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La Junta de Gobierno del Banco de México decidió por unanimidad elevar la tasa de interés interbancaria en 25 puntos base para colocarla en 8.25 por ciento.
Esto ocurre, un día después de que la Reserva Federal de Estados Unidos incrementó la tasa de fondos federales para establecerla en máximo de 2.50 por ciento.
En su reunión de noviembre, Banxico incrementó la tasa de 7.75 por ciento a 8.0 por ciento.
Con la decisión de este jueves, Banxico mantiene el ritmo de incrementos en la TIIE iniciados en 2015.
En su exposición de motivos, el banco centra llamó la atención en la importancia de que los mercados nacionales de renta fija contribuyan a un ajuste ordenado de la economía.
Además, reiteró la necesidad de medidas que propicien un ambiente de confianza y certidumbre para la inversión.
De igual manera, que permitan una mayor productividad y que se consoliden sosteniblemente las finanzas públicas, reforzando la transparencia y la rendición de cuentas.
Consideraciones de Invex
El cúmulo de riesgos para la inflación en un entorno altamente incierto justificó el incremento de 25 pb de la tasa de fondeo hasta un nivel de 8.25 por ciento.
Los miembros consideran que el balance de riesgos para la inflación se ha deteriorado debido a la posibilidad de que nuevas políticas generen cambios estructurales o que el reciente aumento salarial distorsione el mercado laboral y la formación de precios.
Además, no descartan la posibilidad de nuevos choques en los precios energéticos o agropecuarios, y que haya un escalamiento de medidas proteccionistas a nivel global.
Por último, se consideró que los choques que ha sufrido la inflación y la persistencia en niveles altos, aumenta la posibilidad de que se generen efectos de segundo orden en la formación de precios.
No obstante, los miembros reconocen que persiste holgura en la economía y que el balance de riesgos para el crecimiento se mantiene sesgado a la baja y se ha deteriorado.
Además, se observó un descenso de las presiones externas en las primas de riesgo, especialmente tras la señalización de la Reserva Federal (Fed) de que su ritmo de normalización monetaria podría ser menor a lo esperado.
Moderación en la perspectiva
Consideramos que la posibilidad de que la Fed implemente una restricción monetaria más moderada el próximo año amplía el margen de maniobra de Banxico, al reducir las presiones sobre tasas y tipo de cambio.
Además, el compromiso de la nueva administración con la consolidación fiscal y la expectativa de menores precios energéticos sugieren que los niveles restrictivos actuales son congruentes con la convergencia de la inflación hacia el objetivo en el horizonte esperado por Banxico.
No obstante, esperamos que el tono se mantenga altamente restrictivo ante el cúmulo de riesgos que pesan sobre la inflación tanto de forma interna como externa.
La composición de la Junta de Gobierno se vio alterada al contar con tan solo cuatro de los cinco miembros, por la salida anticipada del subgobernador Roberto del Cueto Legaspi, quien será previsiblemente sustituido por Jonathan Heath.
Además, será la última decisión de Manuel Ramos Francia, que podría ser sustituido por Gerardo Esquivel.
Cabe destacar que Ramos Francia y Espinosa Cantellano mantuvieron el sesgo más restrictivo en la última decisión.
Consideraciones de Banorte
El banco central anunció su decisión de aumentar la tasa de referencia en 25pb para dejarla en un nivel de 8.25 por ciento, en línea con nuestras expectativas y las del mercado.
A diferencia de la decisión previa en la cual Irene Espinosa votó a favor de un incremento de 50pb, en esta ocasión la decisión fue unánime.
Mantenemos nuestro pronóstico de que Banxico mantendrá la tasa de referencia sin cambios, aunque no descartamos la posibilidad de un incremento adicional en caso de que las condiciones lo ameriten.
Expectativas de inflación en el centro del debate
En nuestra opinión, el comunicado continúa mostrando un sesgo hawkish, en línea con la decisión previa.
Consideramos que la atención de la Junta estuvo más enfocada en el deterioro de las expectativas de inflación, con la reciente mejora en los niveles y los riesgos a la baja para la actividad económica tomando un rol más discreto.
