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El pasado 27 de agosto, los equipos negociadores del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) de México y Estados Unidos alcanzaron un acuerdo comercial que, basado en nuevas reglas y cláusulas, garantiza un escenario de oportunidades en la relación entre ambos países, y permite afirmar que no se afectará a las cadenas de valor, la inversión y tampoco al intercambio comercial que se realice a partir de ahora entre las dos naciones.
Carlos Serrano Herrera, economista jefe de BBVA Bancomer, explicó que este nuevo panorama en la alianza comercial entre México y los EUA se escribe a partir del resultado del TLCAN y destaca que “desde el punto de vista de México, el objetivo en esta negociación fue en todo momento minimizar los daños. Sobre la base de lo que sabemos hasta ahora, y a reservas de conocer los textos del acuerdo, parece que el objetivo se ha cumplido”.
Renegociación del TLCAN
Serrano señaló que este resultado acota la incertidumbre y es un buen desenlace de la renegociación, aun cuando considerando las circunstancias podría no ser tan favorable como el TLCAN, pero sin duda mucho mejor que una posible ruptura comercial, o el cumplimiento de propuestas que los EUA pusieron sobre la mesa de negociaciones, entre las que sobresale la imposición de aranceles de 25 por ciento en las exportaciones de automóviles mexicanos. “Este resultado acota la incertidumbre y es un buen desenlace de la renegociación del TLCAN”
Sector automotriz
Las modificaciones de este nuevo acuerdo con respecto al sector automotriz se basan, en primer lugar, en el aumento del contenido regional de 62.5 por ciento a 75 por ciento; en segundo, al 70 por ciento del acero y aluminio de un automóvil que deben provenir de la región de Norteamérica; y en tercero, al 40 y 45 por ciento del contenido del auto que debe ser producido por trabajadores que ganan al menos 16 dólares la hora.
Las exportaciones, precisó el economista de BBVA Bancomer, “seguirán sujetas al arancel de Nación Más Favorecida (NMF) del 2.5 por ciento”. Este nivel arancelario no resultaría en una pérdida de competitividad de México en lo que se refiere a la manufactura de automóviles. Y resalta que otro de los puntos positivos del acuerdo es la firma de una carta paralela que garantiza un cupo de exportación de unidades de vehículos ligeros libres exentas del posible arancel de 25 por ciento que los EUA podrían imponer por seguridad nacional o por salida de la Organización Mundial de Comercio (OMC).
De aplicarse, el cupo sería de 2.4 millones de las exportaciones mexicanas de automóviles. Dicho nivel de exportaciones se alcanzaría hasta el 2022, lo que significa alrededor de un 40 por ciento más que las exportaciones actuales. Mientras el posible arancel de 25 por ciento esté vigente, el sector automotriz mexicano se mantendrá blindado ante escenarios de aranceles elevados por parte de Estados Unidos e incluso podrá incrementar su ventaja competitiva, asegura.