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El reporte del mes de octubre de Fitch Ratings incluye tablas estimativas de tasa de reemplazo a partir de distintos porcentajes de contribución e ilustraba que, si fuera de 13 por ciento y los retornos cercanos a 5 por ciento anual, los trabajadores aspirarían a pensionarse con alrededor de 80 por ciento de su salario (asumiendo una trayectoria laboral sin interrupciones). La contribución de 5.47 por ciento (6.5 por ciento menos 1.03 por ciento promedio de comisión) del Sistema de Ahorro para el Retiro (SAR) resulta insuficiente y habría de elevarse a más del doble para pretender tal tasa de reemplazo. A falta de reformas que la incrementen, los afiliados pueden completarla por ahora solo con ahorro voluntario. Hacer aportaciones adicionales depende de varias cuestiones, principalmente de las facilidades y mecanismos que se dispongan, así como de la superación de los problemas socioeconómicos e idiosincráticos.
Mecanismos exitosos multiplicaron las aportaciones voluntarias
En los últimos años, las diversas estrategias implementadas impulsaron el ahorro voluntario en el SAR. Su evolución fue favorable para alcanzar 55 mil 450 millones de pesos a octubre de 2017, equivalentes a 1.8 por ciento de los activos del sistema. Aunque parezca pequeña, la cifra es significativa en términos de valor, ya que es similar a los activos conjuntos de 15 operadoras de fondos y a la de la afore más pequeña. Asimismo, es destacable el desarrollo creciente que ha exhibido esta clase de recursos. Se observa que crecieron 69.3 por ciento entre 2001 y 2009 y que, de 2009 hasta octubre de 2017, la tendencia se mantuvo positiva al multiplicarse por 21.6 veces y registrar un alza de 2 mil 62.6 por ciento.
Para conseguir el avance, la autoridad ha hecho gran labor en combinación con las administradoras, con el ofrecimiento de herramientas que facilitan a más número de trabajadores la guarda de dinero adicional en su cuenta individual para su jubilación, así como el estímulo del interés por este tema trascendental a fin de lograr un mayor monto de pensión. Recientemente, la Consar lanzó la Calculadora de Ahorro para el Retiro con nuevas funcionalidades, para que cada ahorrador pueda entender y reflexionar de mejor manera sobre su futuro pensionario. Esto es un complemento a las opciones que ha puesto en marcha, como la aplicación automatizada de aportaciones a través del portal E-SAR o vía nómina, Millas para el Retiro, captación en diferentes puntos (más de 7 mil) como tiendas de conveniencia y supermercados con presencia nacional, y Afore Móvil, que además permite llegar a los mexicanos que se encuentran en Estados Unidos.
Todo esto, sin embargo, no es suficiente. Incluso si la cifra de ahorro voluntario fuera 10, 20 o 50 veces mayor (en promedio 12 mil, 24 mil o 50 mil pesos por afiliado), no alcanzaría a subir la tasa de reemplazo a un porcentaje que significara una pensión digna. Por tanto, en adición a los mecanismos ya creados, es imperioso buscar otras posibilidades para impulsar el ahorro.
Dificultades socioeconómicas e idiosincráticas limitan el potencial
Desde luego, hay problemas, escollos y limitantes que impiden o reducen la viabilidad del ahorro: escasa educación financiera, condiciones salariales y sociales adversas, bajo poder adquisitivo, preferencia por el consumo, estilo de vida, desconocimiento de los alcances e insuficiencias de la contribución obligatoria para el retiro y el modelo de pensión. A la complicación se suman la falta de cuidado e interés: muchos jóvenes visualizan su jubilación tan lejos que le restan importancia; predomina la indiferencia por guardar dinero (menos de 2 por ciento de la población invierte en fondos mutuos) y por el significado y relevancia del SAR. Incluso prevalece desconfianza hacia las instituciones del sistema. No obstante, varias de estas dificultades pueden superarse.
Pilares que podrían detonar el potencial de ahorro voluntario
Para masificar el aprovechamiento de las herramientas que se disponen, es preciso inculcar el hábito del ahorro, bajo dos grandes pilares.
Educación financiera: Su fomento ayudaría a incentivar la cultura previsional para tener mayor conocimiento de la importancia del ahorro y aspirar a una mejor pensión. Diversos integrantes del mercado han procurado su desarrollo, aunque para consolidar avances se requiere que los afiliados conozcan gradualmente más cuestiones, como el beneficio potencial a largo plazo de los activos de renta variable que propiciaría que las afores diferenciaran la inversión de las siefores para trabajadores más jóvenes y las de quienes están a la mitad de su vida laboral. Los esquemas de retiro habrían de analizarse en las universidades. Por lo general, las carreras financieras-administrativas contienen alguna materia que aborda temas referentes a la jubilación, mas ¿qué pasa con las que están fuera de esta rama? A la par de otras enseñanzas elementales, como primeros auxilios, la importancia del ahorro y sus implicaciones para un buen retiro se podría impartir desde la secundaria o preparatoria, cuando los alumnos todavía no se orientan a una especialización, para que todos pudieran asimilarlas.
Conciencia del retiro: Si las personas pensaran desde temprana edad cómo quieren vivir cuando dejen de laborar y comenzaran a delinear su plan de vida, podrían al tiempo configurar una pensión más alta. También, si en la juventud se empaparan del tema y supieran qué condiciones y consecuencias les depara el actual modelo y funcionamiento del SAR, cuya tasa de reemplazo, de acuerdo a estimaciones de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) rondará entre 25 por ciento y 28 por ciento del último salario del afiliado, concluirían que la cuota obligatoria no les será suficiente para llevar una vida digna a partir de su jubilación. Una medida que se podría implementar sería que empleadores, gestores de inversión e instancias del gobierno inculcaran la costumbre de organizar los ingresos: sueldo, aguinaldo, bonos, fondo de ahorro, PTU. Esto ayudaría a saber cómo se van a cubrir la lista de gastos, estableciendo las prioridades para que, como parte de los egresos, se destinara un porcentaje constante al ahorro adicional para el retiro, que coadyuvara a obtener al final de la vida laboral la tasa de reemplazo proyectada (el uso de la Calculadora de Ahorro que está en la página de la Consar es de gran utilidad).
Ya existe beneficio fiscal a las aportaciones voluntarias, un motivador más para realizarlas. Algunas instituciones privadas o el mismo gobierno federal ofrecen a sus empleados planes de pensiones con beneficios que estimulan el ahorro adicional como los incentivos a la contribución voluntaria a los empleados afiliados al ISSSTE. Sin embargo, todavía hay mucho por hacer tanto en el ámbito pensionario como en lo social. Con el concurso de todos, se pueden materializar avances y lograr una mejor condición de vida en la vejez.