En este contexto, los comunicados previos no habían enfatizado tanto la preocupación sobre el incremento en las expectativas de inflación.
De hecho, el principal argumento para el aumento de hoy fue “…un entorno de marcada incertidumbre, en el que el balance de riesgos para la inflación muestra un sesgo al alza y se han materializado algunos de los que la pudieran afectar, tanto bajo una perspectiva de corto como de largo plazo, así como la posibilidad de que se vean afectadas las expectativas de inflación de mediano y largo plazos…”.
El riesgo de un aumento del salario mínimo por arriba del promedio se ha materializado
En días pasados, la Conasami anunció un incremento a los salarios mínimos.
Sobre esta medida, Banxico consideró que “…además de su posible impacto directo, se enfrenta el riesgo de que estos propicien revisiones salariales que rebasen las ganancias en productividad y generen presiones de costos con afectaciones en el empleo formal y en los precios…”.
Adicionalmente, aconsejaron que debe de considerarse otras políticas para aumentar el poder adquisitivo de manera sostenida, orientadas a mejorar las condiciones de competencia en los sectores en los cuales se concentran los bienes y servicios de la canasta de consumo de la población de menos ingresos.
Riesgos derivados de cambios estructurales en el proceso de formación de precios
De nuevo, Banxico enfatizó los riesgos para la inflación de mediano y largo plazo derivados de cambios en política económica.
En particular, si bien consideraron que el Paquete Económico 2019 se basa en un marco macroeconómico prudente –y reconocieron la reacción favorable de los mercados locales–, recalcaron la necesidad de cumplir con las metas fiscales.
Adicionalmente, repitieron que las condiciones actuales presentan riesgos en el mediano y largo plazo que podrían afectar las condiciones macroeconómicas del país, así como su capacidad de crecimiento y el proceso de formación de precios.
No obstante, podría existir cierto margen de maniobra ante un menor crecimiento y condiciones monetarias menos restrictivas, sobre todo del Fed.
Para la economía mexicana, la Junta consideró que las condiciones de holgura continúan más laxas respecto a lo observado a principios del año, además de la expectativa de una moderación en la actividad económica durante el 4T18.
En este sentido, el balance de riesgos para el crecimiento continúa sesgado a la baja y de hecho ha presentado un deterioro adicional.
Además, el crecimiento global también se está desacelerando, probablemente más de lo esperado.
Mientras tanto, el panorama inflacionario parecería haber mejorado, al menos a nivel global, ante la reciente caída de los precios del petróleo.
En este contexto, destacaron que las condiciones financieras podrían continuar apretándose, si bien a un menor ritmo al anticipado previamente.
Consideraciones de Monex
En primer lugar, en el comunicado se señaló que desde la última junta en noviembre se ha observado una mayor volatilidad del peso y de los activos financieros mexicanos, así como incrementos en las primas de riesgo soberano, como consecuencia de las presiones externas y la incertidumbre en torno a las políticas de la nueva administración.
Entre estos destaca el escalamiento de las disputas comerciales y un posible apretamiento en las condiciones financieras derivado de sorpresas inflacionarias.
Sin embargo, ante la presentación de un paquete económico 2019 basado en un marco macroeconómico prudente y el tono dovish de la decisión de la Reserva Federal del día de ayer, el banco central considera que el balance de riesgos para el crecimiento continúa sesgado a la baja.
El tono del comunicado resultó más hawkish al esperado
La disminución del índice general de precios que se presentó durante el mes de noviembre es congruente con la trayectoria convergente de la inflación hacia su meta prevista en el último Informe Trimestral.
Sin embargo, Banxico reconoce que diferentes choques y factores estructurales han reducido la velocidad de descenso de la inflación subyacente qué paso de 3.73 por ciento en octubre a 3.63 por ciento en noviembre y que, aunado a ello, las expectativas de inflación para el cierre de 2019 se han incrementado, pasando de 3.71 por ciento a 3.89 por ciento entre octubre y diciembre.
