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Cuando piense en Aeroméxico y en la puntualidad de sus vuelos un nombre debe estar presente: Andrés Conesa.
En efecto, el director general de la aerolínea más importante del mercado mexicano es ahora el responsable directo de las operaciones. Por ello, al menos tres veces a la semana Conesa, ex funcionario de la Secretaría de Hacienda y un reconocido financiero, asume el reto de despachar desde la base de mantenimiento de Aeroméxico en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México. Los otros dos días Conesa regresa a su céntrica oficina en la avenida Reforma.
En una circular interna, fechada el 1 de marzo, Conesa informó al personal de Aeroméxico que, después de la “renuncia” de Raúl Sáenz a la Dirección Ejecutiva y de Operaciones, quien tuvo esa responsabilidad durante los últimos cinco años había decidido asumir temporalmente la coordinación de esas actividades.
Conesa escribió a los colaboradores de la aerolínea que estaba convencido de las áreas de oportunidad para mejorar el desempeño operativo de la empresa. Pidió, entonces, redoblar los esfuerzos para elevar la calidad y los estándares del servicio que permitirán a Aeroméxico mantenerse como la opción preferida de los viajeros.
A la fecha, Conesa se mantiene como responsable de la Dirección Ejecutiva y de Operaciones a pesar de que había prometido que sería una estrategia temporal.
Mientras tanto, Eduardo Tricio, el presidente de Aeroméxico y de Grupo Lala —quien junto con otros socios controla más de 20 por ciento de la empresa—, asume las decisiones trascendentales de la compañía. Conesa, mientras tanto, se encarga de ajustar los problemas de puntualidad que enfrenta la aerolínea y que frecuentemente trascienden en redes sociales y de boca a boca.