Fitch analiza el futuro electoral latinoamericano

Tiempo de lectura aprox: 2 minutos, 10 segundos

El intenso ciclo electoral en Latinoamérica durante los próximos 18 meses podría tener diferentes implicaciones de calificación, al ser la consolidación fiscal un desafío clave a medida que los nuevos gobiernos enfrenten un crecimiento económico bajo e ingresos reducidos, especialmente de materias primas, lo cual dificultará contener las dinámicas de deuda adversas, según un nuevo informe especial de Fitch Ratings.

Están programadas elecciones presidenciales en siete países (Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, México, Paraguay y Venezuela), con límites de mandato presidencial en todos, salvo uno (Venezuela), que resultarán en la elección de un presidente nuevo. Asimismo, habrá importantes elecciones de Congreso en Argentina, lo cual pondrá a prueba la agenda de reformas de la administración de Macri, y en El Salvador, donde meses de paralización política han llevado a una reducción en las opciones de financiamiento y un incumplimiento sobre la deuda local.

Las elecciones serán particularmente importantes para las dinámicas de calificación en países con Perspectiva de calificación Negativa, como Chile, Brasil y México. El entorno de bajo crecimiento económico y mayor déficit fiscal en Chile ha llevado a que su carga de endeudamiento se duplicara durante los últimos cinco años. En Brasil, una serie de escándalos de corrupción han envuelto a la clase política y aumentado la incertidumbre política, lo cual podría resultar en que las próximas elecciones sean más disputadas. Se requerirá de un fuerte liderazgo político para lograr la aprobación de reformas que mejoren las perspectivas de crecimiento y las finanzas públicas. En México, un crecimiento económico bajo y debilidades institucionales, tales como la alta incidencia de crimen y la percepción de mayor corrupción, han disminuido la popularidad del Presidente Peña Nieto, mientras que las futuras negociaciones de Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) también están influenciando el entorno político.

Las elecciones también son importantes en Costa Rica y El Salvador para ver si ayudarán a terminar con la paralización política que ha llevado a movimientos negativos en las calificaciones durante los últimos seis meses. Medidas de reforma fiscal siguen pendientes, con posibles implicaciones para las calificaciones de ambos países. Además, el próximo gobierno de El Salvador probablemente heredará una economía débil.

En Venezuela, donde las dinámicas económicas y políticas han sido extremadamente desafiantes, las elecciones presidenciales están actualmente programadas para diciembre de 2018. El gobierno ha llamado a una Asamblea Constituyente, la cual podría alterar el cronograma de las elecciones mientras que la oposición esté buscando un cambio de gobierno. La situación sigue siendo muy fluida. Un gobierno nuevo podría llevar a un cambio de políticas para eliminar las severas distorsiones económicas del país, pero la probabilidad de incumplimiento continúa siendo alta. Si bien la Perspectiva de calificación de Colombia es Estable, la consolidación fiscal será desafiada por el crecimiento económico bajo y la implementación del acuerdo de paz con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).

Fitch anticipa que la transición de poder después de las elecciones será fluida en todos los países, con la posible excepción de Venezuela. Las elecciones en sí mismas no impactarán directamente a las calificaciones, a no ser que estén acompañadas de cambios marcados en políticas. Fitch seguirá monitoreando la evolución de políticas y del desempeño económico después de las elecciones. Un cambio significativo que se alejara de políticas de libre mercado podría pesar sobre los perfiles crediticios de Argentina, Brasil y México. La finalización del estancamiento político en Costa Rica o El Salvador, por otro lado, podría respaldar los perfiles crediticios de estos países. Las próximas administraciones de Chile y Colombia enfrentarán retos para lograr una consolidación fiscal, la cual será clave para sus trayectorias de calificación.