De manera particular, en este comunicado se añadió un párrafo en el que señala que la magnitud de los aumentos recientes en el salario mínimo pudieran conllevar revisiones salariales que rebasen las ganancias en productividad, generando presiones de costos en el empleo formal y en los precios.
Además, se menciona que los incrementos en la cotización del peso mexicano pudieran conducir a cambios profundos en el proceso de formación de precios en la economía.
Basado en estas razones, el instituto central considera que el balance de riesgos para la inflación ha presentado un deterioro y mantiene un sesgo al alza.
Empinamiento de la curva
En la última subasta de valores gubernamentales efectuada el martes 18 de diciembre, las tasas mostraron ligeros ascensos, pero continuando su escalada hacia a niveles no vistos desde 2008.
Esto en línea con la normalización de la política monetaria en Estados Unidos, pero también a raíz del dato de inflación de noviembre, que sorprendió al alza.
De esta manera, el Cetes a 28 días se colocó en 8.0 por ciento (+3 puntos base respecto a la subasta anterior) el nivel más alto desde el 24 de diciembre de 2008.
El Cetes a 91 días se estableció en 8.27 por ciento (-5 pb).
Finalmente, el Cetes a 182 días se vendió en 8.57 por ciento (+3 pb), el rendimiento más alto desde el 28 de agosto de 2008.
¿Qué esperar?
En las últimas semanas se ha observado un escalamiento de los riesgos tanto de carácter internacional como nacional.
Ante dichos escenarios, el gobierno federal ha llevado a cabo una serie de medidas, como la recompra de bonos del NAIM y la presentación de un paquete económico respetuoso de los equilibrios macroeconómicos, que buscan restaurar la tranquilidad en los mercados.
No obstante, en su junta de política monetaria de diciembre, el Banco de México adoptó un tono de mayor cautela, advirtiendo sobre la incertidumbre que prevalece y que pudiera llegar a obstaculizar la convergencia con el objetivo de 3.0 por ciento ±1 por ciento.
Al respecto, en el comunicado se establece que “la política monetaria se ajustará de manera oportuna y firme para lograr la convergencia a su objetivo de 3 por ciento, así como para fortalecer el anclaje de las expectativas de inflación de mediano y largo plazos”.
A este comentario se le puede asignar la interpretación de que Banxico, sin imprimir un tono pesimista, deja abierta la posibilidad de aumentar la tasa de referencia durante el próximo año en caso de que la inflación presente resistencias para descender.
Desde nuestra perspectiva, la reducción en el número de incrementos proyectados por parte de la Fed para 2019 resta presión sobre la política monetaria de nuestro país.
Además, consideramos que la holgura presente en la economía permitirá que el aumento al salario mínimo sea ordenado y no se traslade en incrementos sustanciales de precios.
Por ello, mantenemos la expectativa de inflación en 4.0 por ciento para el cierre del próximo año, nivel que no iría acompañado de alzas de tasas por parte del banco central.
Posterior al anuncio de la decisión, la moneda mexicana se mantuvo estable alrededor de los 19.90 pesos por dólar.
Consideraciones de Citibanamex
Enfatizamos el hecho de que la decisión fue unánime, dado que ello se reflejó en un comunicado equilibrado, fluido y directo—que, aunque largo, pensamos que es uno de los comunicados recientes más articulados.
En nuestra opinión, esto es resultado de una coincidencia de visiones entre los miembros de la Junta de Gobierno acerca de la coyuntura actual en México, y en este sentido nos parece que el comunicado es un pronunciamiento de política muy oportuno.
La discusión inicial provee una buena guía en torno a cuáles factores clave están en juego en la coyuntura actual dentro de la función de reacción de Banxico.
Sus perspectivas sobre el trasfondo internacional envían un mensaje claro sobre los riesgos a la baja tanto para la actividad económica como para la inflación global.
Creemos que la postura de política monetaria de Banxico en relación con la de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) continúa siendo un factor muy relevante para los hacedores de política, y en este sentido su visión sobre el incremento de la tasa de fondeo por parte de la Fed el día de ayer y la posible moderación en el ritmo de normalización monetaria parecería ser particularmente relevante.
