Tiempo de lectura aprox: 4 minutos, 54 segundos
Por Fernando León*/Primera parte
El simple hecho de mencionar la palabra “pensión” causa incertidumbre y, en muchos casos, miedo, miedo a seguir un camino incierto rumbo al retiro, que debería ser el más tranquilo y anhelado por las personas después de haber dedicado su vida entera al trabajo y con ello la obtención de su “libertad financiera”.
La realidad hoy en día es que el sistema de pensiones en México cada día se torna crítico e insuficiente, pues, de acuerdo con los datos del Instituto Nacional de Geografía y Estadística (Inegi) el promedio de vida de los mexicanos es de 75 años, lo que indica que después de los 65 años hay una distancia de 10 años en los que hay que subsistir con los ahorros o pensión que nos fije el gobierno; eso sin contar si eres de familia longeva y que quizá vivas más años, o el estado de salud no sea el óptimo, pues a mayor edad mayor es el gasto para mantenerse sano y en buenas condiciones.
Durante nuestra etapa laboral nos hemos puesto metas financieras generalmente a corto plazo por lo que nuestro “ahorro”, si es que lo hacemos, es de inmediata realización, no consideramos necesario un capital a largo plazo para pensar en el día de nuestro retiro, hemos sido demasiado confiados al creer que contaremos con un dinero extra, que nuestros negocios serán suficientes y hay quienes aseguran seguirán trabajando, claro y no faltan los aventurados que piensan que sus hijos o algún familiar los ayudarán, o peor aún, aquellos que prefieren gastarse hoy lo que ganan sin pensar en su futuro o lo que les pueda deparar éste.
Pero, ¿cuáles son los factores por los que los mexicanos vivimos en extrema confianza y no ahorramos para nuestro retiro futuro?
- La falta de educación financiera
Si analizamos nuestro sistema de pensiones no deberíamos estar confiados, sin embargo, el problema radica en la falta de difusión y conocimiento de la gente hacia estos. Durante muchos años el gobierno omitió difundir las reglas por las cuales las personas deberán pensionarse y cuáles son las implicaciones de no contar con un hábito de ahorro.
Hoy en día existe un alarmante desconocimiento sobre el régimen de pensiones, y el costo por la falta de información será muy alto para el Estado, aun y cuando ya varias dependencias, como la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, la Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro (Consar), entre otras, han tomado acción para difundir la importancia de conocer sobre tu retiro y la necesidad de incrementarlo para alcanzar una pensión digna, el trabajo sigue siendo insuficiente y poco serio.
Por lo anterior, consideremos que uno de los principales factores es la falta de educación financiera, cuya responsabilidad recae en el Estado. Si dicha educación se diera y se enfocara en crear una conciencia sobre la importancia de ahorrar para el retiro, no estaríamos en la antesala de una eminente tragedia y colapso financiero tanto institucional como personal. Recordemos que año con año crece la población en edad de retiro, según datos del Inegi de 2014. El 10 por ciento de la población total en México está en edad de retiro, y para 2028 se espera que esta población alcance el 40 por ciento del total, lo que claramente será un reto importante para el gobierno, y no sólo de ellos, sino también de cada uno de nosotros si no hacemos algo para evitar vivir de la caridad.
2.- Sentido de solidaridad
Otro factor que indiscutiblemente nos atañe a la mayoría de los mexicanos es el gran sentido de la solidaridad, es decir, que pensamos que tenemos a alguien que nos apoyará en esa etapa, como un hijo, un amigo, un primo, el hermano, etcétera, el hecho es que no nos dejarán solos.
De acuerdo con la encuesta de la Asociación Mexicana de Afores (Amafore) Ahorro y Futuro: ¿Cómo viven el retiro los mexicanos?, realizada hace 1 año, el 39 por ciento de los mayores de 65 años recibe alguna pensión, mientras que el 41 por ciento debe seguir trabajando después de esta edad. Es decir, sólo cuatro de cada 10 mexicanos en edad de jubilación cuentan con esta prestación social, lo que indica que el 60 por ciento de la población a esta edad vive de la caridad, y hablar de la caridad no es sólo hablar de la gente que solicita ayuda en las calles, sino de aquellas personas que dependen económica e indirectamente de un familiar o amigo cercano, quizá conozcan alguien así.
