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Como miles de mexicanos, Mario Ramírez iba de tropiezo en tropiezo por tratar de recomponer sus finanzas personales, y, con ellas, sus adeudos. El mercado bancario y financiero mexicano no le prometía una alternativa acorde a sus necesidades de solvencia y pago. En su búsqueda, Ramírez oyó hablar de un esquema de crédito con garantía inmobiliaria.
El usuario asegura que esta herramienta le ha dado la oportunidad de un pago mensual menor frente a los mecanismos de pago tradicionales: es decir, ahora paga menos intereses por su nuevo crédito, a un plazo más largo.
Smart Lending, que forma parte de la experiencia de Ramírez, es la primera y única hipotecaria mexicana 100% digital. Información de la firma indica que el crédito con garantía inmobiliaria es un producto financiero poco conocido en México, a pesar de su potencial y beneficios. Asegura que sólo 9% de las viviendas del país son usadas para obtener un crédito en mejores condiciones.
“Se puede obtener un monto más alto, menores tasas y un plazo mayor en comparación con un préstamo personal o de nómina”, afirma Tulio Espinoza, head de crédito de Smart Lending.
En México los créditos de nómina y personales -usualmente utilizados para solventar deudas- tienen repercusiones graves al no ser utilizados en el momento y de manera correcta. Así, representan los productos bancarios con el mayor índice de morosidad, de 3% para el caso de los créditos de nómina, y de 6% para los créditos personales, de acuerdo con la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV).
Un préstamo personal o de nómina ofrece montos por hasta 43 mil pesos, promedio, a pagar en un plazo de 1 a 2 años, con tasas de interés que rozan el 25 por ciento.
En México, únicamente 32% de los adultos cuenta con una educación financiera básica, según la Encuesta Nacional de Inclusión Financiera (ENIF) 2018. La ausencia de estos conocimientos ocasiona que las personas utilicen métodos informales o poco adecuados de ahorro y crédito, lo que implica costos más elevados.
Ramírez relata que con su crédito con garantía inmobiliaria resolvió un problema derivado de altos intereses cobrados por sus tarjetas de crédito, lo que le imposibilitaba no solo cubrir ese gasto, sino los derivados en su vida cotidiana.
“Me dio la oportunidad de contar con más tiempo (para pagar el crédito). Y confianza…estoy más tranquilo y tengo capacidad de pago para los meses venideros. Además, puedo utilizar cierta parte del dinero para cuestiones personales”, indica el usuario del novedoso esquema.