Respecto de las condiciones locales, las palabras clave son incertidumbre e incremento en primas de riesgo, y destacamos particularmente la declaración de Banxico en torno a la importancia de “mantener condiciones en los mercados de renta fija que contribuyan a un ajuste ordenado de la economía”.
“Consejo acertado y equilibrado”
Asimismo, la Junta parece enfatizar la importancia de la coordinación entre las políticas monetaria y fiscal en vista de que destacan la necesidad de proveer un entorno de certidumbre y confianza para la inversión, mayor transparencia y rendición de cuentas, así como la importancia de consolidar las finanzas públicas.
Respecto de este último punto, subrayamos que Banxico percibe que el marco macroeconómico que presentó el gobierno en el Paquete Económico 2019 es “prudente” y que influyó favorablemente en los mercados financieros nacionales, aunque advierten que es particularmente importante que las metas ahí establecidas de hecho se cumplan.
Vemos en estas palabras un consejo acertado y equilibrado para la nueva administración.
El balance de riesgos para la actividad y para la inflación siguen transitando en direcciones opuestas, aunque los últimos prevalecen.
La Junta de Gobierno continúa viendo los riesgos para la actividad sesgados a la baja, y con un deterioro adicional desde la última reunión de política monetaria.
No obstante, en lo que respecta a la inflación, los riesgos al alza han seguido materializándose (e.g., mayores expectativas de inflación a través de distintos horizontes, incrementos al salario mínimo), y los riesgos correspondientes permanecen fuertemente sesgados hacia mayor inflación e incertidumbre.
Tono restrictivo
Banxico enfatiza la posibilidad de que factores estructurales afecten la formación de precios ya sea de forma directa o indirecta, a través de ajustes al tipo de cambio, y en conjunto con el resto de la discusión, presenta argumentos en favor tanto de esta alza en la tasa de política como de posibles incrementos futuros en caso de ser necesario.
Así, el tono del comunicado es restrictivo, aunque menos que el comunicado correspondiente a la decisión anterior. Reiteramos así nuestro pronóstico de que el nivel actual de la tasa objetivo de 8.25 por ciento representa el pico en el ciclo de apretamiento monetario de Banxico, aunque consideramos que es aún muy pronto para decir que no hay riesgo de incrementos adicionales.
Los hacedores de política ciertamente seguirán muy de cerca las condiciones que se presenten al inicio de 2019, y una Junta de Gobierno renovada enfrentará probablemente una decisión difícil en su primera reunión de política monetaria del año en febrero próximo.
Consideraciones de Scotiabank
La decisión se tomó en un entorno de marcada incertidumbre, en el que el balance de riesgos para la inflación muestra un sesgo al alza y existe la posibilidad de que se vean afectadas las expectativas de inflación tanto de mediano plazo como de largo plazo.
Este movimiento sucede después de un incremento en el rango objetivo para la tasa de fondos federales de la Reserva Federal, y deja a la tasa de interés objetivo en el mismo nivel de su máximo histórico alcanzado en agosto de 2008.
En el entorno global, el documento menciona que la economía mundial parece haberse desacelerado con respecto a la primera mitad del año; mientras que la inflación global se ha moderado.
Entre los posibles riesgos se denota un escalamiento de las disputas comerciales, un apretamiento en las condiciones financieras globales, la volatilidad en el precio del petróleo y diversos factores geopolíticos.
En lo referente a la economía mexicana, destacan la marcada volatilidad en el precio de los activos financieros; el reflejo de la incertidumbre de algunas políticas de la nueva administración en el tipo de cambio; y los elevados niveles que continúan mostrando las primas por riesgos soberano y las tasas de interés.
Además, sobresalen en el entorno actual riesgos que podrían afectar las condiciones macroeconómicas, el crecimiento y la formación de precios en el país.