Al alcanzar la edad de retiro, el 17 por ciento de los jubilados se la pasan en la soledad y abandono, el 28 por ciento es dependiente económico de sus hijos y el 51 por ciento presenta problemas de salud.
3.-La falta de planeación
Durante nuestras 4 décadas laborales (De los 25 a 35, 36 a 45, 46 a 55 y de los 56 a 65 años), al menos habremos tenido tres oportunidades para iniciar un ahorro, pero decidimos seguir gastando y disfrutando del “buen momento”.
Las oportunidades que dejamos ir, tarde o temprano tendrán consecuencias, en más de tres oportunidades recibimos llamadas de asesores que nos solicitan una cita para platearnos opciones realmente atractivas y al alcance de nuestras posibilidades para iniciar un hábito de ahorro enfocado al retiro o metas financieras que nos puedan ayudar a potencializar nuestros ingresos y generar más, sin embargo, y para desgracia de uno, queremos remediarlo muy tarde, cuando nuestro nivel de ahorro requerirá una suma mayor para lograr algo digno.
La falta de planeación provoca que el 28 por ciento de los adultos mayores dependa económicamente de algún familiar, principalmente de sus hijos. Según la Amafore, siete de cada 10 jubilados percibe ingresos personales por una cantidad inferior a los 5 mil 500 pesos al mes.
Según el informe, 41 por ciento de los adultos mayores de 65 años todavía trabaja, de los cuales 83 por ciento lo hace por necesidad económica. Este resultado es contrario a sus expectativas, pues 45 por ciento de los jubilados considera que la mejor edad para dejar de trabajar es antes de los 60 años.
Un 42 por ciento afirma que sigue ahorrando y 61 por ciento coincide en que el ahorro para el retiro laboral debe iniciar desde los 18 a 25 años.
Lo actual
En días recientes, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), a través de los Estudios de la OCDE sobre los Sistemas de pensiones México, efectuó cuatro recomendaciones significativas, y que en resumen son:
- Aumentar las tasas de contribución, reducir la contribución compartida gubernamental para los trabajadores del sector público, disminuir el límite máximo salarial para los trabajadores del sector privado de 25 a 10 veces el salario mínimo y disminuir la pensión a sobrevivientes.
- Incrementar la edad efectiva de retiro, es decir, relacionar la edad de jubilación obligatoria con los incrementos en la esperanza de vida. Se debería considerar que los individuos de medio y bajos ingresos, así como los individuos con bajo nivel educativo, tienen una menor esperanza de vida al retiro y sus mejoras tienden a ser menores.
- Disminución del pago de pensiones del proceso transitorio del sistema anterior al nuevo esquema de cuentas individuales, a través de un esquema de pro-rata en el que se tenga la combinación de los dos sistemas, tanto el anterior como el nuevo, con esto se permitiría allanar la convergencia entre el sistema antiguo (generoso y financieramente insostenible) y el nuevo sistema (equilibrado y financieramente sostenible).
- Aumentar gradualmente la tasa de contribución obligatoria. Este aumento podría ligarse a los aumentos salariales de tal forma que el trabajador no experimente una reducción en su salario disponible.
La realidad que nos espera
Aunque mucho se dice que para 2021 se estima que el sistema actual de pensiones entre en crisis porque la primera generación de trabajadores con el servicio de las Administradoras de Fondos para el Retiro (Afore) se empezarán a jubilar, esto no es del todo real, la crisis ya empezó, pues hoy en día bajo el proceso de transición ya deciden pensionarse bajo el régimen anterior, o bien, bajo el régimen de cuentas individuales.
Consideremos que México y América Latina aún tienen una población joven: por ocho trabajadores hay un jubilado. Pero en las próximas décadas va a envejecer. “En 2030 habrá cinco trabajadores por cada jubilado”, advirtió Gurría en conferencia de prensa al presentar el estudio El Sistema de Pensiones de México.
Será en nuestra segunda parte donde abordaré la importancia de iniciar un hábito de ahorro destinado al retiro y como los planes personales de retiro privados han tomado relevancia e importancia y como Allianz se consolida como líder en este ramo.
Por el momento, en esta primera entrega, sólo resta hacer una reflexión: “La gente no planea fracasar, fracasa porque no planea”.
*Contador público y especialista en finanzas personales
fleoncs@prodigy.net.mx