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En esta ocasión hablaremos de las redes de mercadeo desde un punto de vista diferente; el de la empresa que ofrece el modelo de negocio.
Uno de los retos más importantes que enfrentan cotidianamente los expertos en marketing es conseguir la fidelización de los clientes. En la práctica, el objetivo no es otro que lograr que un consumidor que haya adquirido su producto o servicio se convierta en un cliente recurrente que, todavía mejor, además lo recomiende entusiastamente.
En otras palabras, la fidelización es el “hecho” resultante de una satisfacción plena por parte del cliente y que se refleja en una repetición de la acción de compra. Por tanto, la fidelización es una consecuencia de mantener una clientela satisfecha plenamente, a través de una serie de actuaciones o acciones que de una forma u otra son valoradas directamente por nuestro cliente.
Uno de los factores que más inciden en la satisfacción de un cliente es el “valor” que una empresa le ofrece en comparación con lo que ofrecen sus competidores, tales como: calidad del producto o servicio, el trato, el precio, el servicio post-venta, la confianza, etc. y en el caso de las redes de mercadeo se establece un “Plan de compensación” que premia el consumo y la recomendación. Algunas empresas ofrecen dicha compensación en forma de un descuento en el consumo o con productos de regalo pero la recompensa más valorada es la que las empresas de redes ofrecen a sus clientes en efectivo al invitarlos a participar prácticamente de la distribución y promoción de los productos para lograr un esquema “ganar-ganar” en un círculo virtuoso para hacer crecer de forma permanente el número de consumidores que a cambio de mantener un consumo mínimo cada mes, reciben parte de las utilidades del negocio.
El sueño de todos, ¡que nos paguen por comprar!