Por tanto, se vuelve necesario seguir medidas “que propicien un ambiente de confianza y certidumbre en la inversión” y, aún más relevante, que se cumplan las metas establecidas en el paquete económico, las cuales señalan con un escenario macroeconómico prudente y han influido positivamente en el mercado.
La economía con balance de riesgos sesgado a la baja
En la actividad económica, se estima que el 2018-4T presentará una desaceleración respecto al trimestre anterior; se considera que el balance de riesgos para el crecimiento se ha deteriorado y continúa sesgado a la baja.
Con respecto a la inflación, de octubre a noviembre, disminuyó de 4.90 por ciento a 4.72 por ciento debido a ambos de sus componentes.
Así, el componente no subyacente pasó de 8.50 por ciento a 8.07 por ciento por menores precios de los energéticos; mientras que el subíndice subyacente disminuyó de 3.73 por ciento a 3.63 por ciento, debido a que ha exhibido “un elevado grado de resistencia a disminuir” y ha sido afectado por efectos indirectos sobre los costos de producción por choques sobre el componente no subyacente.
En línea con la preocupación que se observó en la reunión de política monetaria anterior sobre el desanclaje de las expectativas de inflación general, para el cierre de 2019 y 2020 éstas aumentaron, pasando de 3.71 por ciento a 3.89 por ciento y de 3.50 por ciento a 3.79 por ciento, respectivamente, entre octubre y diciembre.
Mientras que, derivado de información de mercado, el comunicado indica que “la prima por riesgos inflacionarios de mediano y largo plazo continúa en niveles elevados”.
Riesgos de carácter estructural para la inflación
El anuncio de política monetaria evidencia que “la inflación enfrenta riesgos de carácter estructural derivados de la posible adopción de políticas que pudieran conducir a cambios profundos en el proceso de formación de precios”.
Por su parte, otros posibles riesgos son: que el peso mexicano continúe presionado, ocasionando efectos de segundo orden; aumentos en el salario mínimo que impulsen los salarios por encima de las ganancias de capital y afecten el empleo formal y los precios; presiones sobre el precio de los energéticos o de los agropecuarios; el escalamiento de las medidas proteccionistas; o un deterioro de las finanzas públicas.
Como se menciona en el comunicado, se prevé que el ritmo de normalización de la política monetaria de la Reserva Federal sea más gradual de lo antes anunciado.
Aun así, la Junta distingue como factores a los que dará seguimiento “al traspaso potencial de las variaciones del tipo de cambios a los precios, a la posición monetaria relativa entre México y Estados Unidos… así como a la evolución de las condiciones de holgura en la economía”.
Nuevos integrantes en la Junta de Gobierno
Para finalizar, la próxima reunión de política monetaria se llevará a cabo el día 7 de febrero de 2019 y, probablemente, contará con la presencia de alguno de los ahora candidatos a subgobernador, Jonathan Heath y Gerardo Esquivel, por lo que la Junta podría tener un enfoque diferente.
Anuncio de Política Monetaria
A continuación el comunicado del banco central.
La Junta de Gobierno del Banco de México ha decidido aumentar en 25 puntos base el objetivo para la tasa de interés interbancaria a un día a un nivel de 8.25 por ciento.
Economía mundial
En el cuarto trimestre de 2018, la economía mundial parece haber mostrado una expansión menor a la registrada durante la primera mitad del año y con un desempeño diferenciado entre distintas regiones y países.
En Estados Unidos, si bien la actividad económica presentó una moderación, mantiene una expansión superior a la de la zona del euro, Japón y Reino Unido.
En este entorno, la inflación global se ha moderado, aunque con diferencias significativas entre países.
Como se anticipaba, la Reserva Federal incrementó el rango objetivo para la tasa de fondos federales en diciembre, si bien prevé que el ritmo de normalización de su postura monetaria será más gradual que lo previamente anunciado.
Para el mediano plazo, se estima que la actividad económica global se expandirá a un ritmo moderado y estará sujeta a los riesgos de un escalamiento de las disputas comerciales y de un apretamiento en las condiciones financieras globales, aunque este último se ha reducido recientemente.
