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Fabio Barbosa*
Con su nuevo Plan de Negocios, Pemex abandona los contratos que se licitaron en las tres primeras subastas de este sexenio. Ahora, los proyectos que permitirían elevar la producción del crudo serán manejados por un contratista operador, pero la petrolera estatal se mantendrá como socio mayoritario.
La caída de la extracción petrolera en nuestro país ha entrado a una nueva etapa que podemos llamar catastrófica: el descenso de 200 mil barriles anuales afecta ya la operación de las refinerías y amaga el abasto a las plantas petroquímicas, especialmente la rama del etileno.
El pasado 3 de noviembre, Petróleos Mexicanos (Pemex) difundió su Plan de Negocios para el quinquenio 2016-2021, y anunció nuevos proyectos con un repunte en la producción de petróleo y gas virtualmente para los próximos dos o tres años. Con ello se regresa a la curva de producción otra vez arriba de los 2 millones de barriles al día y nuevos flujos de caja que le permitirían mejorar sus deterioradas finanzas.
Este breve texto tiene el objetivo de reseñar esos proyectos y formular algunas propuestas ante la crisis económica en las ciudades petroleras.
De hecho, el Plan de Negocios de Pemex da un giro: los proyectos que permitirían elevar la producción se proponen en un nuevo modelo que llaman farmouts; sin decirlo, abandonan o modifican los contratos que se licitaron en las tres subastas anteriores de este sexenio. En las ilustraciones a continuación reproducimos la portada del plan y la lista de los proyectos.
Este esquema contractual puede resumirse de las bases de licitación del campo Trión. Todos son proyectos de desarrollo manejados por un contratista operador, pero Pemex se mantendrá como socio mayoritario, debido a que la petrolera mexicana ya descubrió el campo y realizó inversiones en el mismo, por lo cual los socios tendrán que erogar todas las inversiones adicionales para la explotación del campo, que incluye nuevas corridas de geofísica o si los estudios los consideran necesarios los nuevos pozos exploratorios, hasta cubrir la suma invertida por Pemex, circunstancia a la que se le llama “acarreo”.
Los asociados pueden ser uno o varios, eso lo decidirá el atractivo de cada proyecto. Se integrará un llamado “Comité Operativo” con un representante de cada socio, cuyos votos serán proporcionales a su aportación en el financiamiento. Pemex tendrá derecho a designar un porcentaje del personal operativo en cada plataforma o en cada proyecto en tierra.
Proyectos farmout
Como se sabe ya se encuentra avanzado el proyecto de Trión en aguas profundas, cerca de la frontera con Estados Unidos. Su explotación será con el mismo modelo. Otros dos campos, Ayin y Batsil, el primero fue descubierto desde el sexenio de Carlos Salinas y ha permanecido intacto por un cuarto de siglo. En los archivos de campos petroleros de México tenemos registros de los diversos problemas enfrentados desde que se intentó perforar un segundo pozo delimitador, pero los omitiremos para pasar a Batsil, también descubierto en Litoral Tabasco en julio de 2015, y fue objeto de una propaganda abusiva, tema que abordaremos en otra ocasión.
Como conclusión de este apartado, podemos decir que aun si la Comisión Nacional de Hidrocarburos lograra una licitación exitosa de esos tres proyectos, es improbable que Trión pueda estar produciendo a corto plazo, y los otros dos proyectos sin duda tendrán que esperar hasta el siguiente sexenio.
El Plan de Negocios publicado el pasado 3 de noviembre incluye a otros tres campos que ya habían sido anunciados desde 2014, cuando se publicaron las listas de las asignaciones de Pemex en la Ronda Cero. En orden de importancia por su potencial: campo Cárdenas, en Tabasco, fue un yacimiento gigante del Cretácico. Los otros dos campos, Mora y Ogarrio están en actividad y podrían obtenerse resultados inmediatos.
Nuevos farmouts
Las verdaderas novedades en el Plan de Negocios son el regreso a operación del complejo Ayatsil-Tekel, de crudos ultra pesados; Ayatsil es de los pocos descubrimientos importantes en los últimos 15 años, aún permanecen paradas tres plataformas para su explotación porque los precios actuales no permiten recuperar sus costos. También se propone el inicio de operaciones de Utsil, este es el único descubrimiento en la Región Marina Noreste que no le fue asignado a Pemex en la Ronda Cero, pero ahora se lo devuelven para que lo explote en asociación.
Sorprendente nuevo plan para Chicontepec
Chicontepec está virtualmente abandonado desde hace cuatro años; las perforaciones se suspendieron en 2012 y el trabajo se limita a mantenimiento para continuar la producción inercial de los pozos existentes. Ahora se pretende un nuevo intento de desarrollo como farmout.
Considero que algunos campos, como el llamado “Presidente Alemán” en Papantla, Veracruz, tiene pozos excepcionales. Durante la administración del ingeniero Antonio Narváez, el pozo número 1565 logró con fracking producciones iniciales de casi 3.5 millones de barriles diarios, y la producción acumulada en tres meses fue de 133 mil 191 barriles; con un costo de 108 millones de pesos se logró una relación de cinco pesos por cada peso invertido (se le llama la relación entre Valor Presente Neto y Valor Presente de la Inversión), para abreviar sólo digamos que resultados similares se obtuvieron en Agua Fría, en el pozo Escobal, con 3 mil barriles de producción inicial. La producción máxima fue de 800 barriles, en el mejor de los casos.
