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Con una contracción de -10% en los volúmenes de venta de cemento el año pasado -derivado de sucesos como la cancelación del nuevo aeropuerto de la ciudad de México, en Texcoco-, la agencia de riesgos S&P Global dijo que los grados para el sector cemento en México están en riesgo en los próximos 12 meses.
S&P Global Ratings espera un crecimiento cero o incluso una ligera contracción de la actividad en 2020, lo que representaría el desempeño más débil en dos años consecutivos de la última década.
“La marcada contracción en los volúmenes de cemento empezó a finales de 2018 y la detonaron diversos factores locales, incluyendo la cancelación del proyecto del nuevo aeropuerto de la Ciudad de México en Texcoco y débiles condiciones económicas que llevaron el crecimiento del producto interno bruto (PIB) cerca de 0% en 2019”, dijo la firma en un reporte fechado en esta semana.
Otros factores negativos de la actividad cementera son la caída en la construcción de nuevas viviendas, ante la reducción del subsidio federal, un menor número de adjudicaciones dentro del Sistema Nacional Carretero, así como la suspensión parcial de varios proyectos de construcción comercial y residencial en la Ciudad de México.
“Consideramos que la recuperación del sector depende de la capacidad del gobierno para restablecer la confianza de los inversionistas”, advirtió Luis Manuel Martínez, analista senior de la calificadora.
El consumo de cemento y las actividades de construcción no solo se correlacionan con el crecimiento económico y la inversión privada, sino también con el gasto del sector público en infraestructura y obras públicas. En 2019, el gasto de inversión del sector público retrocedió en casi un -12%.
El volumen de venta de cemento en México en ese año siguió una tendencia negativa similar a la de 2013, en los inicios de la administración de Felipe Calderón. El gasto público se restringió en un inicio, aunque la demanda de cemento se recuperó un año después.
La dinámica se mantuvo modestamente hasta 2018, debido principalmente a las inversiones del sector privado.
La calificadora indica que la pregunta clave para la industria cementera mexicana es si existen condiciones en el mercado local para revertir rápidamente la tendencia negativa, como sucedió en 2014, a través de proyectos como un plan nacional de infraestructura, entre otros.
“En nuestra opinión, la respuesta depende de la capacidad del gobierno para restablecer la confianza de los inversionistas e impulsar el consumo, así como para avanzar con una política de vivienda más decisiva”, respondió S&P.