Valores (BMV), el S&P BMV/IPC, por su parte, cayó 3.61%, en las 35,532.74 unidades.
En el mercado internacional de petróleo, los futuros del Brent se hundían 13.40%, para negociarse en 24.88 dólares por barril; por el contrario, los futuros del West Texas Intermediate (WTI) avanzaban casi 9%, para negociarse en 22.20 dólares por barril.
“No estamos en un escenario de ralentización del crecimiento, sino en uno de una contracción severa de la actividad (global)”, dijo Rafael Doménech, responsable del área de Análisis Económico de BBVA España en una colaboración para el diario digital El Confidencial.
China, el primer país en sufrir la crisis sanitaria, es además el país que exhibe el saldo más escandaloso en cuanto a impacto económico: la llamada “Fábrica del Mundo” registró entre enero y febrero una caída de -13.5% de su producción industrial, mientras su comercio minorista se hundió en -20.5% y el registro de Inversión en Activos Fijos se desplomó en- 24.5%.
“Su colapso es una llamada de atención para el resto del mundo”, indicó Doménech.
“En el enfoque de los inversionistas se encuentra el deterioro económico ocasionado por el coronavirus, sumado al escenario previo de desaceleración económica global”, mencionó por su parte en un informe Grupo Financiero Monex.
A nivel global persisten los contagios, además de las restricciones de vuelos y de contacto entre países. Según el sistema World Metres, hasta el miércoles el número de personas infectadas con la nueva cepa de coronavirus o Covid-19 suman 214,894 en 156 países o regiones. El mayor número de casos los concentra China, con 81,102, seguido por Italia (35,713) Irán (17,361) y España, 13,910 contagios. El número de decesos rebasa los 8,700, con 3,122 muertes en China.
Algunas estimaciones indican que el contagio podría alcanzar a dos terceras partes de la población mundial, con una tasa de mortalidad elevada en los grupos de riesgo.
La necesaria declaración del estado de alerta para detener en las próximas semanas el aumento exponencial en el número de contagios implica la paralización total de algunos sectores económicos y una desaceleración aguda de otras actividades, además de impactos en la economía agregada.
“Aunque se siga apostando por un escenario en forma de V, la caída será más profunda e intensa de lo inicialmente esperado, y nada asegura que la velocidad de la recuperación sea similar a la de la reducción de la actividad. Más bien al contrario”, dice el reporte de BBVA en el diario citado.
Autoridades de EU buscan apuntalar negocios
Los reguladores de Estados Unidos están considerando dar a los bancos comerciales puntos regulatorios adicionales a préstamos para ciudadanos de ingresos medios y bajos.
Un servicio especial de la agencia Reuters indica que los reguladores de bancos federales están explorando una serie de herramientas para otorgar crédito a individuos y empresas estadounidenses, antes que los impactos del Covid-19 en la economía provoquen que millones de estadounidenses de bajos ingresos pierdan sus empleos, enviándolos al incumplimiento de préstamos para automóviles, hipotecas y tarjetas de crédito.
Entre las medidas en discusión se encuentra un plan para ofrecer créditos regulatorios adicionales (puntos de bonificación) a los prestamistas bancarios, a través de la Ley de Reinversión Comunitaria (CRA), una ley crítica de préstamos llamados justos, que dicta una gama de puntajes regulatorios para los bancos, expedida en 1977.
Aunque con una duración mucho más corta, el impacto del coronavirus podría superar los impactos de la crisis económica y financiera global acaecida en 2008, que, a cambio, se prolongó durante más tiempo de lo que se tiene previsto ahora.