Es conocido que Chicontepec es muy heterogéneo, pero los datos anteriores tal vez muestran algunas oportunidades, en otras palabras, el nuevo Plan de Negocios puede lograr elevar la producción en la Región Norte.
Debemos subrayar que estos desarrollos implican el empleo ya no a nivel experimental, sino masivo de la controvertida técnica del fracking, pues como lo demostraron los estudios y perforaciones dirigidas por el ingeniero Narváez, existe un potencial en lutitas pero también lo requieren las formaciones tradicionales del Terciario.
El plan comprende más de 90 farmouts en la Región Norte, con 6 asignaciones en aguas someras y 86 asignaciones en las cuencas de gas no asociado de las cuencas Veracruz y Burgos.
Lo anterior implica un regreso de Pemex a la explotación de gas. Es conocido que hoy no es rentable si se usa como combustible, pero como materia prima para la petroquímica pueden reactivar cadenas productivas completas y mantener miles de puestos de trabajo. Recordemos los problemas con el abasto a las petroquímicas.
El impacto de la crisis
La caída de precios golpeó las finanzas públicas y el gobierno suspendió o redujo los presupuestos a los sectores más indefensos como los hospitales, a los que dejó total o parcialmente sin medicamentos. Del mismo modo retrasó el pago de pensiones a los jubilados, suspendió becas, recortó los presupuestos de las universidades públicas y, como consecuencia, en muy diversas poblaciones estallaron protestas, algunas insólitas, como las de algunos policías municipales. En varias ciudades petroleras como Poza Rica, donde la crisis comenzó antes de la caída de los precios internacionales, se cerraron numerosas empresas y el desempleo se incrementó al mismo tiempo que crece la inseguridad.
Según datos de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, desde comienzos de octubre de este año, México produce menos de 2 millones de barriles de aceite y para 2017 las estimaciones oficiales la sitúan un poco arriba de 1 millón 900 mil barriles.
Al mismo tiempo, las exportaciones continúan en un nivel desproporcionado.
Según el boletín mensual llamado Indicadores Petroleros, hasta agosto de este año el gobierno ha vendido al exterior poco más de un millón y cuarto de barriles diarios, desde luego con ingresos cuantiosos, a pesar de que los precios seguirán sin elevarse sustancialmente, según los analistas internacionales. Es incierto que se llegue a un acuerdo este mes de noviembre en la reunión de la OPEP en Viena.
Si esta política continúa, el gobierno seguirá quedándose con dos tercios de la extracción y dejará otro tercio para las refinerías mexicanas. A partir de las reformas en materia petrolera, ninguna empresa ha sacado un solo barril de aceite ni un pie cúbico de gas. Se ha publicado que los contratistas canadienses, quienes ganaron el campo chiapaneco Malva y otros, ya están produciendo, pero lo que ocurre es que el gobierno les entregó pozos productivos, por lo cual no se considera petróleo nuevo.
Un plan de emergencia
En resumen, el poco petróleo que todavía queda lo ha expropiado el gobierno de Enrique Peña Nieto, el cual envía dos tercios al extranjero a cambio de unos pocos dólares para pagar los salarios insultantes de quienes lo apoyan desde los llamados poderes Legislativo y Judicial.
Un cambio sólo puede venir desde abajo, las mayorías agraviadas debemos aprovechar la coyuntura electoral para discutir la industria y las consecuencias de la reforma energética, encarar a los partidos políticos o apoyar a las nuevas organizaciones que anuncian su participación en la contienda, pidiéndoles que incluyan soluciones a los problemas concretos en su programa.
Debemos intentar involucrar a los candidatos a cualquier puesto en una búsqueda de medidas que permitan unificar esfuerzos, aunque tengan diagnósticos y propuestas diferentes.
Aquellas que plantean acciones de reversión completa de la reforma no son excluyentes con las medidas concretas que en algunas reuniones en los centros de trabajo se están discutiendo o se proponen para ser integradas en un programa más amplio. Los análisis generales son de gran importancia, pero también son necesarias las propuestas concretas.
Con simples cambios en los contratos puede impulsarse la proveeduría nacional. Con una reorientación de las inversiones, en dos años podríamos tener una o dos nuevas pequeñas refinerías.
Si la población vuelve a recibir empleo en la industria petrolera, la percibe como una fuente de trabajo y en unos meses se acabaría el saqueo a los ductos. Los propios habitantes defenderían lo que consideran suyo, hoy en México ocurre lo mismo que en Nigeria, donde existe un mercado paralelo que hasta en bicicletas menudean las gasolinas “expropiadas” a los extranjeros.
Sólo aplicando la legislación vigente puede lograrse la devolución de bloques que fueron ganados por contratistas que hoy han abandonado las áreas contractuales y hasta sus oficinas han cerrado.
Con las mismas disposiciones de la legislación vigente, esos bloques hoy ociosos puede entregarse a universidades o tecnológicos públicos o privados, como ocurre en la Universidad de Texas en Austin, lo que permitiría a nuestros jóvenes estudiantes, a ingenieros recién ingresados, incorporarse a prácticas y estudios en el terreno de las áreas prospectivas y mejorar o precisar las expectativas de trabajo, para combatir el desánimo que hoy impera en nuestros. Recordemos que ilusionados por las expectativas exageradas, hoy existen más de treinta escuelas de ingeniería petrolera ¿dónde van a trabajar sus egresados?
*Investigador en el Instituto de Investigaciones Económicas de la Universidad Nacional Autónoma de México