Tiempo de lectura aprox: 1 minutos, 49 segundos
Por Claudia Villegas*
La apertura llegó al sector de la energía. En breve, las estaciones de servicio y gasolineras serán también operadas por compañías extranjeras. Usted podrá comprar gasolina a Shell, a Chevron o a Repsol, las cuales deberán ofrecer precios diferenciados para competir en un mercado abierto, una experiencia nunca antes vivida en México. La apuesta es que el consumidor se beneficie con combustibles más ecológicos y baratos.
Petróleos Mexicanos (Pemex), con las modificaciones constitucionales al régimen del sector petrolero, perdió el monopolio en la distribución de combustibles. Así, México se encamina a convertirse en un importador neto de gasolinas. Ahora ya se compra el 50 por ciento de lo que consume el país. Sucedió lo impensable y, para muchos nacionalistas, ya se presenta una verdadera tragedia. Sin embargo, más allá de posiciones ideológicas, una sencilla ecuación económica indica que la excesiva dependencia de importaciones de combustibles pondría en serio riesgo la estabilidad del país. ¿Qué pasará cuando aumenten los precios y México deba pagar con dólares el combustible que necesita para que su maquinaria siga andando?
La exploración y producción de petróleo ya se abrió al sector privado y, a pesar de la difícil coyuntura para los precios internacionales, México ya no tiene una sola empresa que participe en el sector petrolero. Llegó la competencia. Sin embargo, Pemex sigue siendo el corazón de este sector en una economía en donde el petróleo y el gas natural sólo aportan el 8 por ciento del producto interno bruto (PIB). La riqueza, por lo tanto, no se encuentra en el subsuelo, sino en su transformación o en la disponibilidad y capacidad para hacerlos llegar a los consumidores domésticos e industriales.
Hasta ahora, sin embargo, los estrategas de Pemex no observan como prioritaria la inversión en refinerías y, con precios históricamente bajos, aseguran que la importación de gasolinas y gas natural, simplemente ya no es un problema. Lo importante es la disponibilidad y que la empresa productiva del Estado cuente con los gasoductos necesarios. Es cierto. Por ahora no hay problema, pero, ¿por cuánto tiempo? El presidente del Consejo de Administración de PMI Comercio Internacional, José Manuel Carrera, asegura en entrevista con Fortuna que la importación de combustibles no debe considerarse una mala noticia; al contrario, dice, es una gran señal de que el país está creciendo. Carrera, quien ahora tiene la responsabilidad de establecer las alianzas que necesita Pemex para enfrentar la competencia, habla en entrevista de los entretelones de la operación casi privada que Pemex estructuró desde hace 26 años para sobrevivir en un mercado lleno de jugadores con grandes libertades para innovar y crecer. Carrera responde a las críticas que se le han hecho a PMI Comercio Internacional. Asegura que PMI es la mejor historia de éxito que Pemex podría contar ahora que necesita la experiencia privada para enfrentarse a la guerra del sector de la energía. PMI es ahora la empresa privada de una compañía productiva del Estado que opera una compleja red y estructura empresarial diseñada para reducir a los intermediarios y ampliar la incursión directa de Pemex en áreas como la naviera o la de agroalimentos. El reto para PMI es ayudar a que Pemex crezca y aumente su rentabilidad.
*Directora
@LaVillegas1