Con Dragon Mart aumentaría competencia desleal de China: Concamin

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Dragon Mart

De aprobarse el proyecto Dragon Mart, entrarían a México unas 300 mil toneladas de productos chinos anuales, con un valor de 2 mil millones de dólares, que desplazarían a una cantidad equivalente de productos nacionales, estimó la Confederación de Cámaras Industriales de los Estados Unidos Mexicanos (Concamin).

Esto permitiría la entrada masiva de productos chinos que suelen tener precios subvaluados o distorsionados, afirmó Ysmael López García, integrante de la Mesa Directiva de Concamin y coordinador del Consejo Industrial para la atención del proyecto Dragon Mart.

Dijo que los productos chinos, por lo regular, son elaborados por empresas con privilegios tributarios, que no poseen esquemas laborales legales ni compromiso real con la ecología.

López García precisó que el predio donde se establecería Dragon Mart es un área de 557 hectáreas denominada El Tucán, la cual abarca tres unidades de gestión ambiental, cuya normatividad no permite la explotación comercial.

La Concamin indicó en un comunicado que “el sector industrial no se opone a la inversión y a la competencia extranjera, siempre que ésta proceda de manera legal y sin competencia desleal”, y sugirió a las autoridades que se analice y contenga el impacto negativo que pudiera provocar Dragon Mart a las micro, pequeñas y medianas empresas del país.

López García refirió que el proyecto Kalmar, realizado en Suecia en 2006, creado para la exhibición y venta de productos chinos, fracasó y dejó una deuda al país equivalente a casi 20 millones de pesos.

La Concamin señaló que China “es el mayor proveedor de productos pirata, según el Informe de Estadísticas de Decomisos por Violación a los Derechos de Propiedad Intelectual generado en 2012”.

Además, agregó, que el país asiático se distingue por la emisión de facturas falsas, la declaración de precios menores al precio real de venta de las mercancías, el uso de etiquetas falsas y productos de baja calidad que no cumplen con las normas oficiales, lo que afectaría directamente a las industrias mexicanas de cine, música, software, vestido, calzado, textiles, químicos, del sector eléctrico.