Asimismo, la actividad global podría verse afectada por la volatilidad de los precios del petróleo y por diversos factores políticos y geopolíticos.
Los mercados financieros internacionales han mostrado alta volatilidad y los precios de los activos de las economías emergentes han presentado cierto deterioro, si bien su evolución ha mejorado en los últimos días.
Evolución de los mercados nacionales
Desde la última decisión de política monetaria, los precios de los activos financieros en México continuaron mostrando una marcada volatilidad.
Además de los factores externos ya mencionados, la cotización del peso mexicano continuó reflejando la incertidumbre en torno a las políticas de la nueva administración.
Adicionalmente, las primas de riesgo soberano y las tasas de interés en México de mediano y largo plazos mostraron incrementos considerables que se han revertido parcialmente, si bien aún se mantienen en niveles elevados.
Al respecto, es necesario mantener condiciones en los mercados de renta fija que contribuyan a un ajuste ordenado de la economía.
Además, el entorno actual presenta importantes riesgos de mediano y largo plazos que pudieran afectar las condiciones macroeconómicas del país, su capacidad de crecimiento y la formación de precios en la economía.
En este sentido, es particularmente importante que además de seguir una política monetaria prudente y firme, se impulse la adopción de medidas que propicien un ambiente de confianza y certidumbre para la inversión, una mayor productividad y que se consoliden sosteniblemente las finanzas públicas, reforzando la transparencia y la rendición de cuentas.
En este contexto, es particularmente relevante que se cumplan las metas fiscales incluidas en el paquete económico para 2019 presentado al H. Congreso de la Unión, las cuales toman como base un escenario macroeconómico prudente para la economía mexicana y han influido favorablemente en los mercados financieros nacionales.
Comportamiento de la actividad económica
En cuanto a la actividad económica, se estima que en el cuarto trimestre de 2018 se ha presentado una desaceleración respecto al repunte observado en el trimestre previo.
Así, se considera que las condiciones de holgura en la economía se han mantenido en niveles relativamente menos estrechos que los observados a principios del año.
El balance de riesgos para el crecimiento continúa sesgado a la baja y se ha deteriorado.
La inflación desciende a ritmo lento
De octubre a noviembre, la inflación disminuyó de 4.90 por ciento a 4.72 por ciento, exhibiendo reducciones tanto en el componente subyacente, como en el no subyacente.
En dicho periodo la inflación no subyacente disminuyó de 8.50 por ciento a 8.07 por ciento reflejando menores incrementos en los precios de los energéticos.
Esto fue contrarrestado parcialmente por mayores aumentos en los precios de algunos productos agropecuarios, lo cual ha mantenido a la inflación no subyacente en niveles elevados.
Asimismo, los choques que la han afectado también han influido en la inflación subyacente por los efectos indirectos que han tenido sobre los costos de producción.
Lo anterior, aunado a otros factores estructurales, ha contribuido a que dicho subíndice muestre un elevado grado de resistencia a disminuir.
Así, la inflación subyacente pasó de 3.73 por ciento en octubre a 3.63 por ciento en noviembre.
Expectativas inflacionarias en ascenso
Las expectativas de inflación general a diferentes plazos han aumentado.
En particular, para el cierre de 2019 se incrementaron de 3.71 por ciento a 3.89 por ciento entre octubre y diciembre, mientras que las correspondientes al cierre de 2020 aumentaron de 3.50 por ciento a 3.79 por ciento.
A su vez, las expectativas de inflación subyacente para el cierre de 2019 se ajustaron de 3.45 por ciento a 3.50 por ciento en dicho periodo, mientras que las del cierre de 2020 aumentaron de 3.33 por ciento a 3.37 por ciento.
Por su parte, las expectativas de inflación general para el mediano y largo plazos siguen ubicándose por encima de la meta permanente de 3 por ciento, en niveles alrededor de 3.50 por ciento.
En cuanto a la información derivada de instrumentos de mercado, la prima por riesgos inflacionarios de mediano y largo plazos continúa en niveles elevados.
