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Para el banco de inversión Credit Suisse, la situación económica de México podría calificarse como complicada, “It´s Complicated”, tomando en cuenta el bajo crecimiento económico para 2019 y la magra dinámica esperada para 2020.
Aún más, los analistas de Credit Suisse como Alonso Cervera consideran que los consensos respecto al crecimiento de la economía mexicana seguirán empeorando rumbo a que se devele en agosto el resultado del crecimiento para el PIB correspondiente al segundo trimestre.
Cuando se dé a conocer el crecimiento para el segundo trimestre será evidente, dice Credit Suisse, que la economía mexicana apenas cerrará con una dinámica del 1%.
“El débil crecimiento afectará el consumo y la confianza empresarial de manera adicional lo que podría impactar potencialmente la alta popularidad del Presidente”, dice Credit Suisse.
Aún más, se esperaría presión adicional sobre los ingresos fiscales, lo que obligaría a que la Secretaría de Hacienda y Crédito Público escoja entre reducir el gasto o ceder en sus objetivos fiscales en lo que resta de 2019 y hacia 2020.
Para Credit Suisse, la mayoría de los activos financieros en México no están reflejando este complicado escenario debido al contexto internacional de alto riesgo.
No obstante, de acuerdo con la encuesta bimestral de Credit Suisse entre sus inversionistas, la percepción y perspectivas de los inversionistas para los próximos doce meses ya exhibe un deterioro ante el contexto macroeconómico.
En su encuesta de mayo, el 89% de los inversionistas considera que la economía está empeorando respecto al panorama del año pasado. En enero, el 75% pensaba que la economía estaba en malas condiciones.
Entre los acontecimientos que más preocupan a los inversionistas se encuentra la aprobación del Tratado de Libre Comercio entre México, Estados Unidos y Canadá en el Congreso de Estados Unidos tomando en cuenta el receso de verano y que podría retrasarse hasta el 2020.
En el ámbito doméstico, Credit Suisse considera que que la confianza podría mejorar si Pemex entrega un buen plan de negocios que incluya fuentes de financiamiento creíbles, una apertura renovada a los campos petroleros, un menor énfasis en las actividades intermedias y posteriores y un programa de desinversión. “Creemos que esto reduciría el riesgo de que las calificadoras bajen la calificación de la deuda externa de la compañía”, aseguró el banco de inversión.