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México ha tenido que pagar una comisión anual de entre 250 y 300 millones de dólares, en promedio, por mantener este capital disponible como un seguro de liquidez ante eventuales crisis o shocks externos.
Para sostener la Línea de Crédito Flexible (LCF) que el Fondo Monetario Internacional (FMI) le aprueba desde 2009, México ha tenido que pagar una comisión anual de entre 250 y 300 millones de dólares, en promedio, por mantener este capital disponible como un seguro de liquidez ante eventuales crisis o shocks externos, lo que representa una erogación total de al menos 1,800 millones de dólares. Además, el monto de la LCF ha disminuido durante los últimos años ante la volatilidad de los mercados de divisas que conforman la Unidad de Cuenta del FMI y en la que se otorgó a México este financiamiento.
Los Derechos Especiales de Giro (DEGs) – que a partir del 30 de diciembre ya incluyen al Yuan en su canasta de divisas – no sólo sirven para determinar el pago de intereses que cobra el FMI en sus préstamos sino también el monto de estos financiamientos en su conversión frente al dólar.
En el caso de la LCF de México, la volatilidad cambiaria de los últimos tres años, representó un ajuste en el monto que el gobierno mexicano tiene reservado ante el FMI, lo que acompaña a la reducción en el monto total de reservas que mantiene bajo custodia el Banco de México.
Así, mientras en 2012 el monto en dólares de esta línea de financiamiento se ubicaba en 73,000 millones de dólares, en 2014 se refrendó en 70,000 millones de dólares y en 2015 el monto se ajustó hasta 65,000 millones de dólares. Un ajuste entre 2014 y 1 de 10 por ciento en el monto total y de 8,000 mil millones de dólares para enfrentar eventuales shocks externos.
Así, la situación de los mercados cambiarios no sólo ajustan (en dólares) el monto de los financiamientos reservados para los países que califican para las líneas de crédito, sino también los intereses y el monto de las comisiones anuales. Para México, en términos de DEGs, la LCF, autorizada por el FMI, permanece en 47,292 millones de DEGs. Sin embargo, de la cotización del DEGs y de la situación cambiara mundial que afecta a su canasta de divisas, depende el monto en dólares que tendrá México como seguro de liquidez y que ahora es menor.
De acuerdo con el FMI, en 2012, el DEG se cotizaba – hasta octubre de ese año, en 1.535610 dólares. En octubre de 2014, el DEG se intercambiaba como unidad de cuenta de las transacciones del FMI en 1. 48930. En 2015, sin embargo, el ajuste fue mayor y ya se ubica en 1.373920, nivel que ya integra la posición del Yuan en la canasta de divisas que lo componen.
La LCF para México fue aprobada, por primera vez, el 17 de abril de 2009; el 25 de marzo de 2010 se renovó y hasta la fecha, cada año, el gobierno mexicano ha pagado entre 250 y 300 millones de dólares por su renovación.
En opinión del economista Sergio Cárdenas Negrete, catedrático del ITESO de la ciudad de Guadalajara, y ex funcionario en el FMI, el pago de hasta 300 millones de dólares por año a cambio de mantener una línea de crédito flexible y garantizada por lo montos que México ha logrado refrendar anualmente, debería considerarse como una buena operación para las finanzas públicas del país. Baste observar que México no obtiene rendimientos y que, además, ha tenido que vender dólares en el mercado cambiario.
Cárdenas Negrete explicó que frente a las reservas internacionales que el Banco de México mantiene por más de 171, 882 millones de dólares sin obtener rendimiento alguno, la línea disponible y asegurada del FMI no debería considerarse onerosa, tomando en cuenta el beneficio y seguridad que representa. De acuerdo con los términos del FMI, la cobertura de la LCF se presenta por un periodo de hasta dos años, periodo durante el cual el gobierno mexicano puede disponer de los recursos que se renuevan periodo contra periodo, sin condición alguna. Al menos, respecto al monto pactado.
Los recursos que México utilice de la LCF tendrían que pagarse en un plazo máximo de cinco años. La gran ventaja es que, en caso de un crisis, el gobierno mexicano –a través del Banco de México y la SHCP– tendrían disponible hasta 65,000 millones de dólares para frenar cualquier corrida financiera.
Sin embargo, esta membresía de liquidez tiene sus costos y, por la disponibilidad, el gobierno mexicano está pagando al FMI una comisión. Así, durante los próximos 12 meses, el FMI cobrará a México una comisión de al menos 250 millones de dólares para garantizarse entre el 500% y el 1,000% de la cuota. ¿Es caro? ¡Sí! El objetivo del FMI es desalentar el uso “excesivo y prolongado” de esta línea de crédito. Por ello, si el monto supera la línea de crédito pactada, entonces el costo financiero será mucho más alto.
El FMI explica que a los préstamos grandes, con montos de crédito pendiente que superan el 300% de la cuota, se les aplica una sobretasa de 200 puntos base. Si el crédito pendiente permanece por encima del 300% de la cuota, al cabo de tres años la sobretasa sube a 300 puntos base. ¿Es más caro mantener reservas en el Bando de México?
De acuerdo con información del portal Arena Pública, el Banco de México ha vendido al menos 23 mil millones de dólares para contrarrestar el embate al peso frente al dólar. Este monto fue producto de la venta de 20 mil 96 millones de dólares sin precio fijo y de 2 mil novecientos millones de dólares con precio fijo, según Arena Pública. Esto implica que, en el lapso del 31 diciembre de 2014 al 13 noviembre de 2015, en el país ha tenido solo una acumulación neta de tres mil millones de dólares en reservas. Por lo cual, con la venta de 23 mil millones han resultado los 20 mil millones de pérdidas. Con un descenso en este lapso de 10.4%.
De la misma manera, las reservas internacionales se ubicaron en 173 mil millones de dólares a la última fecha de registro (13 de noviembre de 2015), este dató implicó una caída semanal de 939 millones de dólares y sumó 15 semanas consecutivas en retroceso, como lo refleja la base de datos de Banxico.
Lo que es cierto, reconoce Sergio Negrete Cárdenas, es que ahora el gobierno mexicano – ante la volatilidad del mercado cambiario – ahora México tiene 8,000 millones de dólares menos en la LCF.
Actualmente, la canasta de divisas que integran el DEG está formada por el dólar de Estados Unidos, el euro, la libra esterlina, el yen japonés y próximamente por el Yuan. El valor del DEG, en términos de dólares de Estados Unidos, se determina diariamente y se publica en el sitio del FMI en Internet. Se calcula sumando determinados montos de las cinco monedas de la cesta valorados en dólares, sobre la base de los tipos de cambio cotizados a mediodía en el mercado de Londres.
El DEG es un activo de reserva internacional creado en 1969 por el FMI para complementar las reservas oficiales de los países miembros. Su valor está basado en una cesta de cuatro monedas internacionales fundamentales