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Los juegos de azar y los juegos con apuestas son legales en México. El rubro incluye desde las rifas y los sorteos de automóviles o electrodomésticos hasta casinos y carreras de animales. Estos centros, que muchas de las veces sirven para el blanqueo de capitales, serán ahora vigilados bajo la nueva Ley Antilavado.
Al menos, 681 establecimientos operan en territorio nacional con la venia de la Secretaría de Gobernación, un número indefinido sin la autorización correspondiente, y más de 50 funcionan pese a haber sido suspendidos de manera definitiva o provisional.
Aunque México no cuenta con cifras exactas sobre el tema, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) calcula que en México el monto del lavado de dinero asciende a los 10 mil millones de dólares anuales.
Con el fin de evitar el blanqueo de capitales en el país, la Ley Federal para la Prevención e Identificación de Operaciones con Recursos de Procedencia Ilícita, que entra en vigor a partir de este 17 de julio, colocó en la mira a las que calificó como “actividades vulnerables”. Una de ellas: la práctica de juegos con apuestas, concursos o sorteos.
De acuerdo con el documento Situación General de Permisos, de la Dirección General de Juegos y Sorteos, a noviembre de 2012, la dependencia tiene registro de la aprobación de 31 permisos, de los que se derivan 681 establecimientos donde se permiten los juegos de azar y los juegos con apuestas, 349 ya en operación.
De las entidades con establecimientos, Baja California se coloca en el primer sitio con 42, le siguen el Distrito Federal con 37, Nuevo León con 34, Jalisco con 30, el Estado de México con 28 y Sonora con 24.
Los métodos para lavar dinero
Los centros de apuestas, también conocidos como casinos, son susceptibles al blanqueo de capitales debido a las cantidades de dinero en efectivo que manejan o a las transacciones que realizan.
El documento Las Vulnerabilidades del Sector de Casinos y Juegos de Azar, elaborado en 2009 por el Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI) –al que México pertenece– sobre el blanqueo de capitales, detalla algunos métodos que son utilizados con el fin de justificar la procedencia legal de los recursos a través del recibo del establecimiento.
Uno de ellos, comprar fichas con dinero ilícito, jugar unos minutos para después pedir el reembolso; otro es comprar tickets (boletos) a las personas ganadoras a un precio más alto y posteriormente pedir el efectivo en el casino; así como comprar fichas a personas comunes a un precio más elevado y luego pedir el reembolso en efectivo a la casa.
A decir del GAFI, las fichas de casino también son utilizadas como moneda de pago para la adquisición de droga. “El receptor de las fichas luego solicitará el efectivo en casinos. Este método es utilizado comúnmente en zonas fronterizas, porque las aduanas no consideran las fichas como instrumento de valor económico”.
La ley y su deficiente aplicación
Miguel Ángel Salamanca, investigador en el Centro de Investigación para el Desarrollo, explica en el estudio Expectativas y realidades del combate al lavado de dinero en México que, para 2011, México aún era catalogado como un riesgo importante en materia de lavado de dinero por el Departamento de Estado del gobierno de Estados Unidos, nivel equiparable a países como Colombia, Brasil, Afganistán, Venezuela, Rusia y Somalia.
En entrevista, el investigador refiere a Fortuna que la promulgación de la ley implica el avance en la esfera normativa hacia una mejor situación de la que se encontraba el país antes de su publicación. Sin embargo “todavía queda mucho por ver en términos de los efectos reales de esta normativa y su ejecución en materia del combate al lavado de dinero”.
Salamanca asegura que la legislación no era la principal problemática, pues la representación regional del GAFI, en su último reporte de avances, sugería que la ley mexicana, al menos con relación a su Unidad de Inteligencia Financiera, era equiparable a países desarrollados del G-7 como Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y Reino Unido.
Sin embargo, señala que la aplicación de la normatividad “ha sido, claramente, el verdadero talón de Aquiles del combate a este crimen. Evidencia de ello es el hecho de que el GAFI Sudamérica había observado que el foco sobre las investigaciones de lavado de activos era insuficiente en todo el sistema financiero, además de que se observaba una subutilización de los reportes producidos por la Unidad de Inteligencia Financiera de la SHCP”. Agrega que una muestra de ello es que no se ha visto un incremento proporcional en las condenas por dicho delito.
En medio de acusaciones por recibir supuestos sobornos para otorgar permisos de casinos, Roberto Gil Zuarth, actual senador de la República y exsubsecretario de gobierno de la Secretaría de Gobernación, afirma que la ley era necesaria: “La ley que teníamos era inacabada, no articulaba de manera correcta la coordinación entre las distintas autoridades financieras y del ministerio para combatir el delito de lavado de dinero. Implica un cambio fundamental y sustancial”.
En entrevista, reconoce que había profundas debilidades para llevar ante la justicia casos de lavado. La ley, afirma, corrige estas debilidades institucionales, le da más instrumentos a la autoridad, le da fortaleza en términos de coordinación y de acceso a información sobre operaciones que pueden considerarse vulnerables o irregulares.
—¿Los casinos son centros de lavado de dinero?
—Yo creo que es una actividad que se ha utilizado para generar un blanqueo de capitales, no lo podemos ocultar, sobre todo por el uso intensivo de efectivo.
Para Gil Zuarth, la prohibición de casas de apuestas en el país es una decisión del Congreso. “La ley lo permite, la discusión la tenemos que dar, pero hoy en día la ley vigente establece la posibilidad de que en nuestro país se realicen juegos con azar. Esa reflexión es la que ha estado pendiente. En cuatro legislaturas hemos discutido leyes relativas al juego y el sorteo para ordenar el mercado, y no se ha podido concretar un consenso en el Congreso. Mientras la ley exista, la actividad es posible”.
—¿Está a favor de los casinos?
—Yo, personalmente, estoy en contra. En contra de que existan indiscriminadamente centros que impliquen juego en nuestro país. Creo que pueden servir como un mecanismo para alentar el turismo en ciertas zonas, porque en otros países es una actividad lícita.