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Es de primera importancia para el Reino Unido establecer un acuerdo con la Unión Europea (UE) sobre bienes y servicios para prevenir un agudo aumento de las insolvencias que se extenderá en el país por varios años y afectará a decenas de miles de negocios, de acuerdo con un reporte de la aseguradora de crédito Solunion.
El acuerdo de transición sería una solución puente en la que la Gran Bretaña continuaría en el mercado único a cambio de una contribución continua por parte de la Unión, el mantenimiento de algunas regulaciones y la libre circulación, al menos hasta 2021, cuando se concluya un acuerdo definitivo.
Con base en un estudio de su accionista, Hermes Euler, Solunion apunta que, si bien los resultados de las elecciones generales han atemperado en cierto modo la amenaza de un Brexit rígido, que excluyera un tratado de libre comercio y abre paso para un acuerdo limitado para los intercambios, en el corto plazo prevalece una profunda incertidumbre política que amenaza con un incremento de la volatilidad financiera y cambios en la libra.
En el peor de los escenarios, abandonar la UE bajo los términos de la Organización Mundial del Comercio, tras un periodo de negociaciones que deberá concluir en 2019, podría resultar en 3 mil 300 insolvencias adicionales de empresas en Reino Unido. Este incremento de 15 por ciento anual podría situar las insolvencias en 25 mil 100 casos.
Sin embargo, el análisis apunta que firmar un acuerdo con la Unión en marzo de 2019, amortiguaría estas cifras considerablemente. Los niveles de insolvencia subirían 3 por ciento (menos de mil quiebras adicionales) tras el aumento de 5 por ciento y 6 por ciento estimadas para 2017 y 2018, respectivamente. La inversión interna caería 2.5 por ciento, las exportaciones continuarían creciendo a 1.6 por ciento hacia 2019 en términos reales, un desempeño positivo dada la dependencia de las empresas británicas de los bienes importados y de la depreciación de la libra.
Si este tratado de transición no llega a término, podría resultar en unas pérdidas de las exportaciones en 2019 de 30 mil millones de libras en bienes y 36 mil millones en el caso de los servicios, que en términos reales, supondría una caída del 6 por ciento sobre el total de las exportaciones. El informe pronostica que el nivel de inversión interna en las empresas británicas caería 8 por ciento.
A largo plazo, Reino Unido perdería mucho si se restringe el acceso al mercado europeo; el aumento de los costos de financiamiento, la desinversión, la disminución de las exportaciones y el aumento de las depreciaciones de la libra, acrecentarían la presión sobre los términos de pago, los volúmenes de facturación y los márgenes de beneficio de las empresas británicas.
Si se evita la incertidumbre y se conservan los acuerdos con la UE, la economía del Reino Unido se mantendría resistente, lo cual daría más tiempo a las negociaciones que persiguen alcanzar un resultado positivo para la futura colaboración comercial. Este escenario se traduciría, según el informe, en tasas de crecimiento para determinados productos y algunos complementos en los servicios de 2 a 3 por ciento en promedio.
Si no se alcanza acuerdo, el pronóstico apunta a una recesión de Reino Unido en 2019, con una contracción del PIB de 1.2 por ciento y que duraría al menos tres años. Si se firma un tratado de transición, aunque también habría una ralentización de la economía, la situación sería mejor, ya que seguiría creciendo a 0.9 por ciento.