Riesgos estructurales para la inflación
La inflación enfrenta riesgos de carácter estructural derivados de la posible adopción de políticas que pudieran conducir a cambios profundos en el proceso de formación de precios en la economía.
Además, existen riesgos en el horizonte de pronóstico entre los cuales destaca el que la cotización de la moneda nacional continúe viéndose presionada por factores externos e internos.
Si la economía requiere un ajuste, ya sea del tipo de cambio real o en las tasas de interés de mediano y largos plazos, el Banco de México contribuirá a que dichos ajustes ocurran de manera ordenada, buscando evitar efectos de segundo orden sobre la formación de precios.
Adicionalmente, considerando la magnitud de los aumentos recientes en el salario mínimo, además de su posible impacto directo, se enfrenta el riesgo de que estos propicien revisiones salariales que rebasen las ganancias en productividad y generen presiones de costos con afectaciones en el empleo formal y en los precios.
Fomento a la competencia
Para elevar de manera sostenida el poder adquisitivo de los salarios es necesario considerar el papel de otras políticas públicas, en particular fomentar la competencia en aquellos sectores de bienes y servicios con una participación elevada en la canasta de consumo de los segmentos de la población de menores ingresos.
Por otro lado, la inflación también se podría ver afectada en caso de que se observen nuevas presiones sobre los precios de los energéticos o incrementos en los precios de los productos agropecuarios, o si se presenta un escalamiento de medidas proteccionistas y compensatorias a nivel global, o en caso de que se deterioren las finanzas públicas.
Además, por los choques observados y los niveles que ha alcanzado la inflación, existe el riesgo de que se presenten efectos de segundo orden en la formación de precios.
Tomando en cuenta todo lo anterior, se considera que el balance de riesgos respecto a la trayectoria esperada para la inflación ha presentado un deterioro y mantiene un sesgo al alza, en un entorno de marcada incertidumbre.
Decisión de política monetaria
Para guiar sus acciones de política monetaria, la Junta de Gobierno da seguimiento cercano a la evolución de la inflación respecto a su trayectoria prevista, considerando la postura monetaria adoptada y el horizonte en el que esta opera, así como la información disponible de los determinantes de la inflación y sus expectativas de mediano y largo plazos, incluyendo el balance de riesgos para estos.
A su vez, la política monetaria debe responder con prudencia si por diversas razones se eleva considerablemente la incertidumbre que enfrenta la economía.
En este contexto, considerando que se enfrenta un entorno de marcada incertidumbre, en el que el balance de riesgos para la inflación muestra un sesgo al alza y se han materializado algunos de los que la pudieran afectar, tanto bajo una perspectiva de corto como de largo plazo, así como la posibilidad de que se vean afectadas las expectativas de inflación de mediano y largo plazos, la Junta de Gobierno ha decidido por unanimidad aumentar en 25 puntos base el objetivo para la tasa de interés interbancaria a un día a un nivel de 8.25 por ciento.
Prevalece la incertidumbre
Tomando en cuenta los retos que se enfrentan para consolidar una inflación baja y estable, así como los riesgos a los que está sujeta la formación de precios, la Junta de Gobierno tomará las acciones que considere necesarias, en particular manteniendo o en su caso reforzando la postura monetaria, de tal manera que la tasa de referencia se ubique en niveles congruentes con la convergencia de la inflación general a la meta del Banco de México en el horizonte en el que opera la política monetaria.
La Junta mantendrá una postura monetaria prudente y dará un seguimiento especial, en el entorno de incertidumbre prevaleciente, al traspaso potencial de las variaciones del tipo de cambio a los precios, a la posición monetaria relativa entre México y Estados Unidos, en un contexto externo adverso, así como a la evolución de las condiciones de holgura en la economía.
Ante la presencia y posible persistencia de factores que, por su naturaleza, impliquen un riesgo para la inflación y sus expectativas, la política monetaria se ajustará de manera oportuna y firme para lograr la convergencia de esta a su objetivo de 3 por ciento, así como para fortalecer el anclaje de las expectativas de inflación de mediano y largo plazos para que alcancen dicha meta.