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Fue en marzo de 2011 cuando entrevisté para la revista Fortuna a Eduardo Pérez Motta, entonces comisionado presidente de la Comisión Federal de Competencia. En aquella conversación, Pérez Motta, quien impulsó reformas trascendentales para luchar contra la fuerza de mercado que tenía (y tiene) Telmex, la compañía más rentable del mundo, “me dijo entonces” una frase que fue clave para entender el espíritu del organismo antimonopolios así como el de las regulaciones dirigidas a vigilar por la competencia: “Que gane el consumidor, no el gobierno”. Ése era el espíritu de la CFC en la que también colaboró la funcionaria Georgina Kary Santiago Gatica, graduada y con maestría en Economía por el Colegio de México, con más de 10 años de trabajo y experiencia en la Comisión Federal de Competencia.
Otro funcionario que compartió esta máxima con Santiago y Pérez Motta fue Eduardo Estrada, exdirector de Estudios Económicos de la comisión antimonopolios. Así era: “Que gane el consumidor, no el gobierno”, y mucho menos un gigante como la fusión Disney-Fox que en los principales países de América Latina está cimbrando las estructuras del deporte y los nexos corporativos que sostienen los eventos en vivo a los que millones de consumidores pueden asistir o presenciar mediante la televisión abierta.
Ahora, Georgina Santiago Gatica, al frente de la Unidad de Competencia Económica del Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT), debe recordar otra de sus frases favoritas: “El control de concentraciones ofrece a las autoridades intervenir en nombre de la sociedad para sopesar ese derecho”. Santiago, un ejemplo de las políticas de género y meritocracia que la han llevado a ocupar una posición de gran responsabilidad, tiene frente a sí una oportunidad de oro para demostrar que está por encima de cualquier conflicto de interés; que defenderá, en cambio, el interés de los consumidores sobre el económico de un gigante que buscará acaparar el mercado de eventos deportivos para obtener mayores dividendos y ampliar su presencia aun a costa de los consumidores.
En Brasil, la fusión Disney-Fox no tiene acuerdo porque, precisamente, hay mucha presión de los consumidores y de la industria local. En Estados Unidos se les condicionó vendiendo sus participaciones en redes deportivas.
¿Cambió tanto Pérez Motta?
A Georgina Santiago, quien ha superado con creces el techo de cristal, le han pedido algunas voces críticas que se excuse de participar en la decisión sobre la fusión Disney-Fox que tendrá que tomar la Unidad de Competencia Económica a su cargo. En otras palabras, se piensa que podría favorecer con su decisión a dos de sus grandes amigos y colegas.
Difícil la posición para una funcionaria con ya varias décadas de trabajo institucional y que, por cierto, estuvo involucrada y fue artífice de muchos de los conceptos que impulsaron la separación funcional del gigante Telmex.
No me imagino, por otra parte, al expresidente de la entonces CFC, Eduardo Pérez Motta, garantizando a los dueños de Disney y Fox que hará todo lo posible como consultor (incluso pedir favores a sus amigos) para lograr lo que en ningún país han obtenido: una integración sin condiciones, sin candados, sin límites. ¿Cambió Pérez Motta tanto desde entonces? No lo creo, porque lo recuerdo con una cruzada personal al frente de la Junta de Gobierno de la CFC para alcanzar modificaciones a la Ley Federal de Competencia para elevar las facultades de esa comisión y evitar que el sector empresarial incurra en prácticas que siguen afectado a los consumidores y la competencia.
Es cierto, el IFT, gracias a la reforma del sector de telecomunicaciones, tiene su propia Unidad, pero el espíritu, según reviso en las intervenciones públicas de Georgina Santiago, es el mismo. No te excuses del caso Georgina, no debes porque sería darles la razón. Debes actuar conforme al derecho de los consumidores.
claudiavillegas @revistafortuna.com.mx
Twitter: @LaVillegas1